El secretario general de la ONU, Kofi Annan, restó importancia al creciente temor a que, por presión de Estados Unidos y de las grandes firmas farmacéuticas, el suministro de medicinas de bajo costo sea excluido de una nueva iniciativa mundial contra el sida,
Annan, tras su discurso del viernes ante la Cámara de Comercio estadounidense, dijo que no está preocupado por supuestas presiones de Washington para evitar la inclusión de la entrega de medicinas sin patentes, fabricadas en países en desarrollo, en el plan del Fondo de Fideicomiso Mundial para la Salud y el Sida.
«Queremos aprovechar bien los recursos y deseamos hacerlo (comprar medicinas) en la forma más rentable posible. No excluiremos a los medicamentos sin patentes», dijo el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
El Fondo multilateral, cuya creación fue anunciada en mayo, espera recaudar por año entre 7.000 y 10.000 millones de dólares para financiar programas de prevención, cuidado y tratamiento de la tuberculosis, la malaria y del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Se espera que los países donantes anuncien su compromiso con el Fondo en la sesión especial de la Asamblea General de la ONU, que se realizará entre el 25 y el 27 de este mes en Nueva York.
Las palabras de Annan seguramente provocarán malestar en las compañías farmacéuticas multinacionales, que se oponen a la entrega de medicinas sin patentes.
«Creemos que el Fondo no debe ser usado para introducir medicinas no registradas en países que tienen leyes de propiedad intelectual», dijo Mark Grayson, del grupo Productores e Investigadores Farmacéuticos de Estados Unidos.
Grayson criticó a Sudáfrica por comprar medicinas sin protección de patentes, pese a que dice apoyar los acuerdos internacionales sobre derechos de propiedad intelectual.
El gobierno sudafricano este año ganó una batalla contra la industria farmacéutica transnacional, al aprobar una nueva ley que le permite al Ministerio de Salud importar o producir medicinas sin patente.
«Creemos que ya hicimos una gran contribución en la lucha contra el sida al disminuir los precios de los medicamentos», dijo Grayson, aludiendo a una oferta hecha por cinco grandes empresas para negociar descuentos. Pocos países subsaharianos se beneficiaron de la iniciativa.
Annan aseguró que el Fondo respetará los derechos de patente aunque, al mismo tiempo, buscará facilitar el acceso a medicinas baratas para las personas más pobres. Pero no detalló cómo espera lograrlo.
La guerra de precios puso a las empresas farmacéuticas del Norte industrializado en contra de las naciones productoras de medicamentos sin patente, como India y Tailandia, que aún no apoyan el régimen de protección intelectual de la Organización Mundial de Comercio.
Los productores sin patente venden a los gobiernos de Africa, como Camerún y Nigeria, copias de las medicinas registradas a unos 350 dólares por paciente, cuando las multinacionales lo hacen a entre 10.000 y 15.000 dólares en el mercado de Estados Unidos.
La ONU lanzó un programa por el cual las principales empresas farmacéuticas venden los medicamentos a Kenia a precios que van de 1.300 a 1.600 dólares.
Sin embargo, el grupo no gubernamental Médicos Sin Fronteras, con sede en Francia, señaló que sólo 2.000 de los 2,3 millones de keniatas portadores de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) podrán beneficiarse del plan, debido a las severas condiciones que imponen las compañías.
La industria farmacéutica es acusada de negociar en secreto con los países africanos para obtener más beneficios e imponer más limitaciones a los programas.
Paul Davis, activista de la Coalición contra la Brecha en la Salud, una red sobre el tratamiento de sida, dijo que las grandes firmas farmacéuticas reciben el respaldo de Washington en su lucha contra las medicinas sin patente.
Delegados estadounidenses adelantaron esta semana en la reunión del Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el VIH/sida (Onusida) que Washington no respaldará el suministro de medicinas sin patente a través del Fondo, informó Davis.
Aún no se sabe como operará el Fondo, aunque Annan indicó que probablemente sea administrado por una pequeña secretaría fuera de la ONU, con operaciones financieras en el Banco Mundial.
«Por ahora todas las decisiones se toman a través de negociaciones secretas entre Estados Unidos, la Unión Europea y varias agencias de la ONU», explicó Davis a IPS.
«Para cuando se realice la sesión especial, la mayoría de los parámetros y políticas habrán sido establecidas y anunciadas a las respectivas delegaciones», añadió.
En el encuentro de Nueva York se definirán los principales objetivos del Fondo. Estados Unidos prometió aportar 200 millones de dólares, pero su contribución fue acusada de escasa ante la magnitud del capital requerido.
La Coalición contra la Brecha en la Salud presiona para que se le permita al Fondo adquirir medicinas y otros artículos sanitarios a los precios más bajos, sin considerar las patentes.
«La competencia sin patente fue lo que presionó a la baja los precios de las medicinas. Su exclusión sólo beneficiaría a los intereses de las compañías farmacéuticas y no a los pobres, que son los que más las necesitan», dijo Davis. (FIN/IPS/WD/NA/HE/gm/aa/he/rp/01
