RUSIA-JAPON: Concesión pesquera reaviva disputa por islas Kuriles

El reclamo japonés de cuatro islas del archipiélago de las Kuriles, ocupadas por Rusia y ricas en recursos pesqueros, es un importante obstáculo para los vínculos económicos bilaterales.

La reivindicación fue enfatizada por derechistas japoneses en tiempos de la Unión Soviética, y es en la actualidad una de las cuestiones preferidas por políticos nacionalistas y sindicatos rusos.

El archipiélago de las Kuriles está ubicado entre la península rusa de Kamchatka y la isla japonesa de Hokkaido, e integrado por unas 30 islas, cuya superficie total es unos 10.400 kilómetros cuadrados.

Un tratado entre Tokio y Moscú reconoció en 1875 la soberanía japonesa sobre cuatro de esas islas, que la Unión Soviética ocupó en 1945, en los últimos días de la segunda guerra mundial, y están en la actualidad bajo control de Rusia.

Tokio reclama desde entonces esas cuatro islas, y por esa causa nunca ha firmado un tratado de paz con Moscú relativo a la segunda guerra mundial.

El fondo del asunto es económico, ya que las aguas en torno de las Kuriles son una de las áreas de pesca más ricas del mundo. De allí se extrae cada año más de un millón de toneladas de valiosos productos marinos, indicó el presidente del Sindicato de Pescadores de Rusia, Vitaly Pushkarev.

Esa fue la causa del malestar expresado por Japón tras la reciente decisión rusa de conceder permisos de pesca en el espacio disputado a firmas de Corea de Sur. La protesta está contenida en una carta enviada la semana pasada por el ministro de Relaciones Exteriores japonés Makiko Tanaka a su par ruso Igor Ivanov.

Tanaka pidió que la concesión fuera anulada, e Ivanov declaró al día siguiente que sólo se trataba de «un acuerdo comercial que no puede afectar las relaciones entre Rusia y Japón».

Es necesario «desarrollar la cooperación económica con firmas japonesas, sin entregar las islas», dijo Pushkarev.

Tokio mostró durante décadas escasa disposición a establecer vínculos económicos con Moscú, debido al problema pendiente de las Kuriles. Pero cambió de política en julio de 1997, cuando propuso a Rusia un plan para mejorar las relaciones bilaterales basado en «confianza, beneficio mutuo y visión de largo plazo».

En noviembre de 1997, ambos países acordaron firmar en 2000 un tratado de paz, independiente de la resolución de la diputa por las islas.

Tras ese acuerdo, alcanzado durante una cumbre en la ciudad noriental rusa de Krasnoyarsk, Rusia pudo adherir al foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico, porque Japón retiró sus objeciones a su ingreso. Sin embargo, el tratado de paz aún no se ha firmado.

El 25 de marzo, en la ciudad nororiental rusa de Irkutsk, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el entonces primer ministro japonés Yoshiro Mori reconocieron como base legal del futuro tratado una declaración bilateral de 1956, en la que Moscú se comprometió a devolver a Tokio dos de las Kuriles cuando se firme la paz.

Luego, el nuevo primer ministro japonés Junichiro Koizumi señaló en una carta enviada a Putin el 15 de mayo que Tokio desea recuperar las cuatro islas en disputa, y Tanaka reafirmó el mismo día esa posición, señaló a IPS el presidente de la Comisión Panrusa para la Defensa de las Kuriles, Sergei Skvortsov.

«Nos oponemos en forma categórica a la entrega de territorio ruso. Nuestro movimiento convocará a acciones masivas de protesta si es necesario», advirtió Skvortsov. (FIN/IPS/tra- eng/sb/js/mp/ip/01

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