MEXICO: Zapatistas, solos y en silencio

«No están solos…», coreaban miles de personas en marzo al paso de los jefes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la capital de México. Pero ahora, los guerrilleros están otra vez aislados en la selva y callados, mientras la violencia continúa en su entorno.

Edgar Cortez, director del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro, aseguró a IPS que en el estado meridional de Chiapas hay una realidad violenta, presencia militar y paramilitar, unos 18.000 indígenas desplazados de sus hogares y divisionismo entre las comunidades.

Por eso no tiene sustento decir que en Chiapas «ya no hay conflicto y está en santa paz», como declaró el presidente Vicente Fox, agregó el activista del grupo administrado por la orden católica de la Compañía de Jesús.

Fox señaló que el EZLN está en proceso de desactivación, que en Chiapas reina la «santa paz» y que por encima de los rebeldes y de sus palabras hay cosas más importantes, como Plan Puebla-Panamá, para el desarrollo de una región que se extiende desde el sudeste mexicano hasta la frontera sur de Panamá.

Sin embargo, el conflicto con la guerrilla continúa, pese a los cambios políticos y las promesas, al igual que la violencia, el hostigamiento de militares contra indígenas y el peligro de ataques paramilitares, dijo el grupo humanitario Fray Bartolome de la Casas, dirigido por el obispo emérito Samuel Ruiz, quien estuviera a cargo de la diócesis de Chiapas.

No hay semana en la que los medios de comunicación no reporten muertos y heridos por enfrentamientos entre indígenas de Chiapas, uno de los estados más pobres de México, originados en motivos políticos o religiosos.

El gobierno de Fox prometió que no desmayará en buscar el diálogo con la guerrilla zapatista y en trabajar por los nativos, pero aseguró, al igual que lo hacía el presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), que en Chiapas hay paz.

El EZLN, que se levantó en armas en enero de 1994, dejó atrás en marzo pasado su mutismo y los choques con el gobierno e inició una ofensiva pacífica, expresada en una marcha que llevó a sus jefes desde la selva chiapaneca hacia la capital de México, donde incluso llegaron a hablar ante legisladores en el Congreso.

«No están solos…», fue la arenga de miles de simpatizantes que acompañaron ese regreso del grupo guerrillero a la escena política, durante la cual Fox levantó su voz con elogios y promesas de apoyo a los rebeldes.

Sin embargo, hoy el conflicto sigue y los rebeldes no sólo «nada más están solísimos, sino que ya ni nos importan. Ahora resulta que ya ni nos acordamos (de ellos)», comentó la escritora Guadalupe Loaeza.

El grupo insurgente se sumió en el silencio desde que regresaron a la selva y quedó fuera de los reflectores de los medios de comunicación.

Las últimas expresiones fueron para indicar que rechazaban la aprobación en el Congreso de una ley de derechos indígenas, pues no atendía sus expectativas sobre autonomía, y que por ello quedaba anulado cualquier intento de restablecer el diálogo de paz con el gobierno, roto en 1996.

Pero tampoco hay guerra en Chiapas. El EZLN es un grupo mal armado y con menos de 5.000 hombres que combatió las dos primeras semanas de enero de 1994.

Los augurios para avanzar hacia la solución del conflicto con la guerrilla tomaron forma con la asunción de Fox al gobierno en diciembre y el posterior retiro de siete destacamentos militares de la zona de influencia de la guerrilla y la puesta en libertad de varios zapatistas.

Otras señales positivas fueron la pacífica marcha de los comandantes del EZLN por 12 estados mexicanos hasta llegar a la ciudad de México y la elección de un nuevo gobernador en Chiapas, respetado por los rebeldes.

«Es claro que el cambio del escenario político no fue suficiente para poner fin al conflicto en Chiapas y para erradicar las causas que lo originaron, como la pobreza, la impunidad, la ineficiencia en impartir justicia y el abandono de los indígenas», declaró el director de Agustín Pro Juárez.

Cortez entiende que el distanciamiento entre el gobierno de Fox y los zapatistas podría profundizarse en los próximos meses, si se concreta el anunciado cierre con policías y militares de la frontera con Guatemala, donde se ubican los principales reductos de los guerrilleros.

México pretende así cortar el tránsito de emigrantes de América Central hacia Estados Unidos.

Otro asunto que puede tensar la situación en la zona es la implementación del Plan Puebla-Panamá (PPP), acordado entre México y América Central para el desarrollo de infraestructura física de la región, la instalación de industrias y la atracción de inversiones foráneas, apuntó el activista.

El PPP, propuesto para comenzar a operar en 2002, impactará en zonas indígenas del estado de Chiapas y de los otros países. El EZLN dice que el PPP es rechazado por los nativos, pues no es más que una «creación de las transnacionales».

Según el director de Agustín Pro Juárez, grupo que ha realizado varias investigaciones de campo en Chiapas, el conflicto con el EZLN continuará hasta que se atiendan las causas que lo originaron.

Fox prometió que todo punto de vista, entre ellos los de los nativos, será tomado en cuenta antes de aplicar el Plan Puebla- Panamá. Sin embargo, no planteó ningún mecanismo o agenda para hacerlo.

A pesar del nulo contacto con los guerrilleros y sus advertencias, el gobierno señala que no desmayará hasta reanudar el diálogo de paz.

Sin embargo, en la actualidad no se aprecia el mismo apuro que expresó el gobierno de Fox cuando asumió en diciembre.

El problema es que el EZLN, «para atreverse a dialogar, quiere que el gobierno otorgue de antemano casi todo lo que es materia de negociación», expresó el Consejero de Seguridad de Fox, Adolfo Aguilar. (FIN/IPS/dc/dm/ip/01

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