Funcionarios de Colombia y de México se comprometieron públicamente a coordinar estrategias de lucha contra el narcotráfico, pero también consideraron, en reuniones reservadas, el diálogo de paz del gobierno de Andrés Pastrana con la guerrilla de izquierda.
Delegados de ambos países, donde tienen su base los más poderosos carteles de la droga de América Latina, firmaron la tarde del miércoles en México un acuerdo para compartir estrategias contra el crimen organizado, lavado de dinero y tráfico de personas y armas.
Antes de anunciar el acuerdo, las delegaciones al bilateral Grupo de Alto Nivel de Seguridad y Justicia, que incluyeron a ministros de Defensa y fiscales generales, mantuvieron una reunión reservada con el presidente Vicente Fox.
Según trascendió, en el cónclave se consideró el apoyo de México a Colombia como mediador y promotor del proceso de paz entre el gobierno de Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La contribución del gobierno de Fox con ese proceso comenzó a inicios de año, cuando el diplomático Andrés Rozental se reunió en Colombia con el jefe de las FARC, Manuel Marulanda. Esas gestiones contrastan con el fracaso en el intento por reanudar el diálogo con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
El gobierno reiteró «su apoyo total» al proceso de paz en Colombia, dijo el miércoles el consejero de Seguridad de la Presidencia mexicana, Adolfo Aguilar.
Las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) operan en Colombia hace más de 30 años, mientras en México el EZLN comenzó a actuar hace siete.
Un funcionario de la cancillería mexicana, que solicitó reserva sobre su identidad, indicó a IPS que entre los dos gobiernos hay diálogos periódicos para coordinar los esfuerzos por la pacificación de Colombia.
La fuente sostuvo que en la reunión del miércoles del bilateral se consideró el proceso de paz en Colombia.
Raúl Reyes, comandante de la FARC, confirmó a comienzos de mes la participación de México en el proceso de paz, pero dijo que el inicial apoyo de este país al diálogo, que fue visto con buenos ojos por los insurgentes, hoy tiene rasgos negativos.
Fox se habría aliado con Pastrana para presionar a las FARC para que firmaran la paz, según expresó Reyes al semanario mexicano Milenio. El dirigente aseguró, además, que el gobierno de Fox hostiga a los representantes de la guerrilla radicados en la capital mexicana.
Los esfuerzos de México para acercar a las partes en conflicto no son nuevos. A inicios de los años 90, el país fue escenario de conversaciones de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia.
«La experiencia de nuestros respectivos movimientos guerrilleros (los de Colombia y México) tiende a identificarnos», escribió Aguilar a inicios en un artículo publicado por el diario Reforma.
Existen paralelismos, «aun cuando la guerrilla colombiana es, por su manera de actuar, por su pensamiento ideológico y sus tácticas, un tipo de insurgencia muy diferente al que se manifiesta en México», apuntó el consejero de Seguridad de Fox.
Desde la Presidencia de Ernesto Zedillo (1994-2000), el último en siete décadas ininterrumpidas de ejercicio del gobierno a cargo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), México se niega a aceptar cualquier intervención extranjera en sus intentos de pacificación con el EZLN.
Fox, quien asumió en diciembre y es el primer presidente ajeno al PRI desde la fundación de ese partido, no se ha pronunciado sobre una posible mediación extranjera, pero todos sus intentos para que el EZLN regrese a la mesa de negociación fracasaron.
«En Colombia las guerrillas son fuertes, poderosas, controlan efectivamente porciones de territorio y se enfrentan a un ejército implacable, pero no les molesta comunicarse con los enviados del presidente Pastrana», señaló Aguilar.
«En México el EZLN es un movimiento guerrilleros limitado a una porción pequeña de territorio que apenas cuenta con un puñado de hombres mal armados, y que ha tenido escasos combates con el ejército pero que considera un acto de claudicación inadmisible hablar con el gobierno», se lamentó el funcionario.
Con menos de 5.000 hombres y un apenas dos semanas de combate, el EZLN ha logrado mayor fama y prestigio internacional que las FARC y el ELN, que cuentan, en conjunto, con más de 20.000 hombres e importantes ingresos de dinero y que constituyen un ejército entrenado, opinan observadores.
«Las guerrillas colombianas, a pesar de su radicalismo y su enfrentamiento violento, se han mostrado mucho mejor dispuestas a dialogar con el gobierno, en tanto que el EZLN, la guerrilla más pacífica del mundo, evade a toda costa el más elemental diálogo», dijo Aguilar.
Arturo Peñaloza, miembro del Congreso Nacional Indigenista, recomendó al gobierno «concentrase más en la problemática del EZLN y dejar lo de Colombia para otros momentos, pues son realidades y retos diferentes». (FIN/IPS/dc/mj/ip/01
