La eventual apertura de una nueva ronda de negociaciones multilaterales de comercio se presenta todavía muy difusa en el horizonte de la OMC, advirtió Stuart Harbinson, presidente del Consejo General de la institución.
Las posiciones en debate se encuentran aún demasiado lejos de una coincidencia significativa, resumió Harbinson, representante de Hong Kong, quien conduce la preparación de la conferencia que reunirá en noviembre a ministros de los 141 países que integran la OMC (Organización Mundial de Comercio) en Doha.
La anterior tentativa por convocar a una ronda de negociaciones multilaterales fracasó estruendosamente en Seattle, Estados Unidos, donde se celebró la anterior Conferencia Ministerial de la OMC en diciembre de 1999.
Los países industriales, en particular Estados Unidos y la Unión Europea, presionan para que la conferencia en la capital de Qatar convoque una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales.
La instancia anterior, la Ronda Uruguay (1986-1994), dejó insatisfacción entre los países en desarrollo por los magros resultados obtenidos y porque las naciones industriales aún no terminan de aplicar todos los compromisos asumidos.
Esos antecedentes alinean, a grandes rasgos, a los miembros de la OMC en dos grandes bloques cuando se discute el orden del día de la conferencia ministerial en Doha.
El Consejo General de la OMC, máximo organismo de la institución durante el receso de la Conferencia Ministerial, prepara en la sede de la organización, en Ginebra, la agenda que se debatirá Doha.
Pero Harbinson advirtió que los avances alcanzados en las últimas semanas «no han sido suficientes».
El único asunto que concitó consenso es la reducción de los aranceles industriales, cuestión también conocida como negociaciones de acceso a los mercados para los productos no agrícolas.
Una suerte diferente corre la revisión o enmienda del Organo de Solución de Diferencias, el tribunal de la OMC criticado por países en desarrollo y por grupos de la sociedad civil debido a algunos de sus dictámenes favorables a las naciones industriales.
Los negociadores de la OMC difieren todavía sobre la oportunidad del tratamiento de ese asunto. Distintas iniciativas proponen discutirlo antes de Doha, durante la conferencia ministerial o más tarde.
Un alto funcionario comercial identificó la agricultura como un aasunto cuya negociación se presenta «bastante difícil» a pesar de que, por separado, los miembros de la OMC tratan de avanzar desde hace más de un año en una reforma del acuerdo establecido en la Ronda Uruguay.
En este punto se enfrentan los intereses del Grupo de Cairns, de países con escaso o nulo intervencionismo estatal en el sector agropecuario, y algunas de las naciones industriales.
El Grupo de Cairns aspira a que las negociaciones se propongan objetivos más ambiciosos que los establecidos en el Acuerdo sobre Agricultura de la Ronda Uruguay.
En cambio, la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Suiza y Noruega, todos ellos países que protegen su producción agropecuaria, apenas aceptan a regañadientes las metas de ese tratado.
Otro asunto controvertido en el proceso hacia una nueva ronda es la falta de aplicación de ciertos acuerdos de la Ronda Uruguay en perjuicio de los países en desarrollo.
Entre esos acuerdos pendientes de aplicación figura el relativo a la producción textil, sector en que los países más pobres sobresalen por sus ventajas comparativas.
También están en discusión las normas antidumping, recurso esgrimido principalmente por naciones industriales para frenar importaciones desde países pobres con el pretexto de que se comercian a precios inferiores al costo.
El negociador uruguayo Carlos Pérez del Castillo preparó al respecto una propuesta, que fue respaldada por su país, Argentina, Marruecos, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Tailandia.
La iniciativa, que estructura los acuerdos cuya aplicación está pendiente de acuerdo con su importancia y con sus posibilidades de consenso, consiguió dinamizar las discusiones de un asunto estancado hace al menos cuatro años, observó la fuente de la OMC.
Otro bloque de naciones en desarrollo, el Grupo de Países Afines, integrado, entre otros, por Cuba, Honduras, Egipto, India, Malasia, Pakistán, República Dominicana y Uganda, estimó insuficiente la propuesta uruguaya, pero aceptó que constituye un punto de partida para negociar.
En cambio, el Cuadrilátero, que reúne a Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Canadá, juzgó que la iniciativa iba demasiado lejos.
El Consejo General de la OMC volverá a discutir la aplicación de las cuestiones pendientes de los acuerdos de la Ronda Uruguay el 20 de este mes.
Harbinson y el director general de la OMC, Mike Moore, anunciaron que prepararán un documento sobre la aplicación con sugerencias para llegar a un acuerdo.
El Consejo General también se reunirá los días 30 y 31 de este mes para definir el orden del día de la Conferencia Ministerial en Doha, y en particular la cuestión de la nueva ronda. Harbinson dijo que los delegados deberán hacer una «evaluación realista» de la marcha de las discusiones.
La idea de posponer un acuerdo sobre el orden del día de Doha hasta último momento «puede resultar muy peligroso», advirtió el presidente del consejo. (FIN/IPS/pc/mj/if/01