NEPAL: Prudente silencio de India ante asesinato de familia real

El gobernante Partido Bharatiya Janata de India, de fuerte identidad hindú, intenta evitar el empeoramiento de las relaciones con el vecino Nepal, único reino hindú del mundo, al abstenerse de comentar la masacre de la familia real nepalesa.

Las relaciones entre ambas naciones se han deteriorado en forma creciente durante los últimos años, pese a sus estrechos vínculos históricos, religiosos y culturales, a la apertura de fronteras y a la libertad de acceso a empleo para trabajadores de un país en el otro.

La hostilidad de los nepaleses hacia India alcanzó un pico sin precedentes en diciembre, cuando circuló el rumor de que la estrella de cine india Hrithik Roshan había realizado comentarios despectivos sobre Nepal, y la reacción popular en Katmandú fue una oleada de disturbios callejeros.

Medios de comunicación de Nepal suelen criticar a India por «hegemonista», y algunos de ellos, como el semanario Revista Popular, de Katmandú, añaden exhortaciones a la unificación nacional de las comunidades que hablan nepalés, entre ellas las que habitan territorio indio.

Esas comunidades son importantes en la región septentrional india, en especial en los estados de Uttaranchal y Sikkim, y en en el montañoso distrito autónomo de Darjeeling, del estado de Bengala Occidental.

Parte de esos territorios fueron anexados a India en 1816 por las autoridades coloniales británicas, tras conflictos armados con Nepal.

Ese explosivo contexto es la causa de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de India se haya abstenido hasta ahora de realizar comentarios acerca de la muerte del rey Birendra, su esposa y sus cuatro hijos, a causa de disparos de un rifle automático en circunstancias no aclaradas.

«En la actualidad estudiamos con seriedad el desarrollo de los acontecimientos en Nepal», se limitó a declarar el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee.

El gobierno indio pidió incluso a los medios de comunicación que «respeten las instituciones de Nepal y los sentimientos del pueblo nepalés» tras la muerte el viernes de la familia real.

Las primeras versiones sobre lo ocurrido, con base en declaraciones del ministro del Interior nepalés, Ram Chandra Paudel, indicaron que el príncipe heredero Dipendra había atacado a su familia y luego disparado contra sí mismo, sin lograr autoeliminarse, pero Paudel se retractó poco después.

Dipendra, quien se hallaba en estado de coma, fue nombrado rey por el Consejo de Estado, que designó como regente a su tío Gyanendra, y éste aseguró el domingo que los disparos en el palacio real se habían producido por accidente.

Dipendra falleció en la madrugada del lunes, y pocas horas después se produjo la coronación de Gyanendra, recibida con violentas manifestaciones callejeras de protesta por parte de personas que exigieron explicaciones claras de la tragedia.

Gyanendra, único sobreviviente de la antigua dinastía Shah, se opuso al establecimiento en 1990 de una sistema multipartidario por parte de su hermano Birendra, quien cedió entonces ante presiones populares para que pusiera fin al anterior régimen de partido único, llamado Panchayat.

Además, el nuevo rey ha sido criticado por medios de comunicación por sus actitudes de hostilidad hacia India, basadas en hechos que lo afectaron en forma directa en 1951, cuando Nueva Delhi ayudó a la dinastía Shah a recuperar el poder tras más de un siglo de gobierno de la dinastía Rana.

Los Rana se transmitían en forma hereditaria el cargo de primer ministro, y en 1950 habían instalado en el trono como títere a Gyanendra, quien tenía entonces dos años de edad, luego de que su padre, el rey Tribhuvan, y su hermano mayor, Birendra, se exiliaran en India.

Documentos de esa época indican que Tribhuvan ofreció a Nueva Delhi la fusión de Nepal con India, que no aceptó la propuesta, en el marco del plan implementado en 1947 para poner fin al dominio colonial británico en la Península Indica.

Ese plan ofrecía a los reinos de la península tres opciones: incorporarse a India, incorporarse a Pakistán o recuperar su independencia.

Muchos nepaleses no desean recordar que hace medio siglo estuvieron muy cerca de fusionarse con India, y recibieron con desagrado en diciembre declaraciones de K.R. Malkani, dirigente e ideólogo del Partido Bharatiya Janata, quien afirmó que Nueva Delhi cometió un grave error al rechazar la oferta de Tribhuvan.

El verdadero problema entre Nueva Delhi y Katmandú se debe al creciente fortalecimiento de las relaciones entre Nepal y Pakistán, archirival de India en Asia Meridional, sostuvo Malkani, poco después de las protestas en Katmandú por presuntas declaraciones del actor Roshan.

«Quizá Nepal piense que negociará mejor con India si cuenta con apoyo de Pakistán, pero debe actuar con cuidado, porque su inclinación hacia Islamabad es una demostración de miopía», añadió.

Nueva Delhi negó compartir esas opiniones de Malkani, pero en diciembre de 1999 había adoptado medidas que perjudicaron a Nepal tras el secuestro y desvío a Afganistán de un avión de Aerolíneas de India que había partido de Katmandú, por parte de presuntos integrantes del servicio de inteligencia paquistaní.

India decidió entonces restringir los vuelos hacia Nepal, e impidió así que decenas de miles de indios pasaran sus vacaciones en ese país, el cual obtiene de la industria turística 15 por ciento de sus ingresos.

Sin embargo, esas restricciones disminuyeron luego, y el mes pasado Nepal lanzó una campaña especial para atraer a turistas indios mediante la oferta de descuentos en los precios de transporte y alojamiento.

Medios de comunicación indios preguntaron al alto comisionado nepalés en Nueva Delhi, Bhekh Bahadur Thapa, si la coronación de Gyanendra implicará cambios en las relaciones bilaterales.

«Mi consejo al pueblo de India, y en especial a los medios de comunicación, es que no se lancen a especulaciones basadas en rumores y prejuicios», respondió Thapa, quien añadió que los vínculos entre ambos países «son anteriores al comienzo de la historia escrita y continuarán para siempre».

La familia real nepalesa tiene estrechas relaciones de parentesco con las que gobernaron antiguos reinos en el actual territorio indio, desde el occidental estado de Rajasthan hasta el oriental de Orissa, pasando por el central de Madhya Pradesh.

La Campaña de Solidaridad y Amistad y otras organizaciones de la sociedad civil nepalesa han deplorado que en ese país el nacionalismo se haya vuelto un sinónimo de la hostilidad hacia India.

Esas organizaciones sostienen que las dificultades de los partidos nepaleses para actuar en una sociedad multiétnica los llevan a utilizar a otros países como chivos expiatorios.

Ashok Mitra, economista y ex ministro de Finanzas de Bengala Occidental, afirmó a su vez que el fundamentalismo hindú de organizaciones indias es responsable del deterioro de las relaciones entre India y Nepal. (FIN/IPS/tra- eng/rdr/ral/js/mp/ip/01

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