COLOMBIA: Ofensiva presidencial por la Copa América

El presidente de Colombia, Andrés Pastrana, lanzó hoy una ofensiva diplomática para mantener en este país la sede de la Copa América de fútbol, que está a punto de perder a causa de la inseguridad pública.

Pastrana inició intensas gestiones tras la liberación del vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol y coordinador de la Copa América, Hernán Mejía, quien había sido secuestrado, según organismos de seguridad, por las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El secuestro de Mejía llevó a nueve asociaciones afiliadas a la Confederación Sudamericana de Fútbol, todas excepto Colombia, a solicitar el cambio de la sede de la Copa América, que en principio debía realizarse del 11 al 29 de julio.

El presidente colombiano señaló este jueves que la realización del torneo es una causa nacional y cambiar la sede a otro país es quitarle a Colombia el reconocimiento a los esfuerzos que se han hecho en la lucha por alcanzar la paz.

El caso no puede ser visto «como algo distinto a un abierto rechazo a nuestro interés por hacer esta fiesta del fútbol», dijo Pastrana en un discurso transmitido en directo por la televisión privada y estatal.

También celebró la liberación de Mejía, quien había sido secuestrado el lunes por presuntos guerrilleros de las FARC, y afirmó que «mal homenaje podría hacérsele privándolo del sueño de llevar a cabo el certamen».

Colombia se ha comprometido y trabajado sin pausa para brindar toda «la seguridad posible a las delegaciones y visitantes», y está preparada «como ningún otro país hoy» para la realización de la 'Copa de la Paz'», dijo el mandatario.

La Copa América, nacida en 1916, es el campeonato de selecciones nacionales de fútbol más antiguo del mundo y los países que más han triunfado son Argentina y Uruguay, que lo hicieron en 14 oportunidades.

El último campeón es Brasil, que derrotó a Uruguay en la final jugada en Paraguay en 1999, mientras que Colombia nunca ha podido ganarla.

Para Pastrana, retirarle la sede a Colombia es «negar la solidaridad de los países hermanos, es quitarle el apoyo internacional a la lucha por alcanzar la paz y es el triunfo de unos pocos y de la política sobre el deporte».

Tras señalar su respeto por la decisión final que adopte el sábado próximo la Confederación Sudamericana de Fútbol, el presidente consideró que cambiar la sede sería «una actitud muy injusta con nuestro país y una bofetada a la hospitalidad y la dignidad del pueblo de Colombia».

Pastrana puso el miércoles como ejemplo de lo que puede hacer el país en materia de deportes la organización del campeonato mundial de patinaje, que se realizó en 2000 en Barrancabermeja, en el noroeste, y el mundial de ciclismo, que se cumplió a comienzos de año en Cali, en el oeste.

También comentó a la emisora Radionet que detrás del intento de quitarle a Colombia la sede de la Copa América existen «intereses económicos» de grupos o medios de comunicación.

«Todos los derechos de estos encuentros deportivos están en manos de unas multinacionales que buscan hacer dinero a costa del prestigio y de la imagen de Colombia y de los colombianos», dijo el mandatario.

Algunos analistas entienden que el retiro de la sede de la Copa América de Colombia representa, además de un golpe para los aficionados deportivos, grandes pérdidas para grupos económicos vinculados al negocio del fútbol.

Jorge Correa, presidente del comité organizador de la Copa, dijo que su realización costará ocho millones de dólares, pero se esperan ganancias por unos 20 millones de dólares, por concepto de transmisiones de partidos, licencias de comercialización de productos alusivos al torneo y patrocinio.

Pastrana cuestionó la «politización» del deporte y que se utilicen los problemas internos de un país, ya que, según dijo, lo mismo que ocurre en Colombia puede suceder en otro lugar donde existan también problemas.

El vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, el uruguayo Eugenio Figueredo, se manifestó feliz este jueves por la liberación de Mejía, pero afirmó en Montevideo a la emisora Caracol que no cree que ese hecho cambie la decisión de retirarle la sede del torneo a Colombia.

Figueredo lamentó que el secuestro de Mejía haya obstaculizado el deseo de las autoridades y del pueblo colombiano de tener la fiesta de la Copa América en casa, pero señaló que la situación de inseguridad del país es muy preocupante.

No obstante, directivos de la Federación Colombiana de Fútbol, indicaron que mantendrán sus esfuerzos para lograr que la decisión sea revisada.

El retiro de la sede de la Copa América de Colombia opacó la liberación este jueves de 242 soldados y policías que estaban en poder de las FARC y que eran reclamados desde hace tres años por sus familiares.

La decisión forma parte del acuerdo humanitario firmado el 2 de este mes entre el gobierno y los rebeldes.

La entrega a las autoridades de los secuestrados ocurrió en el municipio de La Macarena, en la serranía del mismo nombre, uno de los cinco que incluye el área de 42.000 kilómetros cuadrados del sudeste colombiano desmilitarizada por el gobierno para desarrollar el diálogo de paz con la guerrilla.

Para algunos expertos, la liberación de los soldados y policías y la del dirigente de la Federación Colombiana de Fútbol son demostraciones de fuerza que suscitan varias lecturas.

El sociólogo Carlos Suárez comentó a IPS que las FARC «borraron con el codo lo que hicieron con la mano», al relacionar la parte positiva de la liberación de los soldados con el secuestro de Mejía, que condujo a la cancelación en este país de la Copa América.

Suárez entiende que, de comprobarse la autoría intencional de las FARC en el secuestro del dirigente deportivo, habría que interpretarla como un error político, cuando ya la agrupación se había comprometido a que no llevaría a cabo actos de sabotaje contra la realización de la Copa América.

El secuestro de Mejía pudo ser un hecho aislado «de alguna rueda suelta de las FARC» o un hecho intencional de grupos de extrema derecha que buscaban opacar la entrega de los soldados, añadió.

El líder de las FARC, Manuel Marulanda, dijo este jueves que no tiene conocimiento de que su agrupación hubiese sido la autora del secuestro de Mejía. (FIN/IPS/yf/dm/ip hd/01

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