AMBIENTE: En busca del sello verde (*)

Colombia, Costa Rica y Ecuador, tres de los mayores exportadores de flores de América Latina, intentan ponerse al día con las exigencias del «sello verde», un certificado ambiental exigido por el mercado europeo, pero todavía están lejos de lograrlo.

Sólo 15 por ciento de la producción de flores de Ecuador tiene el aval del Flower Label Program (FLP, programa de sello verde) de Alemania, que califica el manejo ambiental y laboral del sector, basado en organizaciones y convenciones internacionales.

La Asociación de Exportadores de Flores (Expoflores) de Ecuador lanzó un programa para la concesión de un sello verde nacional, pero la Unión Europea prefiere el sello de alguno de sus miembros y desaprueba el certificado ecuatoriano, por las denuncias de malas condiciones de trabajo en las fincas.

El Centro de Estudios y Asesoría en Salud (CEAS) denunció la contaminación ambiental en las plantaciones y su impacto sobre la salud de las trabajadoras.

"Un elevado porcentaje de mujeres han tenido problemas con su embarazo debido al trabajo con agroquímicos", aseguró el médico Jaime Breilh, del CEAS.

Estados Unidos, destino de 70 por ciento de la exportación de flores de Ecuador, exige las normas ISO (International Standarization Organization) 9.000 y 14.000.

Según Jorge López, vicepresidente de Expoflores, el sello verde europeo es más específico y tiende a garantizar normas de respeto ambiental, mientras que el ISO tiene en cuenta otros aspectos, como la estructura empresarial.

Si bien la falta de certificación no es obstáculo para las flores ecuatorianas, López cree que en el futuro será una condición indispensable para evitar la caída de las exportaciones.

La venta de flores al exterior en 2000 fue de 132,3 millones de dólares y es la quinta fuente de divisas del país, de acuerdo con el Banco Central.

Mientras, en Colombia, no existe sello verde. Sin embargo, 150 empresas participan en «Florverde», un programa de mejoramiento ambiental y social.

Las empresas se autoevalúan y luego reciben la visita de un auditor de Asocolflores, la Oficina Ambiental de la Asociación Colombiana de Floricultores, que verifica los datos.

"Las empresas reciben una calificación y se crea un 'benchmarking' (prueba de evaluación) para motivar la competencia por el mejoramiento", dijo Juan Carlos Izasa, director de Asocolflores.

Ese programa determinó, según Isaza, un menor consumo de plaguicidas y redujo la contaminación, y promovió reglas laborales claras y más justas.

Colombia exportó el año pasado 581,9 millones de dólares en flores, cuatro por ciento de sus ventas totales al exterior, según datos oficiales.

En Costa Rica, los floricultores tampoco tienen sello verde, pero en 2000 comenzó un plan piloto de 12 meses con cinco empresas que buscan la certificación de la comercializadora holandesa de flores MPS.

Una vez finalizado el plan piloto, en julio, MPS evaluará la situación de las empresas participantes, para otorgar la certificación ambiental, que «favorecerá la exportación a la Unión Europea y beneficiará a quienes trabajan en el sector», dijo Jeanina Gutiérrez, de la Cámara de Comercio de Costa Rica.

«Si antes los trabajadores no tenían comedor (en las plantaciones) o trajes adecuados para fumigar, ahora los tendrán», aseguró Gutiérrez.

Costa Rica exportó en 2000 flores por valor de 24,5 millones de dólares. Ochenta y cinco por ciento del total se destinó a Estados Unidos y el resto a países europeos. (FIN/IPS/nms/ff/if en/01/ —— (*) Esta información fue publicada originalmente por el multimedios Tierramérica (www.tierramerica.net) —-

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