INFANCIA: ONU critica incumplimiento de compromisos

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) criticó a la comunidad internacional por no alcanzar la mayoría de las metas fijadas en la Cumbre Mundial sobre la Infancia, de 1990.

«Hemos comprobado un progreso significativo, pero todavía no es suficiente», señaló la ONU en un informe de 141 páginas hecho público el miércoles como anticipo a la sesión especial de la Asamblea General sobre infancia, en septiembre. Las conversaciones preparatorias comenzarán el 11 de este mes.

«El mundo fracasó en su intento de alcanzar las metas de la Cumbre Mundial sobre la Infancia, pero no porque que éstas fueran demasiado ambiciosas o por dificultades técnicas, sino porque el financiamiento fue muy escaso», sostiene el trabajo.

Sólo 63 de los 189 estados miembro de la ONU alcanzaron el objetivo de reducir un tercio la mortalidad de niñas y niños menores de cinco años.

La muerte de niños por enfermedades diarreicas, una de las principales causas de mortalidad infantil en 1990, se redujeron a la mitad desde entonces, lo que significa un gran logro de la Cumbre.

«Pero muchas de las metas acordadas, en especial en las áreas de salud, nutrición y educación, siguen sin cumplirse», reprochó la ONU. Más de 10 millones de niñas y niños mueren cada año, unos 150 millones sufren desnutrición y más de 100 millones no van a la escuela.

«Los obstáculos para alcanzar estos compromisos se volvieron más fuertes con los años y ahora se nos presentan nuevos desafíos», añade el informe.

La Cumbre Mundial sobre la Infancia se realizó cuando el fin de la guerra fría había dado esperanzas de un mundo pacífico «en el que los recursos antes malgastados en armamento serían volcados al desarrollo».

«Desafortunadamente, la década (de los 90) fue testigo de conflictos étnicos y guerras civiles sin precedentes en los que niños y mujeres fueron objetivos directos o víctimas colaterales de los ataques», sostuvo la ONU.

Cerca de 300.000 menores de 18 años participan de conflictos armados en el mundo, afirma la organización internacional Human Rights Watch, radicada en Nueva York.

Human Rights Watch investigó el reclutamiento de niños para la guerra en Angola, Colombia, Líbano, Liberia, Sierra Leona, Sri Lanka, Sudán y Uganda, y comprobó casos de menores usados como espías, guías, porteros e incluso esclavos sexuales de los jefes militares o de líderes insurgentes.

El informe de la ONU también menciona el problema del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), que «alcanzó proporciones catastróficas en muchas partes del mundo y acabó con décadas de progresos, en especial en Africa subsahariana».

El sida deja en la orfandad a millones de niños y niñas y mata a maestros, trabajadores de la salud y otros profesionales que mantienen y operan puestos clave en la sociedad.

Pero el informe destaca a la pobreza como el mayor obstáculo para satisfacer las necesidades de la infancia.

«En momentos de una prosperidad sin precedentes y con una economía mundial de 30 billones de dólares, 3.000 millones de personas, la mitad de la población mundial, viven con dos dólares al día o menos», señala.

De éstos, unos 1.200 millones se hallan en lo que el Banco Mundial denomina «pobreza absoluta», y la mitad de ellos son niños.

Al mismo tiempo, la brecha entre países ricos y pobres continúa ampliándose. Entre 1960 y 1950 la diferencia de ingresos por habitante entre los países industrializados y los países en desarrollo se triplicó, según la ONU.

«Nunca en la historia se han visto tales números. Y nunca en la historia moderna de la cooperación para el desarrollo hemos visto que la ayuda a los países más necesitados cayera a niveles tan bajos como los de los últimos años», agregó.

En 1992, la asistencia oficial al desarrollo (ODA) alcanzó los 63.000 millones de dólares, y luego fue disminuyendo año a año. La ODA llegó a ser en 1997 de 0,22 por ciento del producto interno bruto (PIB) combinado de los países industrializados, apenas un tercio de la meta de 0,7 por ciento fijada por la ONU hace 30 años.

Luego de un pequeño incremento en 1998 y 1999, la asistencia cayó a 49.600 millones de dólares el año pasado, el mismo monto que en 1997. Sólo cuatro países donantes (Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia) alcanzaron la meta de 0,7 por ciento del PIB.

La mayoría de los miembros del Grupo de los Siete (G-7) integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, disminuyeron notoriamente su ayuda en los últimos 10 años.

La sesión especial que la Asamblea General realizará en septiembre, en la que también se discutirá el informe distribuido el miércoles, analizará los éxitos y fracasos de la cumbre de 1990.

También se adoptará un plan de acción llamado «Un mundo sano para los niños.» Se espera que los líderes que asistan al encuentro asuman el compromiso y verifiquen su cumplimiento.

«Desarrollaremos políticas nacionales y regionales para fines de 2002, con una serie de metas específicas a plazo fijo y con controles, basadas en este plan de acción, que se adaptará a la situación específica de cada país», es lo que deberán prometer los líderes, de acuerdo con el borrador que será discutido.

Además, deberán prometer que harán de estas metas «una parte integral de los programas nacionales para el desarrollo, del diálogo social y de las estrategias para reducir de la pobreza». (FIN/IPS/tra-en/td/aa/rp-ff/dv pr/01

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