La transformación esta semana del grupo de resolución de disputas fronterizas «Los cinco de Shangai» en una organización formal asegura la dominación de China y Rusia en la volátil región de Asia central.
Los cinco de Shangai -China, Rusia, Kazajistán, Kirgyzstán y Takijistán- dieron la bienvenida el viernes en su quinta cumbre anual a un nuevo miembro, Uzbekistán, y decidieron rebautizarse Organización de Shangai para la Cooperación (OSC).
Los orígenes de la OSC se remontan a la creación en 1997 de un organismo para resolver disputas fronterizas y cooperar contra el extremismo islámico.
Ese año, esos cinco países que comparten la antigua frontera chino-soviética firmaron un tratado para reducir de manera significativa el número de tropas fronterizas, y así nacieron como grupo informal.
Para Rusia, su elevación del grupo esta semana a una estructura regional formal significa la culminación de sus esfuerzos contra lo que percibe como amenazas terroristas en Asia central.
La próxima cumbre de la OSC tendrá lugar este año en San Petersburgo, la ciudad de origen del presidente ruso Vladimir Putin.
Pero la creación del mayor grupo regional también tiene otras implicaciones para el equilibrio de poderes en Asia central.
Por ejemplo, dado que Rusia y China comparten desde hace muchos años una preocupación por la dominación de Estados Unidos en asuntos internacionales, se prevé que Moscú y Beijing promoverán a la OSC como una especie de contrapeso para el unilateralismo de Washington.
Es claro que Rusia y China se transformarán en las «fuerzas conductoras» de la OSC, declaró el viernes una fuente del Kremlin citada por la agencia de noticias rusa Interfax.
Moscú y Beijing dan prioridad a los esfuerzos para mejorar la seguridad y garantizar el orden democrático en un «mundo multipolar», señaló Putin.
En los últimos años, el concepto de mundo multipolar ha sido el mantra de Moscú, en base al argumento de que Estados Unidos no debería dominar al resto del mundo como única superpotencia.
Por lo tanto, los intentos de transformar a los cinco de Shangai en una organización internacional formal podrían interpretarse como un esfuerzo realizado de encarnar esa visión de multipolaridad.
«No hay nada que inspire más temor a la política de Estados Unidos en Asia central que una reaproximación entre Rusia y China», opinó el legislador ruso Alexey Arbatov.
Los ministros de Defensa de la OSC adoptaron una postura común en contra del plan del presidente estadounidense George W. Bush de construir un sistema nacional antimisiles al respaldar el Tratado de Misiles Antibalísticos celebrado en 1972 entre Rusia y Estados Unidos.
La administración de Bush pretende enmendar ese tratado para poder crear un escudo antimisiles destinado a proteger a Estados Unidos de los países que considera «renegados», como Corea del Norte, Libia, Irán e Iraq.
Pero Rusia, China y otros países rechazaron la propuesta de Bush porque a su criterio es un reflejo del unilateralismo estadounidense y podría desatar una nueva carrera armamentista.
Actualmente, Rusia es un proveedor exclusivo de armas avanzadas y tecnología militar para China, y «obviamente, eso preocupa a Estados Unidos», observó Dmitry Trenin, subdirector del Centro Carnegie en Moscú.
En el area de la seguridad, los seis líderes de la OSC firmaron la Convención de Shangai para Combatir el Terrorismo, el Separatismo y el Extremismo.
«Seguiremos fortaleciendo nuestra cooperación en esta área», anunció en Shangai el presidente chino Jiang Zemin, en referencia a los planes para crear un centro conjunto contra el terrorismo en Bishkek, la capital de Kirgyzstán.
Jiang también destacó que el acuerdo firmado entre los seis miembros de la OSC promoverá el comercio y las inversiones en una región cuyas enormes reservas de petróleo generan la competencia internacional. (FIN/IPS/tra-en/sb/js/mlm/ip/01