SALUD: Discriminación de enfermos crece con el avance del sida

La discriminación de las mujeres embarazadas portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida) es un problema a gran escala en el Sur en desarrollo, advirtió una experta nicaragüense.

La psicóloga Rita Arauz, cuyo apoyo a los enfermos de sida fue reconocido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), expresó a IPS preocupación ante la discriminación que sufren aquellas personas en el Sur.

«En muchos países pobres las mujeres con sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) no reciben el tratamiento adecuado en los hospitales al momento de dar a luz», advirtió.

La especialista indicó que un tratamiento adecuado otorga a los bebés nacidos de madres portadoras de VIH mayores posibilidades de evitar el contagio.

Arauz, con tres décadas de lucha por los derechos humanos en Nicaragua, trabaja hace 15 años a favor de los portadores del VIH y es considerada una de las voces más autorizadas de América Central en la materia.

El año pasado obtuvo junto a otros tres activistas el premio internacional «Carrera contra la pobreza», otorgado por el PNUD a quienes se destacan en la lucha por la calidad de vida de los pueblos.

«La atención de una embarazada con sida debe ser especial, y se recomienda que el parto se realice por cesárea», explicó la experta. La cesárea reduce a sólo ocho por ciento de los casos las posibilidades de transmisión del virus al bebé.

En cambio, el intercambio de sangre y líquidos que ocurre en el parto normal incrementa el riesgo de contagio a 30 o 40 por ciento.

Estadísticas del Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida), señalan que el sida afectaba hasta 2000 a 16,4 millones de mujeres en el mundo, 1,3 millones de las cuales murieron ese año.

El Onusida también indica que el año pasado, 2,2 millones de mujeres se sumaron a la lista de nuevas afectadas por la pandemia.

«Los hospitales de los países pobres deberían tener conciencia de la necesidad de darlun trato diferenciado a las embarazadas enfermas de sida», añadió Arauz.

La experta afirmó que al momento de realizar un parto normal a una embarazada portadora de VIH se comete una doble violación de los derechos humanos, ya que por un lado se atenta contra los derechos de la madre y por otro contra los del recién nacido.

Arauz fundó en 1990 en Nicaragua la organización no gubernamental Nimehuatzin, con el fin de brindar apoyo a hombres y mujeres afectados con sida.

El centro Nimehuatzin, palabra indígena náhuatl que significa «nos levantamos por una causa noble», también ejecuta campañas para erradicar el estigma social de esta enfermedad.

La preocupación de Arauz se refiere a la discriminación contra mujeres, hombres y niños con sida, que en la actualidad provoca un círculo vicioso en los países pobres.

«La discriminación es altísima y se da a todos los niveles. Por lo general, si una persona llega a un hospital público y se le detecta el VIH, es muy común que le digan que no le pueden seguir dando atención», aseguró.

Añadió que hay un círculo vicioso, pues las personas enfermas de sida tienden a guardar silencio sobre su mal por temor a ser discriminadas en el trabajo, en su familia y en su barrio.

El ocultamiento de la condición de portador de VIH pone en peligro a otras personas, que también pueden contagiarse.

Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que la pandemia de sida crece en forma constante en América.

Suman ya más 2,7 millones los portadores de VIH en el hemisferio occidental. Son casi un millón en Estados Unidos y Canadá y más de 1,7 millones en América Latina, 390.000 de los cuales residen en el Caribe.

También se calcula que en esta zona del mundo se producen de 600 a 700 nuevas infecciones de VIH cada día y que el año pasado ocurrieron alrededor de 100.000 muertes a causa del sida.

En el Caribe, la mayoría de las personas portadoras de VIH se infectaron por mantener relaciones heterosexuales sin protección.

Los expertos suponen que una de cada 50 personas del área caribeña está infectada con VIH, y que el país más afectado es Haití.

Arauz manifestó a IPS su temor de que las personas afectadas con sida de los países pobres «sigan ocultando su realidad ante tanta discriminación».

Además, consideró que esta enfermedad se está volviendo un problema invisible, pues muchos gobiernos del Sur en desarrollo están ignorando su impacto real.

La experta reveló que la tendencia en América Central es una escalada general y rápida del contagio, en particular entre las mujeres jóvenes.

«En los países pobres necesitamos más voluntad política y un apoyo mayor a las personas que han contraído la enfermedad, porque es un hecho que el virus avanza», señaló Arauz.

Los derechos de los enfermos del sida y particularmente de las mujeres afectadas serán abordados a partir del próximo lunes por los participantes en una sesión especial de tres días de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas sobre VIH/sida. (FIN/IPS/nms/dm-ff/he/01

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