Amnistía Internacional pidió hoy a los gobiernos del mundo que combatan el racismo y corrijan las injusticias cometidas en el pasado.
La organización de derechos humanos con sede en Londres divulgó el informe «Racismo y la aplicación de la justicia», para que lo tome en cuenta el comité preparatorio de la conferencia mundial contra el racismo, que se realizará a fines de agosto en Durban, Sudáfrica.
El comité preparatorio de la conferencia de Durban sesionará en Ginebra del 30 de este mes hasta el 10 de agosto.
Amnistía pretende que los gobiernos ratifiquen la convención internacional para la eliminación de toda forma de discriminación racial, que reflejen proporcionalmente la diversidad étnica de sus sociedades y que protejan a las víctimas de los ataques racistas.
Uno de los asuntos más conflictivos planteados antes de la cumbre de Durban surge de las demandas palestinas contra la ocupación israelí. Israel debe aceptar su responsabilidad internacional, instó Amnistía.
Al mismo tiempo, la organización señaló que no puede olvidarse el Holocausto, la masacre de judíos a manos del nacionalsocialismo alemán durante la segunda guerra mundial. «Hoy en día aún sobreviven víctimas del Holocausto», dijo Claudio Cordone, de la secretaría de Amnistía.
El grupo también apoya las demandas de indemnización de violaciones contra los derechos humanos perpetradas en el pasado. «Los estados no pueden evitar la responsabilidad por esas violaciones porque fueron cometidas por gobiernos anteriores».
«Reconocer los errores históricos es esencial… para evitar su repetición en el futuro», destacó el informe. Cuando se pueda rastrear a los responsables individuales, «la forma más eficaz de reparación es eliminar las manifestaciones contemporáneas de discriminación».
Muchos gobiernos se oponen a las propuestas de «corrección histórica». Los organizadores temen que estas diferencias conduzcan al boicot de la conferencia de Durban.
El racismo puede provocar tragedias a gran escala, como la ocurrida en Ruanda, cuando en un lapso de 13 semanas en 1994 fueron masacradas hasta un millón de personas por diferencias étnicas.
Otra forma de racismo es la aplicación de la justicia, según Amnistía. En Estados Unidos, blancos y negros son víctimas de asesinato en porcentajes casi idénticos, pero más de 80 por ciento de las ejecuciones realizadas por el Estado desde 1977 respondieron al asesinato de blancos.
El informe también se refirió al «apartheid oculto» en India. Más de 160 millones de dalits, o intocables, padecen violaciones a sus derechos humanos por pertenecer a esa casta.
Amnistía busca que se corrijan los procesos de justicia en Gran Bretaña, donde en las últimas semanas se produjeron disturbios raciales en el norte del país.
«Los policías culpables deben ser llevados a juicio. Amnistía no puede condonar la violencia contra persona alguna», dijo la activista Kate Gilmore, en referencia a los disturbios, «pero esta se produjo en un contexto de discriminación racial provocada por la policía», aseguró.
Esos incidentes de violencia sólo se pueden impedir mediante la erradicación de las prácticas y sistemas racistas, aseguró.
«Unos 300 millones de personas indígenas en todo el mundo padecen pobreza y marginación cultural, así como discriminación generalizada y otras violaciones a los derechos humanos», agregó Amnistía.
Esa discriminación ha sido denunciada en Australia, Guatemala y contra los gitanos en Europa, debido a su estilo de vida y su pobreza.
El informe describe un panorama sombrío de la discriminación racial en el mundo: contra los chinos en Indonesia, contra serbios, croatas y musulmanes en los Balcanes, contra los kurdos en Europa y Medio Oriente, sobre todo en Iraq y Turquía, la población del norte de Sudán contra la del sur, y contra los tibetanos en China.
«En todo el mundo, los refugiados y los inmigrantes se enfrentan a ambiente xenófobos, a veces directamente provocados por las autoridades o los partidos políticos, y casi siempre reflejado en la aplicación de la justicia», según el informe.
«Extranjeros han muerto durante el proceso de deportación como resultado de métodos peligrosos utilizados por la policía» de Austria, Bélgica y Suiza. En Japón, trabajadores detenidos fueron «golpeados y humillados».
En Arabia Saudita, de las 889 ejecuciones registradas entre 1990 y 2000, más de la mitad correspondieron a trabajadores inmigrantes, precisó Amnistía.
«En todo el mundo, la vulnerabilidad de las mujeres a la violación de los derechos humanos es exacerbada cuando pertenecen a minorías étnicas o raciales que padecen discriminación».
La violación y el abuso sexual es utilizado en forma «intencional para intimidar y traumatizar sistemáticamente a las mujeres», agrega. (FIN/IPS/tra-en/ss/aq/hd/01