/BOLETIN-AMBIENTE/ AMBIENTE: ONG temen bloqueo del G-8 a energías limpias

Canadá y Estados Unidos bloquearán la discusión de un informe sobre energías renovables en la cumbre del Grupo de los Ocho países más industrializados que comenzó el viernes en Italia, advirtieron organizaciones ecologistas.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Greenpeace, Amigos de la Tierra y ECA-Watch respaldaron un informe del Grupo de Trabajo sobre Energía Renovable del G-8 que recomienda proporcionar energía renovable a 1.000 millones de personas en 2010.

El Grupo de Trabajo está integrado por representantes de la industria y los gobiernos del G-8 y está presidido por Sir Mark Moody Stuart, de la compañía petrolera Shell Oil, y por Corrado Clini, director del Departamento de Ambiente del gobierno italiano.

El mismo fue creado en la cumbre del G-8 de julio de 2000 en la ciudad japonesa de Okinawa.

En su informe, entregado a la prensa por las organizaciones ecologistas, el Grupo propone reformar las instituciones financieras multilaterales y las agencias de crédito a la exportación para que fomenten el uso de recursos renovables como la energía solar, eólica e hidroeléctrica.

Se sugiere igualmente la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles y a la energía nuclear, y mayores inversiones en la investigación de formas alternativas de energía.

La oposición estadounidense a una meta mundial de 1.000 millones de personas abastecidas con energías renovables en 2010 que «sustenta todo el plan de acción», y la negativa de Canadá a firmar una reducción de subsidios a la energía nuclear amenazan con congelar la iniciativa, según las organizaciones ecologistas.

Resulta «incomprensible» que el presidente estadounidense George W. Bush, quien dice favorecer un abordaje tecnológico para combatir el cambio climático, busque «frenar una iniciativa del G- 8 para promover las tecnologías de energía renovable», dijo Liam Salter, del WWF.

El G-8 está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

«El Grupo de Trabajo ha señalado claramente que las (fuentes de energía) renovables son lucrativas, pero que hacen falta iniciativas fuertes para aprovechar todo su potencial», dijo Salter.

«La barrera no es la tecnología, sino la voluntad financiera y política. Los gobiernos del G-8 deben responder a esta situación», agregó.

Actualmente 2.000 millones de personas no tienen acceso a ningún tipo de energía, mientras un tercio de la población mundial carece de energía eléctrica o de instalaciones adecuadas para preparar y mantener alimentos.

El suministro de energía para necesidades básicas como agua potable, instalaciones sanitarias, calefacción e iluminación es uno de los problemas más acuciantes que enfrenta la humanidad, según la Agencia Internacional de Energía.

El uso creciente de combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas en los países en desarrollo agravará el fenómeno del cambio climático, que ya afecta a muchas poblaciones de los países pobres por el devastador efecto de inundaciones, sequías y enfermedades infecciosas.

El Grupo de Trabajo del G-8 reconoce que las instituciones financieras internacionales y las agencias de fomento a las exportaciones están fuertemente inclinadas a las energías convencionales, dijo Giulio Volpi, representante de WWF ante la Unión Europea.

Estas instituciones «deben fijar objetivos concretos en materia de energías renovables, así como lineamientos ambientales internacionales. No se puede seguir invirtiendo fondos públicos en tecnologías obsoletas, peligrosas y contaminantes», dijo.

«Al rechazar el informe del Grupo de Trabajo, el presidente Bush debilita el reclamo de su país para que las agencias de fomento a la exportación del G-8 adopten normativas ambientales comunes», señaló Volpi.

Según una de las conclusiones del informe «las tecnologías renovables suelen ser la opción de más bajo costo para suministrar energía a hogares y aldeas en zonas rurales de los países en desarrollo, y son cada vez más competitivas en la distribución de energía eléctrica a grandes áreas».

Pero las energías no renovables y nuclear siguen recibiendo la mayor parte de los subsidios. En la Unión Europea los subsidios anuales a los combustibles fósiles y la energía nuclear superan los 13.000 millones de dólares, diez veces más que las energías limpias.

Entre 1948 y 1998, Estados Unidos otorgó 111.500 millones de dólares en subsidios a la investigación y el desarrollo de programas energéticos, de los cuales 66.000 millones se destinaron a la energía nuclear, y 26.000 a los combustibles fósiles.

Apenas 5.000 millones se destinaron a emprendimientos hidroeléctricos, solares, eólicos y geotermales.

De los 25 reactores nucleares que están actualmente en construcción, 14 son financiados por las agencias de fomento a la exportación del G-8.

Entre 1994 y 1999 dichas agencias suministraron más de 115.000 millones de dólares a proyectos de uso intensivo de combustibles fósiles en los países en desarrollo.

«Las agencias de crédito a la exportación son las principales financiadoras públicas mundiales de proyectos productores de gases de efecto invernadero que causan el recalentamiento mundial del clima», señalaron los grupos ambientalistas. (FIN/IPS/tra-en/bk/mn/dc/aq/en/01

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