Los problemas de ambiente de México son de tal magnitud que ni la próxima generación podrá resolverlos, pero la comisión de la Cámara de Diputados encargada de enfrentarlos no ha sesionado en sus 10 meses de vida.
Tampoco lo hizo el martes, cuando se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, debido a que tuvo asueto.
La infraestructura ambiental es francamente deficitaria y los diputados deben promover nuevas leyes e iniciativas, con fuertes sanciones contra quienes destruyen el entorno, advirtió el secretario (ministro) de Medio Ambiente, Víctor Lichtinger.
El trabajo de Lichtinger no convence, deberá explicar mejor sus planes frente a una citación de la Comisión de Medio Ambiente, señalaron a su vez varios diputados.
Pero no es seguro que puedan concertar la cita. Hasta el momento han fracasado todos los intentos de reunir a la comisión de 30 miembros, que fue creada en septiembre, cuando se instaló la actual legislatura.
«Sólo asistimos unos pocos diputados, al resto parece no interesarles la problemática ambiental del país», declaró el parlamentario Angel Torrijos, del conservador partido Acción Nacional, al que pertenece también el presidente Vicente Fox.
Con el argumento de que sus integrantes deben participar de las celebraciones, la comisión tampoco sesionó este martes, Día Mundial del Medio Ambiente por decisión de la Organización de las Naciones Unidas.
La situación del país en materia ambiental es grave, señaló Lichtinger. Ni un período de gobierno, ni el paso de toda una generación, serán suficientes para cambiar las cosas, dijo.
Estudios oficiales señalan un rezago de más de 70 por ciento en infraestructura para el tratamiento de aguas residuales, en el control de residuos peligrosos y de la contaminación atmosférica, en reforestación y restauración de suelos, y en materia de equipamiento y consolidación de áreas protegidas.
México tiene una baja capacidad forestal sustentable, escaso desarrollo del ecoturismo y muchos otros problemas, según las mismas investigaciones.
El telón de fondo de todos los problemas de índole mabiental está configurado por el incumplimiento total o parcial de la legislación específica y por la corrupción del sector público y el privado, agregó Lichtinger.
El deterioro del ambiente puede medirse en términos económicos y equivale a la pérdida cada año de 11 por ciento del producto interno bruto, de acuerdo con cálculos oficiales.
Los diagnósticos añaden que México perdió de modo definitivo 10 por ciento de su territorio agrícola y 60 por ciento presenta importantes problemas de erosión.
El gobierno de Fox, dispuesto a encarar la situación, declaró problemas de seguridad nacional la destrucción de los bosques y la pérdida de fuentes de agua.
Con menos de 25 por ciento de su territorio cubierto de bosques, México pierde cada año por tala y quema ilegal entre 300.000 y 600.000 hectáreas de árboles. La reforestación anual no supera las 120.000 hectáreas.
En materia de suministro de agua potable, la situación es también grave. Al menos 100 ciudades, entre ellas la capital, tienen su crecimiento limitado por dificultades de abastecimiento y procesamiento de agua.
Además, 78 por ciento de las aguas residuales municipales y 85 por ciento de las que usan las industrias no son tratadas. En cuanto a la basura, México produce 82.600 toneladas por día, 50.000 de las cuales son vertidas en lugares inadecuados y no reciben tratamiento. (FIN/IPS/dc/ff/en/01
