Por primera vez en más de 100 años, una escuela secundaria islámica abrirá sus puertas en Belgrado, la capital de Serbia, para formar a jóvenes de la segunda comunidad religiosa de la ciudad.
La medressa (escuela secundaria islámica) comenzará a funcionar en septiembre, cuando comience el próximo año lectivo.
«Las autoridades nos han prometido que los trámites estarán listos a tiempo», dijo Hamdija Jusufspahic, muftí o líder de la comunidad musulmana de Belgrado. «Esperamos enviar desde aquí un mensaje sobre la urgente necesidad de tolerancia religiosa».
La nueva escuela se está construyendo en el pequeño jardín de la mezquita de Bajrakli, la única de la capital. El templo tiene más de 400 años y es uno de los pocos rastros de la dominación del Imperio Otomano en Belgrado, que duró casi cinco siglos.
«Esperamos que más de 100 estudiantes acudan a la medressa», dijo Jusufspahic.
Después de la Iglesia Ortodoxa Serbia, la religión musulmana es la segunda de la ciudad, con más de 200.000 fieles en una población de 2,5 millones de habitantes. Le siguen las comunidades católica y judía.
Actualmente, estudiantes musulmanes de Belgrado y de otras regiones de Serbia deben asistir a escuelas islámicas en el exterior. La más cercana está en Sarajevo, capital de Bosnia- Herzegovina.
Cuando egresan de la educación media, quienes aspiran a una formación islámica superior deben viajar a Medio Oriente, sobre todo a El Cairo, capital de Egipto, donde se graduó el propio muftí.
Pero «la comunidad musulmana es muy pobre como para enviar a sus hijos al exterior», dijo Jusufspahic.
El Islam tiene una historia de 500 años en Serbia, pero cuando los ortodoxos se libraron de la dominación turca a fines del siglo XIX, se inició la destrucción de los símbolos islámicos.
Por entonces, 90.000 musulmanes vivían en Belgrado, contaban con 10 escuelas islámicas y 273 mezquitas, de las cuales sólo sobrevive Bajrakli.
«Hay señales de que podríamos contar también con nuestros propios cementerios, lo cual permitirá a los creyentes ser enterrados de acuerdo a las normas de nuestra religión», dijo Jusufspahic.
Hace décadas, seis cementerios de la capital tenían secciones especiales para la población musulmana, pero las mismas fueron colmadas y están cerradas. Actualmente, los musulmanes son enterrados en áreas generales, de una «manera impropia», según Jusufspahic.
La sociedad serbia aún carga la herencia de la guerra que el ejército yugoslavo libró en la vecina Bosnia-Herzegovina y la represión que ejerció en la provincia sureña de Kosovo, en las cuales las minorías no serbias y en particular la musulmana fueron blanco de atrocidades.
Entre 1992 y 1995, en el peor momento del conflicto bosnio, la mezquita de Bajrakli, la vivienda de Jusufspahic y un pequeño edificio administrativo sirvieron como refugios provisorios para los musulmanes que llegaban a Belgrado.
Pero la campaña de xenofobia contra la minoría islámica inspirada por el régimen del entonces presidente Slobodan Milosevic hizo la vida imposible a muchos y los obligó a huir a terceros países.
El jardín de la mezquita, donde hoy se construye la escuela, fue atacado con bombas, aunque no hubo víctimas. La policía jamás encontró a los culpables.
Cuando concluyó el ataque aéreo de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) contra Serbia, hace dos años, la mezquita se convirtió en punto de encuentro y agencia inmobiliaria para la minoría de origen albanés de Belgrado y los refugiados serbios procedentes de Kosovo.
Según los analistas, el gobierno que asumió tras la caída de Milosevic en octubre tiene una postura más tolerante hacia las minorías étnicas y religiosas.
«Hay señales alentadoras, los tiempos de intolerancia hacia la población no ortodoxa parecen haber quedado en el pasado», dijo el sociólogo Ivan Marjanovic.
Una de esas señales «fue la donación simbólica que realizó la Iglesia Ortodoxa Serbia, de 2.500 dólares, para la construcción de la escuela islámica», señaló Marjanovic.
Antes del receso parlamentario del verano boreal, el Poder Legislativo estudiará una petición de grupos religiosos para reintroducir la educación religiosa en las escuelas primarias y secundarias, excluida de la enseñanza pública por el régimen socialista después de la segunda guerra mundial.
Los líderes de las comunidades ortodoxa, católica, musulmana y judía presentaron en forma conjunta la propuesta al parlamento. (FIN/IPS/tra-en/vpz/aa/dc-mlm/cr/01
