DESARME: Poderosa minoría contra el control de armas pequeñas

China, Estados Unidos y Rusia pretenden limitar el control de las armas pequeñas a las zonas de guerra, en oposición a la propuesta mayoritaria en la Oeganización de las Naciones Unidas (ONU), de regulación total del tráfico y uso.

La Conferencia sobre Comercio Ilegal de Armas Pequeñas y Ligeras de la ONU, iniciada el lunes en Nueva York, debe concluir el 20 de julio con la adopción de un plan de acción común que no tendrá, sin embargo, carácter obligatorio.

Estados Unidos anunció que se opondrá a cualquier plan que interfiera con el derecho individual a portar armas.

«Los objetivos generales de esta conferencia son loables, pero algunas propuestas van más allá de la acción internacional y deberían ser objeto de legislación de cada país», declaró el subsecretario de Estado de Estados Unidos para control de armas y seguridad, John Bolton.

«Se debe distinguir claramente entre el uso de armas de fuego por razones culturales y de tradición y el contrabando de armas que alimenta conflictos en todo el mundo», dijo Bolton.

La ONU «pretende poner una recomendación internacional por encima de las libertades individuales en cada país», sostuvo Wayne LaPierre, director ejecutivo de la influyente Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, que invoca la Constitución para defender el «derecho a portar armas».

«Las armas ilegales hacen un daño terrible en los centros urbanos y en las áreas de conflicto de todo el mundo», sostuvo por su parte el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, ante la conferencia.

Las armas ligeras o pequeñas —aquellas que pueden ser trasladadas y accionadas por una sola persona— matan a 500.000 personas por año en el mundo. La denominación incluye pistolas y revólveres, rifles de asalto, ametralladoras, lanzagranadas y lanzamisiles portátiles.

Según la ONU existen 500 millones de armas de este tipo en todo el mundo, una cada 12 personas. Entre 40 y 60 por ciento de las armas ilícitas en circulación proceden del mercado legal.

Canadá, Japón y la Unión Europea, junto con algunos países afectados por conflictos bélicos y organizaciones no gubernamentales, impulsan controles generales a la venta de armas de fuego legales, por considerar que son la raíz de la violencia.

Por otro lado Estados Unidos, China, Israel, Rusia y algunas naciones árabes pretenden limitar las restricciones al mercado ilegal en las zonas de conflicto.

Bolton rechazó la propuesta de controlar la fabricación y compraventa de armas pequeñas, así como la posesión civil de armas militares y su comercialización entre gobiernos.

Esta última propuesta «podría ser interpretada como una prohibición al comercio internacional legítimo de todas las armas de fuego y un obstáculo a la asistencia a grupos oprimidos que intentan defenderse de un gobierno genocida», añadió Bolton.

«Es nuestro deber considerar los aspectos legales vinculados al contrabando», declaró por su parte el canciller de Bélgica, Louis Michel, en nombre de la Unión Europea. Michel destacó la necesidad de controlar las exportaciones y las reservas de armas legales.

Por otra parte, el ministro de Defensa de Mozambique, Almerino Manhenje, sostuvo que el impacto de la acumulación de armas pequeñas y ligeras «aumenta en todo el mundo».

Manhenje dijo que el flujo de armas «amenaza la seguridad individual y colectiva de los países, estimula los conflictos y la violencia, socava las instituciones y la gobernabilidad, desestabiliza los gobiernos electos en forma democrática y perpetúa la pobreza y el subdesarrollo».

La proliferación de armas «desgarra la trama misma de la sociedad», opinó el colombiano Camilo Reyes, presidente de la conferencia. «La comunidad internacional debe hacer un esfuerzo supremo para erradicar el comercio ilícito de las armas pequeñas», agregó.

El borrador del programa de acción incluye un sistema unificado de marcado de armas legales para facilitar su seguimiento y mejores controles de la fabricación y posesión legal de las mismas.

Otros puntos de la propuesta son supervisión más estricta de las exportaciones, leyes más severas contra el contrabando y restricciones al porte y uso de armas pequeñas por parte de civiles y personal militar y policial.

Tanto Estados Unidos como la Unión Europea destacaron los controles que rigen en sus países a la exportación de armas para evitar triangulaciones que faciliten armamentos a grupos ilegales.

En cuanto al marcado de las armas, Bolton sostuvo que el punto debería ser discutido en «un contexto interno».

La Red de Acción Internacional sobre Armas Pequeñas, una organización no gubernamental, reclamó acuerdos sobre la venta y el marcado de armas, criterios comunes para regular la exportación, destrucción de los excedentes y más vigilancia a la posesión privada.

Ante diferencias tan profundas, Annan reconoció que el impacto de la conferencia sería limitado. «Quizás el documento no sea tan firme como hubiéramos deseado, pero es un paso en la dirección correcta», sostuvo.

«Los gobiernos optaron por abordar sólo una parte del problema: el comercio ilegal de las armas. Es un ejercicio que terminará, a lo sumo, con un puñado de acuerdos técnicos», afirmó Joost Hilterman, de la organización de derechos humanos Human Rights Watch. (FIN/IPS/tra-en/jw/aa/rp-dc/aq/ip/01

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