Colombia, la república rusa de Chechenia e Indonesia presentan el peor cuadro en sus respectivas regiones en materia de refugiados y desplazados internos, destaca un informe difundido hoy por el no gubernamental Comité de Estados Unidos para los Refugiados (USCR).
En todo el mundo, la cantidad de personas obligadas a huir de sus localidades aumentó casi cinco millones en los últimos dos años, a cerca de 35 millones a fines de 2000, ya sea como refugiados en el extranjero o desplazados en su propio país, según la Encuesta Mundial de Refugiados del USCR.
Unos 315.000 colombianos huyeron del lugar que habitaban en 2000, llevando el número total de desplazados internos a 2,1 millones. Mientras la guerra civil se agravaba, 225.000 personas huyeron a otros países, como a Estados Unidos.
La mayoría de los nuevos desplazados eran agricultores o habitantes de poblados que se refugiaron de los combates en sus lugares de origen en las ciudades, donde viven en pésimas condiciones y con el temor de ser perseguidos por los agresores. Gran parte de los desplazados internos son negros o indígenas.
Especialmente afectados en el último año fueron los agricultores de coca en la austral región de Putumayo, el foco de una campaña de contrainsurgencia del ejército colombiano, con el apoyo de Estados Unidos, explica el informe.
«La fumigación financiada por Estados Unidos en Putumayo destruye otros cultivos además de la coca», dijo Hiram Ruiz, analista del USCR. «Estados Unidos logra destruir algunos cultivos de coca, pero al precio de un inmenso sufrimiento humano e importante daño ambiental», sostuvo.
Mientras, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) enfrenta su «peor crisis financiera en más de una década», ya que los países donantes sólo aportaron 900 millones de dólares a su presupuesto anual, 100 millones menos de lo necesario.
«Los recortes son un golpe más para los refugiados que han sobrevivido al trauma de huir de sus hogares y experimentar la destrucción de sus vidas y comunidades», declaró Jeff Drumtra, otro analista del USCR.
Así mismo, cuatro trabajadores de ACNUR, uno en Guinea y tres más que intentaban proteger a refugiados de Timor Oriental en Timor Occidental, fueron asesinados en septiembre.
«Cada uno de los trabajadores muertos tenía razones válidas para sentirse política o financieramente abandonados por la comunidad mundial que los envío a cuidar a los refugiados sin el apoyo apropiado», agrega el informe del USCR.
La población mundial de refugiados aumentó a 14,5 millones el años pasado, casi un millón más que a fines de 1998. Así mismo, a fines de 2000 existían entre 20 y 24 millones de desplazados internos.
Los africanos representaron 40 por ciento del total de refugiados y desplazados. Sudán produjo 4,6 millones de desarraigados, la mayor cantidad de un país individual, precisa la encuesta.
El informe también señala los problemas padecidos por los cuatro millones de refugiados palestinos y los 3,6 millones de refugiados afganos.
La situación de los refugiados palestinos en campamentos de Cisjordania y Gaza se deterioró el año pasado cuando colapsaron las negociaciones entre Palestina e Israel, en parte por el tema del derecho de retorno de los refugiados a sus territorios.
El fracaso diplomático ayudó a provocar una nueva intifada, o rebelión popular, que costó la vida a más de 500 palestinos desde septiembre, muchos de ellos niños y niñas.
Miles más resultaron heridos por la violencia y cientos perdieron sus hogares, destruidos por tanques y aplanadoras israelíes.
Los cierres de fronteras y otras restricciones de Israel al acceso a los territorios causaron escasez de alimentos y medicinas en algunas localidades, y un incremento de 50 por ciento en la pobreza.
Los refugiados afganos también pasaron dificultades el año pasado, aunque 200.000 de ellos volvieron de Irán voluntariamente, según el USCR.
Sin embargo, al mismo tiempo 172.000 refugiados, en su mayoría tajiks y uzbekos, huyeron a Pakistán debido a los combates entre el movimiento Talibán, que controla gran parte de Afganistán, y la alianza opositora.
En noviembre, Pakistán cerró sus fronteras al ingreso de los refugiados, mientras el cercano Tajikistán también le negó la entrada a 10.000 afganos concentrados en la frontera.
La situación en los campos paquistaníes está entre las peores del mundo, debido a la sequía y a que los donantes sólo aportaron 45 millones de dólares de los 220 millones solicitados por ACNUR para Afganistán.
El informe destacó que la situación de los refugiados en Colombia, Chechenia e Indonesia es la peor en sus respectivas regiones.
Indonesia tiene 800.000 desplazados internos, víctimas de la violencia entre cristianos y musulmanes en las Molucas, y de similar violencia religiosa o étnica en Sulawesi y Kalimantan, así como del conflicto entre el gobierno y las fuerzas separatistas de Aceh e Irian Jaya.
Así mismo, unos 100.000 timorenses del este, obligados a cruzar la frontera a Timor Occidental cuando milicias apoyadas por Indonesia los atacaron luego de que los habitantes decidieran la independencia de Timor Oriental en agosto de 1999, eran mantenidos por la fuerza en territorio indonesio.
Allí permanecían sin la protección de ACNUR, que se retiró de la zona luego de un ataque en el que murieron tres de sus trabajadores.
Según el informe del USCR, existen entre 600.000 y un millón de desplazados en Birmania, así como 380.000 refugiados birmanos, la mayoría en países vecinos. Cerca de 50.000 norcoreanos viven en China y cientos de miles de personas huyeron de sus hogares cuando se reanudaron los combates en el sur de Filipinas.
Más de 400.000 personas seguían desarraigadas en Chechenia a fines de 2000, muchos de ellos sin suficientes alimentos, agua potable ni atención médica, agrega el informe.
Aparte de Sudán, entre las principales fuentes de refugiados en Africa están Burundi (con 420.000), Angola y Sierra Leona (400.000 cada uno), Somalia (370.000) y República Democrática de Congo (RDC) y Eritrea (350.000 cada uno).
Las mayores poblaciones de desplazados en Africa, además de Sudán, están en RDC (1,8 millones), Angola (1,1 a 3,8 millones), Burundi (600.000) y Sierra Leona (500.000 a un millón). Uganda, Eritrea, Somalia y Etiopía produjo cada uno más de 250.000 de desplazados internos.
Los principales receptores de refugiados africanos a comienzos de 2000 eran Tanzania (540.000), Guinea (390.000), Sudán (385.000), RDC (275.000) y Zambia (255.000). (FIN/IPS/tra- en/jl/aq/pr/01
