SALUD-AFRICA: Gobernantes critican indiferencia ante sida

Varios gobernantes de Africa criticaron la indiferencia de la comunidad internacional ante la pandemia de sida en ese continente, donde se cuentan 25,3 millones de afectados, 70 por ciento del total mundial.

La respuesta internacional no se adecua a la velocidad de propagación ni a la gravedad de la epidemia en Africa subsahariana, advirtieron los líderes africanos en la sesión especial de tres días de la Asamblea General de la ONU sobre el VIH/sida, que finalizará este miércoles.

Un mandatario africano tras otro se levantó en la jornada inaugural de la sesión especial, el lunes, para reclamar más fondos para la lucha contra el sida. Sólo 10.000 africanos reciben tratamiento adecuado.

«Si actuamos de forma decisiva, podremos redimirnos», dijo a la asamblea de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) Festus Mogae, presidente de Botswana, el país con la tasa de infección más alta del mundo y uno de los más pobres del planeta.

Se calcula que 35,8 por ciento de la población en edad sexualmente activa de Botswana está infectada con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) o enferma de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

El presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, lamentó que «Africa, un continente paralizado por el subdesarrollo, la pobreza, la escasez de alimentos, las guerras civiles y la carga de la deuda externa, sea también el más afectado por la pandemia de VIH/sida».

«Africa debe sobrevivir», urgió Obasanjo.

Los delegados africanos destacaron la urgente necesidad de garantizar el acceso de los infectados a drogas antirretrovirales, el tratamiento más efectivo conocido hasta el momento, a bajo costo.

Otros apuntaron a la decepcionante respuesta internacional al llamado del secretario general de la ONU, Kofi Annan, a formar un fondo mundial contra el sida y otras enfermedades de 7.000 a 10.000 millones de dólares al año.

Para cuando termine la sesión especial, el fondo apenas habrá recaudado 1.000 millones de dólares, advirtieron funcionarios.

Uganda, un pionero en esfuerzos de control del sida desde la década de 1980, prometió dos millones de dólares para el fondo. Funcionarios ugandeses reconocieron que se trata de una cantidad pequeña y exhortaron a países más ricos a «contribuir en proporción a sus recursos».

Pero aún si el fondo se completa, la carga de la deuda externa de Africa lo volverá insignificante, advirtieron funcionarios y activistas.

Los países de Africa subsahariana pagan cada año 14.200 millones de dólares a sus acreedores externos, entre ellos gobiernos, instituciones multilaterales de crédito y bancos privados, según la organización no gubernamental (ONG) Drop the Debt.

El aporte prometido por Estados Unidos al fondo (200 millones de dólares) equivale a menos de una semana de servicio de la deuda de esa región.

En base a estas cifras, algunos delegados africanos reclamaron no sólo el aumento de la inversión en salud, sino también la cancelación de la deuda externa, para que las ganancias resultantes puedan usarse para subsidiar los tratamientos y contrarrestar el efecto económico del VIH/sida.

La mayoría de las víctimas del sida son adultos jóvenes, de 20 a 40 años, y esto tiene un gran impacto en las economías nacionales.

En Africa, donde han ocurrido casi 80 por ciento de las 22 millones de muertes por sida, la gran mayoría de esas víctimas tenían hijos, que quedaron librados a su propia suerte.

«La circunstancia del VIH/sida pone de relieve nuestra necesidad de cancelación total de la deuda africana en favor del sector social. Si vamos a ser verdaderos socios de desarrollo, debemos liberar los recursos de la deuda para poder combatir el flagelo del sida», insistió Obasanjo.

«Los países africanos precisan acceso a acuerdos financieros internacionales para poder tener un crecimiento económico sustentable, generar recursos adecuados y combatir la pobreza y el sida», destacó Eriya Kategaya, viceprimer ministro de Uganda.

«Entre esos acuerdos debe figurar la cancelación total de la deuda de los países pobres fuertemente endeudados», agregó.

Zambia, uno de los países más pobres del mundo con 20 por ciento de infección por VIH, gasta 100 millones de dólares más en el pago de intereses de la deuda que en salud, señalaron delegados.

Los líderes africanos también reclamaron la cancelación de su deuda en una cumbre celebrada en abril en Abuja, Nigeria, pero los países ricos y acreedores multilaterales evitaron medidas decisivas.

Mientras, crecen los costos humanos y económicos de la epidemia. Entre 1990 y 1997, el crecimiento del ingreso por habitante se redujo de 1,1 a 0,4 por ciento en Africa como resultado del VIH/sida, según el Banco Mundial.

En Kenia, el producto interno bruto en el año 2005 será 15 por ciento inferior a lo que sumaría si no fuera por la epidemia de sida.

Jacques Diouf, director general de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), subrayó que el costo del cuidado de un paciente de sida y de su funeral excede el ingreso anual medio de un agricultor africano.

Además, el sida y los problemas económicos están revirtiendo los progresos logrados en expectativa de vida en el sur de Africa, señaló Annan.

Se estima que los niños nacidos en esa región entre 2002 y 2010 morirán en promedio a los 45 años, frente a 58 años en la actualidad.

Los niños menores de cinco años representan una de cada cuatro muertes por sida en Africa, destacó World Vision, una ONG.

En ese continente ya hay 13 millones de niños que perdieron a uno de sus padres por el sida, y el número de huérfanos aumentará a 30 millones para 2010 si no se adoptan medidas radicales, advirtió el grupo.

Para entonces, agregó, el costo de la capacitación de sustitutos para los 14.460 maestros que morirán de sida en Tanzania habrá alcanzado 21 millones de dólares, según las previsiones.

El presidente de Kenia, Daniel Arap Moi, hizo una referencia a los grandes laboratorios occidentales que se oponen a los esfuerzos de los países pobres de fabricar sus propias drogas genéricas a un precio mucho menor que el de los productos de esas compañías.

«Llegó el momento de tomar una decisión entre la vida de nuestra gente y los intereses comerciales. La vida humana debe estar por encima de todo, y en eso se basa nuestra decisión», dijo. (FIN/IPS/tra-en/lm/aa/mlm/he-dv/01

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