AMBIENTE: Osos polares madrileños exigen que Japón ratifique Kyoto

Activistas de la organización ambientalista Greenpeace Internacional encabezaron hoy, disfrazados de osos polares, una manifestación frente a la embajada de Japón en la capital española para exigir a ese país la ratificación del Protocolo de Kyoto contra el recalentamiento planetario.

Representantes de 180 países reunidos en Bonn entre el lunes y el 27 de este mes consideran el convenio firmado en 1997 en Kyoto, Japón, según el cual los países industrializados se comprometen a reducir entre 2008 y 2012 sus emisiones de gases invernadero cinco por ciento respecto de los niveles de 1990.

Otra organización no gubernamental, la española Ecologistas en Acción, reclamó este jueves a la Unión Europea la defensa del Protocolo de Kyoto, pues un mal acuerdo en Bonn agravará los problemas ambientales.

Los gases invernadero, entre los que se destaca el dióxido de carbono, producido por la combustión de petróleo, carbón y gas, capturan las radiaciones solares en la atmósfera y elevan las temperaturas promedio modificando el clima mundial.

Ese cambio se manifiesta en perturbaciones del régimen de lluvias y derretimiento de los hielos polares, lo cual eleva el nivel de los mares.

Según «la evidencia científica, el cambio climático es el problema socioeconómico y ambiental más grave de la humanidad en el siglo XXI», declaró el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Klaus Toepfer.

La protesta de Greenpeace coincidió con el inicio de la llegada de los ministros a Bonn, donde Sexta Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre Cambio Climático sesionaba hasta ahora con la participación de expertos y funcionarios de los países de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La conferencia debe acordar las formas de aplicación y los mecanismos de flexibilización del Protocolo de Kyoto. Una reunión similar fracasó el año pasado en La Haya.

Los cinco «osos polares» de Greenpeace llegaron a las puertas de la embajada japonesa en Madrid con carteles que rezaban «Japón: ratifica Kioto» y «Japón: no mates Kioto».

Otros dos integrantes de la organización desplegaron un cartel con la leyenda «Stop CO2» («alto al CO2», fórmula del dióxido de carbono) junto a banderas de Japón.

Otros tres mostraron carteles cuestionando la actitud del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y de las compañías petroleras, entre las que destacaron a la transnacional petrolera estadounidense Esso (Exxon), contra el Protocolo de Kyoto, actitud que calificaron de destructiva.

Los activistas mantuvieron la protesta hasta que funcionarios de la embajada recibieron una carta en que exigen al primer ministro japonés Junichiro Koizumi la ratificación del Protocolo de Kyoto aunque no lo haga Estados Unidos.

El presidente estadounidense George W. Bush rechazó en marzo el tratado por ser «esencialmente erróneo» y advirtió que no lo remitirá al Congreso de su país para su ratificación.

El Protocolo lleva la firma de 84 países, pero sólo 35, en su mayoría del Sur en desarrollo, lo han ratificado. Las negociaciones ministeriales que comenzaron este jueves en Bonn decidirán el futuro del tratado.

Para que el Protocolo entre en vigor debe ser ratificado por 55 países parte de la Convención, entre los que deben figurar las naciones que sumen un mínimo de 55 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del Norte industrial correspondientes a 1990.

Estados Unidos produce 36 por ciento de los gases invernadero de los países desarrollados, y 25 por ciento del total mundial.

«Japón tiene en sus manos el futuro del Protocolo de Kyoto. En Bonn debe decidir si se suma a la comunidad internacional para salvar el Protocolo o si se pliega a los intereses de Bush y los de petroleras como Esso», dijo a IPS José Luis García Ortega, responsable de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace España.

La ministra de Ambiente japonesa Rai Kawaguchi afirmó en Bonn que «la máxima meta» de su país es alcanzar «un acuerdo hacia la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto en 2002», cuando se celebre la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible en Johannesburgo.

Esa reunión se celebrará 10 años después de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro, ocasión en que se firmó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de la cual el Protocolo de Kyoto es un instrumento subsidiario.

La ministra Kawaguchi insistió en que su gobierno no tiene intención de retrasar el proceso de ratificación del Protocolo, y que no es preciso esperar que el Congreso legislativo de Estados Unidos lo apruebe.

Para que el Protocolo entre en vigor debe ser ratificado por 55 países parte de la Convención, entre los que deben figurar las naciones que sumen un mínimo de 55 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del Norte industrial correspondientes a 1990.

Estados Unidos produce 36 por ciento de los gases invernadero de los países desarrollados, y 25 por ciento del total mundial.

«La ministra de Ambiente de Japón parece haber deshecho el daño que causó su primer ministro» el fin de semana, al decir que «no se llegaría a ningún acuerdo en Bonn», pero «ahora queremos oír estas nuevas declaraciones en boca» de Koizumi, dados los continuos cambios de posición de Tokio, añadió García Ortega.

Mientras, la delegación japonesa continúa teniendo una actitud muy destructiva en las negociaciones en Bonn, reclamando el uso ilimitado de sumideros (bosques y plantaciones que absorban el dióxido de carbono) y la inclusión de la energía nuclear en el Mecanismo de Desarrollo Limpio, concluyó García Ortega.

Ecologistas en Acción también cree que Japón mantiene una actitud ambigua.

Además, según la organización, Canadá y Australia se pronunciaron en contra de alcanzar un acuerdo en Bonn, pese a lo que calificó de concesiones en materia de sumideros en la propuesta presentada por el presidente de la Conferencia, el ministro de Ambiente holandés, Jan Pronk.

«Un mal Protocolo de Kyoto quizá pudiera hacerse vinculante e incluso ser cumplido por todos los países emisores de gases, pero no sólo no frenaría el cambio climático, sino que podría fomentar prácticas y tecnologías desastrosas para el medio natural y para muchas sociedades», afirmó Ecologistas en Acción este jueves. (FIN/TD

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe