Una campaña de publicidad para mejorar la imagen de Jamaica en el exterior es el arma que el gobierno y el sector privado idearon para contrarrestar la caída del turismo prevista debido a la violencia de raíces políticas que este mes sacudió al país.
Al menos 27 personas murieron y 40 resultaron heridas por los tiroteos entre la policía y pandillas rivales en Kingston. La violencia se desató el sábado 7 y sólo se aplacó cuando el primer ministro Percival Patterson llamó dos días después a los 3.000 soldados del ejército a imponer el orden.
Trece de los muertos en los enfrentamientos recibieron sepultura este fin de semana, mientras que otros funerales se realizarán cuando concluyan las autopsias.
Analistas de la industria pronosticaron que la violencia perjudicará el turismo, fuente de 45 por ciento de los ingresos de divisas y de 25 por ciento de los empleos de la isla.
En respuesta, el gobierno y el sector privado están organizando la Operación Crecimiento, un plan para reforzar la imagen del país en el exterior a través de la Dirección Turística de Jamaica.
La Dirección lanzó una campaña publicitaria e iniciativas de relaciones públicas y marketing que llegaron hasta Japón, a la vez que el gobierno realizar proyectos de construcción e infraestructura para ayudar a limpiar a Kingston.
En las próximas semanas, corresponsales de revistas dedicadas al turismo y agentes de viajes visitarán Jamaica «para ver en persona que el país aún está preparado para recibir turistas», dijo Trevor Riley, subdirector de comunicaciones y marketing de la Dirección Turística.
El gobierno también solicitó a las embajadas de Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países que no describan una imagen demasiado pesimista de Jamaica en las recomendaciones que hacen a sus viajeros.
En una reunión del Gabinete la semana pasada, la ministra de Turismo Portia Simpson solicitó 20 millones de dólares para financiar la campaña de recuperación, una cifra casi 10 veces superior al presupuesto de 2,1 millones de dólares de la JTB.
Fay Pickersgill, la directora de turismo jamaiquina, envió una carta a sectores turísticos del exterior, asegurando que la isla es segura.
«Esta perturbación ha sido un asunto interno localizado, confinado principalmente a algunas partes de Kingston, y en ninguna manera afectó a nuestros visitantes», escribió.
Pickersgill reconoce que la violencia de este mes perjudicó a la industria turística, de por sí afectada por la creciente delincuencia y el tipo de cambio que hace de Jamaica uno de los destinos caribeños más caros para los turistas europeos.
El gobierno teme que se repita lo ocurrido en 1999, cuando el aumento del precio de la gasolina generó violentos disturbios sociales que provocaron cancelaciones de reservas por valor de 30 millones de dólares en los balnearios de Montego Bay y Ocho Rios.
El hotel más nuevo de Montego Bay, el Ritz Carlton, perdió un millón de dólares este mes por esa causa. A mediados de mes, el canal de cable estadounidense CNN preguntó a 38.813 espectadores si estarían dispuestos a visitar Jamaica. Aproximadamente 90 por ciento respondió que no.
Antes de la violencia, el gobierno preveía el arribo de 2,26 millones de turistas este año, un objetivo que no parecía descabellado, incluso si se tomaba en cuenta la retracción del crecimiento de la economía estadounidense. Pero ahora esa cifra parece excesiva.
Jamaica debe competir con los demás países de la región, que también invierten para atraer a los turistas. El gobierno emprendió millonarios proyectos de infraestructura vial para vincular los balnearios con el resto de la isla y mejorar el acceso a las atracciones turísticas.
Así mismo, destinó 10 millones de dólares para mejorar las instalaciones del aeropuerto internacional de Montego Bay.
Negril, un balneario conocido por sus 11 kilómetros de playas de arenas blancas, inició en mayo una campaña multimillonaria para hacerse conocer en el resto de América y Europa.
Mientras, en Ocho Rios, agentes de viaje y taximetristas se organizaron para detener el acoso que sufren los turistas de cruceros de parte de algunos taxistas. (FIN/IPS/tra-en/zn/aa/aq/if/01