CUBA-CHINA: Eventual alianza militar agrava tensión con EEUU

Una eventual alianza militar entre Cuba y China, que incluiría la venta de armas a este país y acciones conjuntas de inteligencia, agrava la tensión entre ambas naciones socialistas y Estados Unidos.

Las versiones al respecto, desacreditadas por Beijing y por La Habana, circulan en medios de comunicación estadounidenses tras la visita a Cuba del presidente de China, Jiang Zemin, en abril.

«Desde hace más de 30 años, Cuba no ha importado ningún arma de China», afirmó la noche del martes el presidente cubano Fidel Castro en un programa especial de la televisión estatal.

Sun Yuxi, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China, había asegurado antes que «la información según la cual» su país «habría suministrado armas a Cuba carece de todo fundamento».

El diario The Washington Times aseguró el 12 de este mes, citando un informe de inteligencia de Estados Unidos, que el pasado año al menos tres barcos cargados de armas y explosivos habrían arribado a Cuba procedentes de China.

El país asiático aprovecharía también la cercanía de Cuba a Estados Unidos para espiar las comunicaciones de ese país mediante equipamiento electrónico, según el periódico.

El gobierno de George W. Bush está «muy preocupado por la cooperación (cubana) con el ejército de China y el movimiento de equipamiento militar hacia Cuba», dijo James Kelly, subsecretario de Estado para asuntos de Asia oriental.

Sin embargo, Phil Reeker, portavoz del Departamento de Estado (cancillería) estadounidense, negó el mismo día 12 que su gobierno contara con informes que confirmaran la versión de The Washington Times.

«De confirmarse, esto sería una mala señal para China», dijo, por su parte, Trent Lott, líder de la bancada en el Senado estadounidense del Partido Republicano, al que pertenece el presidente Bush.

China, cuarto socio comercial de Estados Unidos con un intercambio superior a los 110.000 millones de dólares, podría sufrir sanciones económicas por vender armas a Cuba, que fue incluida por Washington en una lista de países que apoyan actividades terroristas.

La asistencia militar china a Cuba se restringe al envío de ayuda logística, como radares y material de detección antiaérea y aeronáutico, según otras fuentes de inteligencia citadas por el diario El Nuevo Herald, que se publica en español en Miami, bastión en Estados Unidos de exiliados cubanos anticastristas.

Los chinos «no quieren un enfrentamiento con Estados Unidos, pero mantienen una cierta rivalidad» con ese país, y «ven a Cuba más como moneda de cambio que como plataforma de ataque», opinó Jason Feer, editor de Cubanews, revista especializada en asuntos cubanos.

A juicio de Feer, China traza en sus relaciones con Cuba una analogía con la asistencia que Estados Unidos presta a Taiwan, percibida por Beijing como una provincia renegada.

El gobierno de Bush aprobó en abril la venta a Taiwan de ocho submarinos diesel, 12 aviones P-3C Orion antisubmarinos y cuatro destructores de clase Kidd, entre otras armas, y la correspondiente capacitación técnica. Por otra parte, tres misiles estadounidenses fueron probados este miércoles en Taiwan.

Beijing calificó la decisión de Bush de «grosera interferencia en los asuntos internos» de China, y agregó se reservaba «el derecho absoluto de tomar medidas ulteriores».

El choque por la venta de armas de Estados Unidos a Taiwan se sumó a las tensiones originadas el 1 de abril con el aterrizaje de emergencia de una avión espía estadounidense en China, luego de chocar en pleno vuelo con un avión militar del país asiático.

Las diferencias geopolíticas entre Beijing y Washington pasan también por la intención china de reducir, y si fuera posible eliminar, la predominante presencia militar estadounidense en Asia sudoriental, en especial en el mar de China Meridional.

En este escenario, la cooperación militar con La Habana sería una respuesta de Beijing a Washington, al tiempo que se valdría de las ventajas que brinda la cercanía geográfica para sus actividades de espionaje, según analistas en Estados Unidos.

Sin embargo, Castro aseguró el martes que altos funcionarios de China y Cuba reunidos en diciembre en La Habana no alcanzaron ningún acuerdo sobre comercio de armas.

Castro ofreció un informe sobre la carga de los tres barcos chinos que arribaron a Cuba el año pasado, consistente en alimentos como arroz y frijoles, materiales para la industria de la construcción y equipamiento médico.

Agregó que el primer cargamento, arribado el 10 de mayo de 2000, sí estaba destinado a las fuerzas armadas, y que consistió en una donación de telas de dril, de algodón y de poliester verde olivo, nylon blanco para mosquiteros, botas, botones, hilos y agujas.

«Armas para matar el apetito», ironizó el mandatario cubano.

De acuerdo con Castro, desde el colapso en 1990 del bloque socialista que desató la actual crisis económica en Cuba, este país no ha invertido en armas «ni un solo centavo».

Los años de cooperación militar con la antigua Unión Soviética habrían garantizado «todas las armas de fuego» y «cantidades industriales» de municiones para, según Castro, «garantizarles (a los invasores) un precio impagable si desgraciadamente fuesen tan estúpidos».

La Habana mantiene, además, la capacidad de instalar una red de minas antitanques y antipersonales en caso de una agresión militar desde Estados Unidos, afirmó Castro. (FIN/IPS/da/mj/ip/01

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