Donaciones al Fondo Mundial contra el Sida prometidas durante la sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre la pandemia aumentaron el monto a 920 millones de dólares, pero se trata de menos de un décimo de la meta inicial.
La creación del fondo fue propuesta en marzo por el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, para luchar contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la tuberculosis y la malaria.
En aquella ocasión, Annan planteó el objetivo de reunir 10.000 millones de dólares anuales, y sostuvo que el mínimo necesario eran 7.000 millones.
En la actualidad, se destinan sólo unos 1.800 millones de dólares por año para afrontar la epidemia de sida, indicó Julia Celeves, alta funcionaria del Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA).
La Asamblea General discutió durante tres días, hasta este miércoles, propuestas para frenar el avance del sida.
Gran Bretaña se había comprometido a aportar 100 millones de dólares, y anunció el martes la duplicación de esa contribución, con lo cual equiparó la donación de 200 millones prometida por Estados Unidos el mes pasado.
Británicos y estadounidenses son los mayores contribuyentes al fondo, seguidos por Francia, que prometió en mayo 127 millones de dólares.
La Fundación Bill y Melinda Gates, con fines humanitarios y creada por el fundador de Microsoft, el gigante de la informática, donó 100 millones de dólares.
Durante la sesión de la Asamblea General, Noruega aportó 110 millones de dólares, Canadá 73 millones, y Suecia 60 millones.
Tres países africanos muy afectados por el sida y por problemas económicos, entre ellos abultadas deudas externas, anunciaron el lunes aportes que suman 13 millones de dólares, 10 millones de Nigeria, dos millones de Uganda y un millón de Zimbabwe.
El objetivo de la sesión especial no era reunir aportes para el fondo, pero las contribuciones realizadas durante la reunión muestran un importante compromiso de los Estados miembros del foro mundial, dijo a periodistas Sue Markham, portavoz del presidente de la Asamblea General.
Algunos de los aportes prometidos esta semana se realizarán a lo largo de un periodo de tres años, y otros tienen como destino gastos generales en la lucha contra el sida, sin estar reservados en forma específica para el fondo mundial, explicó.
Irlanda anunció que aumentaría 30 millones de dólares su presupuesto anual para asistencia directa a los países más pobres, y Finlandia prometió aportar unos seis millones de dólares a ONUSIDA.
El Grupo de los Ocho, que reúne a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, informó que anunciará contribuciones adicionales al fondo en la cumbre que llevará a cabo el mes próximo en la ciudad noroccidental italiana de Génova.
El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, dijo el lunes durante la sesión especial que los 200 millones de dólares prometidos por su país eran sólo un primer aporte para estimular a otras naciones a donar «miles de millones más», y que Washington contribuirá con «más dinero cuando la experiencia muestre dónde resulta más efectivo el apoyo».
Sin embargo, organizaciones no gubernamentales y activistas contra el sida opinaron que la donación estadounidense fue escasa y tardía.
La contribución de Washington equivale a unos tres dólares por cada persona con sida en Africa subsahariana, la región más afectada por la epidemia, y eso es «suficiente para pagar una cena, pero no para salvar una vida», comentó Paul Davis, de la organización no gubernamental Coalición para el Proyecto de Acceso Mundial a la Salud.
Otros países aportaron sumas muy inferiores a la prometida por Estados Unidos, tras el «cuestionable liderazgo» de Washington, y eso pone en peligro la capacidad del fondo para realizar una intervención significativa en la lucha contra la epidemia, añadió.
Por otra parte, el fondo puede crear expectativas erróneas falsas esperanzas de frenar la expansión de la epidemia sólo con medicamentos, aún si se alcanza el objetivo de reunir 10.000 millones de dólares, apuntó Mark Curtis, de la organizaciónm humanitaria británica Ayuda Cristiana.
«La comunidad internacional debe aumentar en forma masiva su aporte a las vías ya existentes de asistencia, y concentrarse en la reforma de esas vías, en vez de distraerse con la discusión de un nuevo fondo», alegó.
«Los 200 millones de dólares prometidos por (el presidente estadounidense, George) Bush equivalen al pago de deuda externa que realizan las naciones de Africa subsahariana en menos de una semana», señaló Tim Atwater, de la filial estadounidense de Jubileo 2000, una coalición por la cancelación de la deuda externa de los países pobres.
Si el Congreso de Estados Unidos aprobara esa donación este lunes, Africa subsaharian ya habría devuelto el dinero este viernes mediante pagos de deuda externa, explicó.
Malawi gasta cada día a servicio de su deuda externa el dinero necesario para la formación de 160 nuevos maestros de escuela primaria, y casi 30 por ciento de los maestros de escuela primaria de ese país están infectados por el VIH, indicó Lucy Matthew, de la organización no gubernamental británica Terminen con la Deuda.
En Zambia, donde la séptima parte de la población infantil es huérfana debido al VIH/sida, el dinero que se destina durante cuatro días a pago de deuda externa sería suficiente para brindar alojamiento y alimentación a unos 10.000 niños y niñas durante un año, agregó. (FIN/IPS/tra-eng/td/aa/mp/he/01
