Las computadoras desechadas son un peligro ambiental y sanitario, del cual toman creciente conciencia autoridades y empresarios de Estados Unidos.
Gobiernos municipales y fabricantes impulsan el reciclaje de productos electrónicos descartados, pero organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientalistas opinan que las medidas adoptadas son insuficientes.
Según los activistas, las firmas que fabrican esos equipos deberían ser obligadas a costear la reutilización o reciclaje de sus productos, para inducirlas a desarrollar máquinas que impliquen menor peligro ambiental.
La mayor parte de las compañías y casi la mitad de los hogares estadounidenses poseen computadoras, pero son pocos los usuarios concientes de que sus equipos pueden causar graves problemas sanitarios si no los reciclan en forma adecuada al desecharlos.
Las normas en la materia «deberían provenir de la Agencia de Protección Ambiental, pero el gobierno no parece dispuesto a enfrentarse con la industria en asuntos ambientales», dijo a IPS Scott Ribble, de la ONG Californianos contra el Desperdicio (CAW, por sus siglas en inglés).
La llamada «basura electrónica» incluye también refrigeradores, reproductores de sonido y equipo médico, pero las computadoras son su componente más peligroso, porque en promedio un modelo se considera obsoleto tras sólo dos años de uso.
Sólo en el sudoccidental estado de California, unas 6.000 computadoras son consideradas obsoletas cada día, apuntó Ted Smith, director ejecutivo de la ONG Coalición contra los Tóxicos de Silicon Valley.
Silicon Valley (Valle del Silicio) es la denominación usual de una región sudoccidental donde se realizan desde los años 60 investigaciones tecnológicas avanzadas para productos que emplean componentes de silicio, entre ellos las computadoras.
Las computadoras incluyen tubos de rayos catódicos similares a los de los televisores, cubiertos de unos 1,8 kilogramos de plomo, y cantidades menores de otros materiales tóxicos, entre ellos mercurio y arsénico, según el informe «Computadoras envenenadas/Televisores tóxicos».
Ese estudio fue elaborado por el grupo dirigido por Smith, CAW y la ONG Materiales Para el Futuro.
Los materiales tóxicos de las computadoras arrojadas en vertederos contaminan el aire y el agua, y pueden causar daño genético, bronquitis asmática y retardo mental en la infancia, según los autores del informe.
Tres cuartas partes de las computadoras en desuso permanecen en hogares y oficinas, y las que terminan en vertederos suelen proceder de casas y pequeños negocios, sostuvo Michael Alexander, investigador de la ONG Coalición Nacional de Reciclaje.
Eso se debe a que la Ley de Conservación y Recuperación de Recursos, de 1999, establece la responsabilidad de las firmas que se deshagan en forma inadecuada de materiales tóxicos, y la escala de operaciones de las grandes compañías suele determinar que estén más dispuestas a invertir en reciclaje, agregó.
En cambio, es legal que equipos electrónicos domésticos sean tirados a la basura, y la mayoría de los estados del país permiten usar materiales tóxicos como los tubos de rayos catódicos para nivelar terrenos, salvo California y el estado nororiental de Massachusetts.
Más de 3,2 millones de toneladas de basura electrónica se emplean cada año para nivelar terrenos, según Smith.
Sólo 11 por ciento de las computadoras desechadas en el país en 1999 fueron recicladas, indicó la ONG ambientalista Consejo Nacional de Seguridad.
«La industria electrónica es el mayor sector manufacturero del mundo, el más rico y el de crecimiento más rápido. Debería asumir alguna real responsabilidad en la tarea de arreglar el desastre que ha causado», opinó Smith.
Reciclar en forma segura todas las computadoras en desuso almacenadas en casas y oficinas de California podría costar casi 1.000 millones de dólares, según los autores del estudio de las tres ONG.
El gobierno de ese estado, y quizá también el federal, deberían establecer normas basadas en una ley aprobada el 13 de junio por el Parlamento Europeo, organismo legislativo de la Unión Europea, opinó Smith.
Esa ley obliga a los fabricantes de equipo electrónico a pagar los procedimientos necesarios para reutilizar o reciclar sus productos, y estimula a las compañías a producir mercaderías reciclables, explicó.
El vicepresidente para asuntos ambientales del gigante de la electrónica Sony, Mark Small, señaló que la industria apoyará el reciclaje cuando descubra formas de lucrar con él, como lo hizo su firma en los últimos años.
Sony, al igual que las compañías Dell, Gateway, Hewlett- Packard, IBM y Xerox, también del sector electrónico, poseen programas de recuperación y reciclaje de sus equipos.Los usuarios de esos programas deben trasladar las máquinas a centros de reciclaje y pagar de 25 a 50 dólares.
Ambientalistas han señalado que esas condiciones desestimulan el reciclaje, y que es necesario lanzar una agresiva campaña nacional de educación de los consumidores.
La Alianza de la Industria Electrónica, que reúne a más de 80 por ciento del sector, instaló un sitio en Internet, la red mundial de comptadoras (www.eiae.org) para la educación de los consumidores, y lanzó un programa piloto de un año para evaluar procedimientos de recolección y reciclaje de computadoras. (FIN/IPS/tra-eng/lb/aa/mp/en/01