SALUD-AFRICA: Pfizer instala avanzada clínica regional contra sida

La transnacional farmacéutica Pfizer destinó 11 millones de dólares a instalar en la capital ugandesa una gran clínica regional avanzada de tratamiento del sida, que comenzará a funcionar a fines de este año.

La clínica de Kampala, una iniciativa de la Alianza Académica para el Cuidado y la Prevencion del Sida en Africa (AAACPA, por sus siglas en inglés), será la primera de su tipo en Africa, y la dirigirá un consejo de expertos en sida ugandeses.

Se prevé que la clínica atienda a 50.000 pacientes en 2002 y 2003, además de brindar cada año capacitación a 80 profesionales de la salud de otras naciones africanas, entre ellos médicos, personal de enfermería, técnicos de laboratorio y asesores.

Esas personas aprenderán a capacitar a otras de sus países de origen en técnicas avanzadas de diagnóstico y tratamiento del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), incluyendo el uso de medicamentos antirretrovirales, cuya eficacia para frenar el desarrollo del mal se ha probado en naciones industrializadas.

Los costosos antirretrovirales, o inhibidores de las proteasas, se combinan con antimicóticos y otros medicamentos que combaten las infecciones causadas por agentes oportunistas en los pacientes de sida.

Menos de uno por ciento de los ugandeses pueden pagar el tratamiento con antirretrovirales, que cuesta en la actualidad unos mil dólares por paciente y por año.

Los responsables de la clínica, pedirán a todas las grandes firmas farmacéuticas que les donen o les vendan con descuentos medicamentos antirretrovirales patentados.

«No vamos a usar sólo el medicamento (antirretroviral patentado) de Pfizer. Necesitamos los de todas las demás firmas farmacéuticas, a las cuales daremos la oportunidad de contribuir al tratamiento de nuestros pacientes», dijo el médico Nelson Sewankambo, integrante de la AAACPA.

Esa organización sanitaria, presidida por el médico Merle A. Sande, de la estadounidense Universidad de Utah, será responsable de la construcción de la clínica, en terrenos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Makarere.

Pfizer, con sede en Estados Unidos, busca demostrar que prioriza «la vida sobre el lucro», tras el grave desprestigio de las grandes firmas farmacéuticas debido a la demanda que presentaron contra el gobierno de Sudáfrica por permitir la importación o producción de medicamentos genéricos.

Esa demanda, retirada el 19 de abril bajo presión internacional, frenó durante cuatro años el acceso de los sudafricanos a medicamentos baratos contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Los medicamentos genéricos, identificados con el nombre de su principio activo, resultan mucho más baratos que sus equivalentes con marca registrada, pero las firmas transnacionales consideran que producirlos es un acto de piratería que afecta sus derechos de propiedad intelectual.

El proyecto de Kampala incluye la investigación de procedimientos simples y baratos para administrar antirretrovirales a pacientes de áreas rurales.

Las grandes firmas farmacéuticas han alegado durante años que sería inútil que bajaran en Africa los precios de sus productos contra el sida, porque la mayoría de los países del continente carecen de infraestructura para distribuirlos, administrarlos y controlar a los pacientes de modo eficaz y seguro.

Sewankambo dijo que la clínica de Kampala buscará alternativas a los costosos exámenes de laboratorio empleados en Estados Unidos y Europa para controlar a los pacientes en tratamiento con antirretrovirales, con intervalos de entre uno y tres meses.

Esos exámenes se realizan para verificar que el tratamiento no cause perjuicios a los pacientes, e incluyen mediciones de la presencia en sangre del virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH, causante del sida) y de células inmunitarias CD4, explicó.

«Nuestras comunidades están en desventaja, porque no disponen de las instalaciones necesarias para realizar esos análisis de sangre. Hallar formas más baratas de controlar a los pacientes en tratamiento es de crucial importancia», señaló.

«Las instalaciones avanzadas de la clínica (de Kampala) serán un punto de referencia para medir la eficacia de otros procedimientos de control», añadió.

La AAACPA espera extender los servicios de la clínica a regiones rurales, mediante el uso de instalaciones sanitarias existentes en la actualidad o la instalación de otras nuevas.

«Deberemos resolver el problema del tratamiento controlado de personas en áreas alejadas de las clínicas, y eso no será fácil», apuntó Sewankambo.

Pfizer anunció que brindará en forma gratuita a los 50 países más pobres del mundo las cantidades que le soliciten de su medicamento patentado Diflucan, un antimicótico empleado para el tratamiento de la meningitis causada por criptococos, que puede ser mortal y afecta a 10 por ciento de los pacientes de sida.

«Pienso que es probable que Pfizer actúe en parte para mejorar su imagen, pero también me parece que hay un cambio de actitud de las grandes firmas farmacéuticas, las cuales desean ahora hacer bien a la humanidad, tras las acusaciones por los altos precios de sus medicamentos», comentó Sewankambo.

La directora de la División de Filantropía Internacional de Pfizer, Paula Luff, aseguró que esa firma ha realizado actividades humanitarias desde su fundación en 1849.

«Mantenemos en Estados Unidos programas de acceso a medicamentos y de becas de estudio en las áreas de salud y educación, y en 1996 comenzamos a trabajar en cuestiones sanitarias internacionales, al lanzar una iniciativa mundial contra el tracoma», un tipo de inflamación de los ojos, dijo.

«La clínica de Kampala es parte de la evolución de nuestros programas mundiales de filantropía», aseveró.

Pfizer eligió Uganda por sus excelentes antecedentes de lucha contra la epidemia de sida, indicó.

«Nuestros asociados de la Universidad de Makerere y la AAACPA tienen mucha fuerza y son muy experientes. Uganda ha hecho un gran trabajo desde el comienzo de la epidemia, y pensamos que apoyar ese esfuerzo podía servir como modelo para otros países», agregó.

Uganda tiene 23 millones de habitantes, y unos 820.000 de ellos están infectados por el VIH. La tasa de infección de adultos está cerca de ocho por ciento.

Especialistas en sida opinan que el proyecto de la clínica de Kampala muestra que las grandes firmas farmacéuticas aceptan como un hecho inevitable la futura rebaja de los precios de sus antirretrovirales en Africa, donde unos 25 millones de personas infectadas por el VIH necesitan esos medicamentos. (FIN/IPS/tra- eng/ks/mn/mp/he/01

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