La 37 cumbre de la Organización de la Unidad Africana (OUA) concluyó hoy en Zambia con la adopción de un plan para transformar al organismo continental en una Unión Africana, con una moneda, un parlamento continental y un tribunal de justicia en común para los 54 estados miembros.
La Unión Africana estará radicada en Etiopía, como el organismo que sustituye, y seguirá el modelo de la Unión Europea para unir a los estados miembros en los ámbitos político, social y económico.
Salim Ahmed Salim, el anterior secretario general de la OUA, explicó que el parlamento y el tribunal entrarán en vigor el año próximo.
La Unión, cuyo secretario general es Amara Essy, de Costa de Marfil, implica que los países africanos renunciarán a aspectos de su política exterior, como el principio de no intervención en los asuntos de terceros países.
En la sesión final de la cumbre este miércoles, el presidente de Zambia, Frederick Chiluba, dijo que «Africa no tiene el lujo del tiempo. Vivimos en una época en que el cambio sucede y se mide en milisegundos».
Pero organizaciones no gubernamentales (ONG) de toda Africa señalaron, al final de una reunión paralela a la cumbre, que «la sociedad civil africana estuvo excluida de los procesos que conducen a la creación de la unión».
«Africa sólo puede enfrentar los problemas que la afectan si hay una asociación efectiva entre la sociedad civil y los gobiernos africanos», declararon.
La reunión de las ONG fue organizada por Inter Network for Human Rights and development (Afronet), de Zambia, Rights and Democracy, de Canadá, y Civil Liberties Organisation and Human Rights Law Service, de Nigeria.
La reunión expresó la inquietud de que los gobiernos africanos no consultaron a sus pueblos antes de apoyar el plan para transformar la OUA en una Unión Africana.
Mary Robinson, Alta Comisionada de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos, prometió en la reunión paralela el apoyo de su oficina a lo que consideró una «causa noble».
Barney Pityana, integrante de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, también asistió a la reunión y prometió apoyo moral a las ONG en sus gestiones para influir en la creación de la Unión Africana.
«Nuestra causa tiene el respaldo de algunas de las personas más influyentes del mundo. Eso no es de sorprender, porque nuestra causa es justa», dijo a IPS el director ejecutivo de Afronet, Ngande Mwanajiti.
El proyecto de creación de la unión, discutido en la cumbre oficial, hace referencia a la necesidad de incluir a las ONG y al sector privado en la estructura y administración del organismo continental, en calidad asesora.
Pero las ONG consideran que eso no basta, y pretenden estructuras que faciliten la participación de la sociedad civil en la administración de la Unión Africana.
«La OUA fracasó porque no tenía un mecanismo para relacionarse con el pueblo. Ahora queremos que nuestros gobiernos creen un ambiente capacitante para que organizaciones de todos los ámbitos puedan relacionarse con la unión», dijo Mwanajiti.
El martes, el líder libio Muamar Gadafi, habló con dirigentes cívicos en la embajada libia en Lusaka. Gadafi, uno de los impulsores de la Unión Africana, anunció la creación de un movimiento masivo de mujeres y jóvenes para apoyar la unión.
Así mismo, tanto los presidentes como las ONG africanas comparten las mismas ideas sobre los cometidos de la Unión Africana. Ambos desean fortalecer el mecanismo continental de resolución de conflictos, cesar las violaciones a los derechos humanos, combatir la pandemia de sida y reducir la pobreza. (FIN/IPS/tra-en/jm/mn/aq/ip/01
