La opinión casi unánime en Irán es que el presidente Mohammad Jatami será reelegido el 8 de este mes, pero sus partidarios pretenden una victoria electoral más contundente aún que la de 1997, para respaldar las reformas políticas y sociales.
«Hace cuatro años, las reformas eran consideradas contrarrevolucionarias y antirreligiosas. Ahora que todos hablan de ellas, dicen que soy incapaz de lograrlas», se defendió Jatami en un discurso pronunciado esta semana frente a miles de seguidores.
Las declaraciones de Jatami ponen de relieve el tema de debate nacional al final de su mandato, cuando 42 millones de iraníes se preparan para ir a las urnas a elegir a uno de los 10 candidatos a presidente.
Hace cuatro años, Jatami llegó al poder luego de ganar 20 millones o 70 por ciento de los votos emitidos.
Una victoria semejante o mayor daría a Jatami más fuerza política para enfrentar a los clérigos conservadores y radicales opuestos a sus intentos de introducir reformas políticas y sociales que conduzcan a una sociedad islámica más abierta, así como a profundizar el diálogo con países vecinos y occidentales.
Contrariamente a lo que ocurre en países musulmanes conservadores, las mujeres tienen derecho al voto y ocupan cada vez más cargos de responsabilidad.
En lo internacional, Jatami intentó romper el hielo con Estados Unidos, pero debió ceder en este punto a la presión del poderoso clero conservador, que lo acusó de traicionar la Revolución Islámica de 1979.
Las relaciones con Washington están ahora tan congeladas como antes, salvo por algún intercambio cultural o deportivo.
Los tribunales integrados por clérigos conservadores ordenaron en los últimos años el cierre de 40 periódicos reformistas e hicieron encarcelar a decenas de seguidores de Jatami, incluso periodistas, políticos y líderes estudiantiles.
Jatami afirma haber hecho grandes avances en lo económico y arguye que si no pudo hacer más fue por la oposición de los radicales. Los reformistas controlan el parlamento, pero la justicia está dominada por los conservadores.
El mandatario cita entre otros logros la reducción de la dependencia de los ingresos del petróleo, que cayó de 70 por ciento del presupuesto antes del inicio de su mandato a 50 por ciento en la actualidad.
También destaca la disminución de la inflación, que en marzo llegó a 12,6 por ciento, su punto más bajo en 10 años.
Pero algunos sectores de la sociedad cuestionan los logros del presidente.
«La economía nacional sufre la falta de una estrategia clara, lo cual causó diversos problemas como la recesión», opinó Mohammad Shalchi, un empresario activo de Teherán dedicado a la importación y exportación.
«Yo y otros colegas hemos pasado por muchas dificultades en los últimos cuatro años, y creo firmemente que la reelección de Jatami no beneficiará a la economía», expresó.
Otros iraníes creen que Jatami no aprovechó lo suficiente las oportunidades que le brindó su victoria electoral de 1997.
«Jatami debió llevar al poder al 'Partido del Pueblo' o 'Partido del 23 de mayo', pero desperdició esa oportunidad», opinó Ahmad Naqib-Zadeh, profesor de sociología de la Universidad de Teherán.
Parvin Afshar, una estudiante de medicina de la Universidad Shahid Beheshti, cree que Jatami es el mejor candidato a la presidencia, pero critica su falta de autoridad.
«El presidente podría haber removido los obstáculos que le presentó la oposición con el apoyo de la ciudadanía», pero «fue demasiado considerado y perdió la oportunidad de encaminar al país en una nueva dirección», señaló.
Por otra parte, los partidarios de Jatami consideran que el presidente navegó muy bien por aguas demasiado peligrosas.
«Otros gobiernos no lo hubieran logrado», afirmó Mohammad-Reza Jatami, secretario general del Frente Islámico Iraní de Participación (FIIP), primer diputado por Teherán y hermano del presidente.
«¿Qué más podría haber hecho una administración que tuvo en promedio una crisis cada nueve días?», preguntó.
El FIIP es el mayor bloque político de partidarios de Jatami.
Analistas políticos y sociales señalaron que el entusiasmo por Jatami es mucho menor que el de hace cuatro años, pero igualmente predicen una fácil reelección.
«Los iraníes volverán a votar en masa por Jatami aunque no pudo cumplir sus promesas y la economía nacional se deterioró», opinó Mohammad Soltanifar, profesor de periodismo.
«El presidente logró comunicarse muy bien con el público y crear una nueva atmósfera política y cultural», destacó Soltanifar.
«Quizá su mayor logro haya sido su tolerancia a las críticas. Este hecho por sí mismo tiene gran peso para la ciudadanía, y puede ser más importante que los problemas económicos», añadió.
El deseo de los votates y los inversionistas es el fortalecimiento de la democracia, la igualdad ante la ley y la protección contra las detenciones y los castigos arbitrarios, destacó el propio Jatami en su discurso del lunes.
«Las elecciones serán, de hecho, un referendo sobre las reformas», aseguró Abbas Abdi, del FIIP. (FIN/IPS/tra-en/skk/js/mlm/ip/01