DESARME: Atisbos de recuperación de conferencia de Ginebra

La Conferencia de Desarme de la ONU insinuó al finalizar su segundo periodo anual de sesiones la reactivación de sus tareas, con la designación de tres coordinadores para negociar acuerdos sobre asuntos de procedimientos.

Aunque algunos delegados observaron que todavía persiste el estancamiento en torno de cuestiones sustantivas, el nombramiento de los coordinadores especiales fue recibido con alivio por la mayoría de los 66 miembros del cuerpo, instalado en Ginebra.

La Conferencia se encontraba prácticamente paralizada desde 1996, cuando consiguió que la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) aprobara el texto del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares.

Los nuevos coordinadores son el alemán Günther Seibert, encargado de promover la revisión del orden del día, el búlgaro Petko Draganov, para la ampliación de los miembros, y Prasad Kariyawasam, de Sri Lanka, que tiene la misión de mejorar el funcionamiento de la Conferencia de Desarme.

El origen de los elegidos refleja la división de los miembros de la Conferencia en tres grupos: Occidental, Europa Oriental y de los 21 países de No Alineados. China no pertenece a bloque alguno.

Algunos delegados interpretaron la decisión adoptada como una señal de convalecencia del cuerpo, postrado en los últimos años por graves diferencias sobre las cuestiones substantivas del desarme.

Los asuntos críticos de desencuentro son el desarme nuclear, la prohibición de los materiales fisibles y la carrera armamentista en el espacio ultraterrestre.

Las fuentes más optimistas de la Conferencia opinaron que la designación de los tres coordinadores ya ha provocado una reacción, con propuestas que tienen significado político.

La eventual ampliación de los miembros constituirá una actualización de la Conferencia de Desarme y dará señales positivas, explicaron.

La Conferencia nació en 1979 con 40 miembros y luego se expandió en forma gradual hasta alcanzar a comienzos de 2000 su número actual de 66 integrantes. Hoy, unos 20 estados aspiran a formar parte de la Conferencia de Desarme.

Algunos países aguardaron casi dos décadas hasta que se aprobó su incorporación, como el caso de Irlanda, que demoró 17 años.

En el asunto del funcionamiento de la Conferencia, una de las reformas sugeridas es extender el actual periodo de cuatro semanas de duración del mandato del presidente, una función que se adjudica de manera rotativa por orden alfabético en inglés.

El presidente, en ese lapso tan breve, no puede sostener consultas repetidas con los jefes de las 66 delegaciones, argumentan los partidarios de ampliar a un año el mandato.

Sin embargo, admiten que esa alternativa obligaría a establecer la rotación de la presidencia entre grupos de países, para evitar lo que ocurre este año, por ejemplo, en que el cargo es desempeñado sucesivamente por representantes latinoamericanos: Chile, Colombia, ahora Cuba, y de inmediato Ecuador.

El mismo orden del día de la Conferencia de Desarme se mantiene desde hace dos décadas pues se aprueba cada año sin discusión, para evitar nuevos motivos de bloqueo. Pero, con esa práctica, la agenda ha quedado desactualizada.

Muchos delegados lamentan que la Conferencia no negocie cuestiones de actualidad en el desarme, como las minas terrestres antipersonal y el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras.

En estrecha relación con esos temas, entre los miembros de la Conferencia se extiende el criterio de establecer mecanismos para recibir la colaboración de las organizaciones no gubernamentales, que han sobresalido en los últimos años por su labor en relación a las restricciones para el uso de minas y de armas pequeñas.

Pero pese al intenso trabajo que espera a los coordinadores, en algunos delegados persiste el temor de que ese mandato sea apenas «un substituto para el trabajo substantivo».

Anne Anderson, representante de Irlanda, advirtió que el peor resultado será «la sensación de que la Conferencia ahora trata de justificar su existencia», y que sus miembros se sentirán más manteniendo congelados los temas substantivos.

El nuevo presidente de la Conferencia, el cubano Carlos Amat Forés, anunció este jueves, al clausurar el segundo periodo anual de sesiones, que se propone respaldar el trabajo de los coordinadores y también promover la discusión de los asuntos substantivos.

La Conferencia comenzará su tercer y último periodo de sesiones el 2 de agosto. (FIN/IPS/pc/ip/01

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