DESARROLLO: América Latina tras el esquivo adelanto tecnológico

Sólo cuatro países de América Latina aparecen como líderes potenciales en el índice de adelanto tecnológico, que el PNUD difundió hoy por primera vez, en el marco de su Informe sobre Desarrollo Humano 2001.

México, Argentina, Costa Rica y Chile son, en ese mismo orden, los países de la región con una posición promisoria en el ámbito de las nuevas tecnologías, integrando el segundo grupo de los cuatro en que dividió su estudio anual del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).

«Poner el adelanto tecnológico al servicio del desarrollo humano», es el título escogido este año para el informe que el administrador general del PNUD, Mark Malloch Brown, presentó este martes en la capital de México.

El índice de adelanto tecnológico se incorporó como una nueva variable dentro del conjunto de aspectos que se estudian para medir el desarrollo humano, un parámetro que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) elabora desde 1990.

Mientras el índice de desarrollo humano considera a 162 países, el reporte de adelanto tecnológico se estructuró sobre la base de la información de 72 naciones, organizadas en cuatro grupos: líderes, líderes potenciales, seguidores dinámicos y marginados.

Ningún latinoamericano está aún en la categoría de líderes, en la que se dan cita 18 países, encabezados por Finlandia.

En cambio, en el grupo de 19 líderes potenciales fue ubicado México, que ocupa la posición número 32 entre los 72 países que integran el total del reporte, Argentina está en el casillero 34, Costa Rica en el 36 y Chile en el 37.

Como seguidores dinámicos del adelanto tecnológico figuran 26 países, con 13 latinoamericanos y caribeños entre ellos.

Se trata de Uruguay, en el lugar 38, Trinidad y Tobago, en el 41, Panamá, en el 42, Brasil, en el 43, Bolivia, en el 46, Colombia, en el 47, Perú, en el 48, Jamaica, en el 49, Paraguay, en el 52, Ecuador, en el 53, El Salvador, en el 54, República Dominicana, en el 55, y Honduras, en el puesto 61.

En la categoría de marginados del adelanto tecnológico, que incluye a nueve países, el único latinoamericano es Nicaragua, con la posición número 64 en el inventario total.

El PNUD elaboró este índice sobre la base de un estudio efectuado en 2000 por la revista Wired, que consultó a gobiernos, empresarios y medios de información sobre cuatro aspectos indicativos de capacidad de desarrollo tecnológico dentro de «la nueva geografía digital».

Los dos primeros aspectos fueron la capacidad de las universidades e institutos de investigación para formar trabajadores calificados o crear nuevas tecnologías, y la presencia de empresas nacionales y multinacionales que proporcionen conocimientos especializados y estabilidad económica.

En tercer término se evaluó el dinamismo empresarial de la población para poner en marcha nuevos proyectos y, por último, la disponibilidad de capital de riesgo para lograr que las ideas lleguen al mercado.

Desde la perspectiva del informe, se otorga una alta ponderación a la capacidad de un país para difundir la tecnología entre su propia población.

El PNUD advierte que «no basta con tener un centro tecnológico de jerarquía mundial» si éste, como en el caso de Bangalore en la India, es un enclave exclusivo.

Es en el marco de esos parámetros que América Latina y el Caribe, si bien alejados en su capacidad tecnológica de los centros industrializados de América del Norte, Europa y de Asia-Pacífico, proyectan un potencial de avances.

Entre los 30 principales exportadores de productos de alta tecnología, señalados en un cuadro estadístico del informe, hay tres economías latinoamericanas, las de México, de Brasil y de Costa Rica.

La región, al igual que el resto de las áreas en desarrollo, debe emplear las nuevas tecnologías como un instrumento central para reducir la pobreza, según los postulados centrales del informe del PNUD.

«Al hacer caso omiso de los adelantos tecnológicos en medicina, agricultura e información, se perderán oportunidades de transformar las vidas de los pobres», sostuvo Malloch Brown.

Sakiko Fukuda-Parr, principal autora del informe, reconoció que hay riesgos ambientales y de salud en los cultivos transgénicos, pero abogó por la modificación genética para crear variedades agrícolas resistentes a los virus y las sequías y de mayor poder nutritivo para atender a 800 millones de hambrientos en el mundo.

Gracias a los adelantos tecnológicos en la agricultura, la superficie de tierras arables con alto rendimiento aumentó en América Latina de 11 a 90 por ciento entre 1970 y 1978 para la producción de trigo y de dos a 65 por ciento en el caso del arroz, señala el PNUD.

América Latina y el Caribe, aunque con menor dramatismo que Africa subsahariana o Asia meridional, afronta también los desafíos de masificar tecnologías médicas avanzadas para erradicar enfermedades asociadas a la pobreza.

En el panorama mundial del desarrollo tecnológico gravita como referente fundamental el de la difusión de Internet en los distintos países y regiones.

La región de América Latina y el Caribe cuadruplicó su acceso a la red mundial de computadoras, en términos de porcentaje de su población usuaria, entre 1998 y 2000, para pasar de 0,8 por ciento a 3,2 por ciento.

En ese mismo periodo, la cantidad de usuarios de Internet en Estados Unidos aumentó de 26,3 a 54,3 por ciento.

Con excepción de Estados Unidos, en los otros 28 miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) el porcentaje de la población conectada a Internet evolucionó de 6,9 a 28,2 por ciento.

En tanto, la región de Asia oriental y el Pacífico aumentó la cantidad de usuarios de Internet de 0,5 a 2,3 por ciento de la población, mientras Europa oriental y los países de la desaparecida Unión Soviética lo hicieron de 0,8 a 3,9 por ciento.

La evolución más modesta en términos de acceso a Internet fue la de los estados árabes, con un crecimiento de 0,2 a 0,6 por ciento entre 1998 y 2000, la de Africa subsahariana, de 0,1 a 0,4, y la de Asia meridional, que pasó de 0,04 por ciento a 0,4 por ciento.

La amplitud de onda internacional, factor que influye en la capacidad y velocidad de las conexiones a Internet, de la ciudad brasileña de Sao Paulo es mayor que la de todo el continente de Africa, destacó el informe del PNUD. (FIN/IPS/ggr/dm/dv/01

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