ECONOMIA-MERCOSUR: Argentina altera el escenario comercial

Argentina estrenó hoy un tipo de cambio variable para sus exportaciones e importaciones, una decisión encuadrada en un paquete de reactivación económica que aumentará especialmente la penetración de sus productos primarios en el Mercosur.

Ya se trate de una devaluación, como afirman algunos economistas, o de un subsidio a las exportaciones, como dicen otros, lo cierto es que el tipo de cambio fijo mantenido durante 10 años se ha quebrado en el frente comercial externo.

Las operaciones de comercio exterior se realizan este lunes con un tipo de cambio de 1,08 pesos por dólar, ocho por ciento más que la cotización uno-uno que se había mantenido a rajatabla desde abril de 1991, cuando el Congreso aprobara el llamado plan de convertibilidad.

El ministro de Economía, Domingo Cavallo, enfrentado a una recesión de tres años, tomó una compleja serie de decisiones que, según dijo, «fortalecen la solvencia fiscal, mejoran la competitividad y los incentivos a la inversión e incorporan elementos para aumentar la demanda interna».

Cavallo, creador de la convertibilidad de 1991, anunció nuevas medidas para los próximos días, con el objetivo de «mejorar el tipo de cambio (para las exportaciones) hasta 20 por ciento», la magnitud que, según sus cálculos, habría alcanzado la sobrevaluación del peso argentino.

Las resoluciones en materia cambiaria, que toman de referencia la relación del euro con el dólar para fijar cada día la cotización del peso «comercial» argentino, ya tuvieron consecuencias en el Mercosur (Mercado Común del Sur), en Chile y en España.

En Brasil, un país que lgró alta competitividad a golpes de devaluación, las decisiones de Cavallo fueron recibidas con tranquilidad por los analistas.

La capacidad de competencia de la producción brasileña está asegurada por el debilitamiento de la moneda desde enero de 1999, cuando el gobierno abandonó el tipo de cambio fijo. La depreciación del real frente al dólar ha sido de 23 por ciento este año.

No obstante, los operadores de la bolsa de Sao Paulo, la principal de América Latina, optaron por la cautela. La jornada bursátil de este lunes tuvo tónica vendedora y el índice Bovespa perdió 4,20 por ciento.

En Chile, la cotización a la venta del peso cayó de 617 unidades por dólar el viernes a 624 este lunes.

El vicepresidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas y Servicios de Chile, Haroldo Venegas, señaló que las noticias procedentes de Argentina no son buenas para los exportadores chilenos que comercian con ese país, que perderán competitividad.

Pero Venegas admitió que, «en todo caso, a Chile le conviene que este enfermo (la economía argentina) se sane. Más nos perjudicaría si se transformara en enfermo crónico».

Las inversiones de Chile en el sector exportador argentino pueden aumentar, como lo sugiere el incremento de los capitales colocados en la industria forestal de ese país, orientada al exterior. Las empresas mineras y las agroindustriales podrían ser el destino de nuevas inversiones de empresarios chilenos en Argentina, según creen algunos analistas.

En Uruguay, un país que estornuda cuando Argentina se resfría, el presidente Jorge Batlle convocó a los ministros de Economía y de Relaciones Exteriores para responder a la nueva realidad creada por las decisiones de Cavallo.

Los economistas recomiendan la ampliación de la banda cambiaria que marca límites estrechos a la flotación de la moneda uruguaya frente al dólar.

La capacidad de competencia comercial de Uruguay ante Argentina aumentó 5,8 por ciento desde enero de 1999, según calculó el diario El Observador con base en datos del Banco Central. Pero esa ventaja ha sido ahora anulada.

En España, cayeron hasta tres por ciento las acciones de las compañías con intereses en Argentina. Las autoridades argentinas deben explicar con claridad cómo funciona el nuevo sistema, para disipar los temores a una devaluación, señaló el banco ING Baring en Madrid.

Es que, como advirtió un economista consultado por el diario argentino Clarín, «la parte mala de este paquete (de decisiones) es que nadie entiende nada».

Cavallo conservó la paridad uno-uno entre el dólar y la moneda argentina en el plano financiero, para no perjudicar a quienes están endeudados en dólares, y armó un complicado esquema de pesos y contrapesos destinado a estimular las exportaciones y el mercado interno sin aumentar el déficit fiscal ni el endeudamiento.

Por ejemplo, el tipo de cambio preferencial para las exportaciones no se aplicará al sector petrolero, cuyo comportamiento está asegurado por buenos precios internacionales.

Así mismo, se redujeron ocho puntos los reintegros, como se conoce la devolución de impuestos internos a los exportadores, Junto con otros capítulos fiscales, esa decisión permitirá a la hacienda pública una ganancia de 600 millones de dólares.

Pero los beneficios son absolutos tratándose de la exportación de bienes primarios al área del Mercosur, ya que esas mercancías no tenían reintegros. Esos sectores tendrán una ganancia neta, cuyo monto será determinado por el cálculo diferencial entre la cotización del dólar y la del euro, que este lunes es de ocho por ciento.

De ese modo aumentarán las colocaciones en Brasil, destino de 26,5 por ciento de las exportaciones de Argentina. Casi 7.000 millones de dólares, de los 26.400 que sumaron las exportaciones en 2000, fueron obtenidos por ventas a Brasil.

Argentina ha reconocido que la realidad del Cono Sur de América ha cambiado, «que no es la misma que en la década del 90, cuando hubo condiciones de liquidez internacional que permitieron realizar una política de estabilización interna» y de crecimiento económico, comentó Luis Porto, de la Facultad de Ciencias Económicas de la universidad estatal de Uruguay,

Cavallo ha comprendido «que es necesario cambiar la política económica, cambiar el patrón de crecimiento», dijo Porto a una emisora de Montevideo. La inflación, razón de ser del tipo de cambio fijo, «ya no es un problema», agregó.

Por su parte, el economista Michele Santo destacó que el sistema de cambio fijo que mantenía Argentina para todas las operaciones, comerciales o financieras, y que aún conserva Uruguay, trasladaba a la actividad económica el impacto de toda fluctuación externa negativa.

En cambio, en Brasil, donde impera la flotación cambiaria, los impactos negativos son asimilados por el tipo de cambio. La moneda nacional se deprecia y la producción brasileña gana capacidad de competencia, observó Santo.

Las nuevas condiciones que el tipo de cambio comercial estrenado por Argentina crean en el Mercosur serán discutidas este jueves y el viernes en Asunción, en una reunión cumbre en la que los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay estarán acompañados por sus pares de Bolivia, Chile y Venezuela. (FIN/IPS/ff/if/01

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