ALEMANIA: Ingresarán 50.000 inmigrantes calificados por año

La Comisión Especial sobre Inmigración de Alemania recomendó hoy autorizar el ingreso de 50.000 trabajadores inmigrantes altamente calificados por año para aliviar la carencia de mano de obra.

La propuesta de la comisión multipartidaria creada en 2000 por el canciller Gerhard Schroeder y presidida por Rita Suessmuth, de la opositora Unión Demócrata Cristiana (CDU), conducirá a crear el primer sistema de inmigración controlada en Alemania.

Pero las condiciones y fecha de vigencia del programa serán negociados en el parlamento.

El principal motivo para la apertura a la inmigración es la falta de trabajadores calificados. La globalización y la reñida demanda de universitarios, científicos y técnicos en informática y telecomunicaciones condujo a la recomendación de cuotas de visas en varias áreas clave.

La Comisión Suessmuth sugirió un sistema similar al de Canadá para seleccionar inmigrantes según la edad, la educación, la formación profesional y la «disposición a la integración» (manejo o dominio de la lengua alemana).

Bajo este sistema se sugiere un ingreso de 20.000 personas en un año, las que tendrán derecho a trasladarse con sus familias.

Otras 20.000 visas anuales se destinarían a resolver la falta de mano de obra de las industrias. Estos permisos serán temporarios, vinculados al trabajo y con derechos limitados para el ingreso de las familias.

Otras 10.000 visas anuales se otorgarían a quienes estudian o reciben capacitación en universidades o empresas alemanas, en especial en áreas científicas e ingeniería. «No es justo permitir que las empresas importen mano de obra antes de dar trabajo a quienes ya están aquí», dijo Suessmuth.

Hace unos meses, la discusión sobre la competencia internacional por personal informático de India finalizó con la provisión de 20.000 visas a inmigrantes técnicos para este año.

Fue la primera concesión de visas de inmigración desde 1973, cuando se cerró el ingreso de ciudadanos turcos. Ya se utilizaron 8.000 visas, en su mayoría para trabajadores de Europa oriental y de las repúblicas ex soviéticas.

Las recomendaciones de la comisión serán la base de la primera ley de inmigración que el Poder Ejecutivo presentará al parlamento a fin de año.

Suessmuth subrayó que las cifras propuestas no eran inamovibles. «No tenemos experiencia previa en administrar la inmigración. Debemos lograrla antes de decidir cómo funcionará. Por eso es equivocado hablar de cuotas o de límites», dijo.

Sus declaraciones se referían a la previsible polémica parlamentaria en un asunto sensible para el país.

Funcionarios del Ministerio del Interior, encargado de redactar el proyecto, subrayaron que tampoco propiciaban una cuota fija sino un sistema «con espacio para respirar», que fuera capaz de reaccionar «en forma flexible» a las necesidades de la economía.

Con todo, el informe de la Comisión representa un cambio radical en la concepción de que el país no es una tierra de inmigración.

Alemania, con 82 millones de habitantes, tiene siete millones de habitantes extranjeros procedentes de Turquía, Grecia y la antigua Yugoslavia, que llegaron en las décadas de 1950 y 1960.

Conocidos como «gastarbeiter» (trabajadores huéspedes), fueron aceptados para ocupar puestos laborales vacantes con la advertencia de que se irían cuando la demanda dejara de existir.

Pero aún cuando la tercera generación de ciudadanos de origen turco pasó la adolescencia, los políticos conservadores seguían insistiendo en que «Alemania no es un país de inmigración».

«En el pasado el debate sobre el asunto (de la inmigración) era emocional y alejado de la realidad. Por mucho tiempo negamos que hubiera inmigración, pero ahora aceptamos que Alemania se ha convertido de hecho en un país de inmigración», dijo el ministro del Interior Otto Schily.

El elevado envejecimiento de la población y la baja natalidad son motivo de preocupación. «Nadie dice que la inmigración resolverá el problema de la población envejecida, pero puede reducirla», indicó Suessmuth.

La esperanza de vida de la población alemana es de 77 años, mientras 16 por ciento de sus habitantes son mayores de 65 años. La tasa de fecundidad es de un hijo por mujer y se registran nueve nacimientos cada 1.000 habitantes.

Sin embargo, a muchos políticos les preocupa la reacción que la ley de inmigración despierte en la opinión pública, en especial en la antigua Alemania oriental donde son frecuentes los ataques a los extranjeros.

Incluso en los estados de la región occidental, varias encuestan señalan que la población teme ser «inundada de extranjeros» o que se amenace el estilo de vida alemán.

La Comisión Suessmuth recomendó programas para asegurar la «integración» de los inmigrantes. El informe sugiere que todos los inmigrantes tomen «al menos 600 clases de alemán» así como clases de «estilo de vida alemán».

«El cumplimiento formal de las exigencias que la ley plantee a los inmigrantes y el aprendizaje de la lengua no serán suficientes para evitar lo que ya ha pasado en muchas ciudades alemanas: el desarrollo de sociedades paralelas», dijo Friedrich Merz, líder de la bancada paralamentaria de la CDU.

«Debemos asegurar que esos niños y familias no vivan en guetos, que asistan a escuelas donde también aprendan la lengua alemana y donde crezcan en un entorno alemán», afirmó Merz.

Alemania debe armonizar sus disposiciones de reunión familiar de los inmigrantes a la normativa de la Unión Europea (UE) que estipula que los hijos menores de 18 años deben permanecer junto a sus padres inmigrantes, medida resistida por la opositora CDU.

Sin embargo, este partido tradicionalmente contrario a la inmigración de cualquier tipo ha cedido a las demandas de las empresas, donde están sus principales votantes, y ha reconocido la necesidad de fuerza laboral extranjera.

Pero la CDU aún no decidió si respaldaría una ley de inmigración. La resolución depende en gran medida de la fecha de inicio del programa inmigratorio.

Algunos se inclinan por el año 2010, cuando la falta de mano de obra se agudizará por el envejecimiento de la población actualmente activa.

Para entonces, varios países de Europa oriental habrán ingresado a la UE y por tanto el libre movimiento de trabajadores de esas naciones permitirá satisfacer la demanda alemana.

Sin embargo, muchas industrias que ya enfrentan carencia de mano de obra no pueden esperar tanto y reclaman una fecha más próxima.

Por otra parte, la creación de una Oficina Federal de Inmigración que procese las solicitudes de ingreso fue considerada esencial por la Comisión con el fin de evitar diferencias en la administración por parte de los estados federales.

El año pasado el parlamento aprobó una ley para facilitar la adopción de la ciudadanía a los nacidos en Alemania, pero varios estados han recibido críticas por las estrictas exigencias que impusieron a los aspirantes a la naturalización. (FIN/IPS/tra-en/ys/mn/dc/aq/pr/01

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