ALIMENTACION: Sida amplía círculo vicioso de hambre y pobreza

El círculo vicioso del hambre y la pobreza se multiplica con la propagación del sida entre los habitantes pobres del medio rural, advirtió la FAO, que tratará el asunto en la Conferencia Mundial sobre la Alimentación prevista para noviembre en Roma.

El sida es «una grave amenaza para la seguridad alimentaria de millones de personas afectadas y para sus familias, tanto en términos de su capacidad de producir como de comprar alimentos», dijo Jacques Diouf, director general de FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).

La enfermedad acabó desde 1985 con la vida de siete millones de campesinos en los 25 países africanos más afectados por la pandemia, y otros 16 millones pueden morir antes de 2020, señaló Diouf en un discurso difundido en Santiago por la oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe.

El funcionario internacional intervino el lunes en la sesión especial de la Asamblea General de la ONU (Organización de Naciones Unidas) sobre el VIH/sida, que concluyó este miércoles en Nueva York.

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es el causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), detectado clínicamente por primera vez hace 20 años, y que afecta en la actualidad a más de 36 millones de personas en el mundo.

La mayor incidencia de la enfermedad se registra en los países de Africa subsahariana, con altos porcentajes entre la población de áreas rurales, donde se evidencia el círculo vicioso de pobreza, hambre y sida, descrito por Diouf.

El VIH encuentra un terreno propicio para expandirse en los casi 800 millones de habitantes del planeta, la mayor parte de ellos en Africa y en Asia centromeridional, que sufren grados severos de hambre y desnutrición.

Desde el 5 al 9 de noviembre se celebrará en Roma la conferencia denominada «Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después», convocada por la FAO para analizar los progresos en la lucha contra el hambre desde la primera cumbre, celebrada en 1996.

La organización ya advirtió que los avances son mínimos y casi insignificantes, y demandó un renovado compromiso de la comunidad internacional para cumplir la meta de reducir a 400 millones el número de hambrientos hacia 2015.

Se estima que en América Latina y el Caribe hay unos 50 millones de personas, alrededor de 10 por ciento de la población regional, en estado de inseguridad alimentaria.

A su vez, de los 36 millones de portadores del virus del sida registrados en el mundo, 1,4 millones corresponden a esta región, con 540.000 en Brasil, el país latinoamericano más poblado.

El mayor foco de riesgo está en el Caribe, que, según la ONU, tiene el mayor índice de infección por VIH después de Africa subsahariana.

«El sida es ya la causa más importante de mortalidad entre jóvenes, hombres y mujeres» en la subregión, añade el informe presentado a la sesión especial en Nueva York.

En Haití, el país caribeño más golpeado por la pandemia, está infectado alrededor de ocho por ciento de los adultos en las ciudades y cuatro por ciento en el medio rural.

Haití es, sintomáticamente, el país con mayor inseguridad alimentaria en la región, con un déficit promedio en su población de 460 kilocalorías, con respecto a los niveles adecuados de ingesta de nutrientes.

Marcela Villarreal, coordinadora de la FAO sobre cuestiones del VIH/SIDA, señaló que la pandemia tiene efectos en la seguridad alimentaria tanto a escala familiar como comunitaria y nacional.

«Repercute en la capacidad de las familias de producir alimentos, porque el sida cobra su cuota de defunciones sobre todo entre los integrantes más productivos y crea escasez de mano de obra, que recae con gran peso entre los trabajadores agrícolas», dijo Villarreal.

Además, «a la muerte de éstos, pueden perderse los conocimientos agrícolas», agregó.

«La enfermedad merma la capacidad de los hogares de comprar alimentos, debido al empobrecimiento ocasionado por la pérdida de integrantes productivos de la familia y de activos (financieros)», sostuvo la experta, en una entrevista difundida por el sitio de la FAO en Internet (http:\\www.fao.org).

«Cuando todos en la comunidad tienen a un enfermo de sida, la capacidad de la comunidad de producir y comprar alimentos se ve afectada, conforme los vecinos tienen ya demasiados problemas para poder ayudarse mutuamente con los alimentos, préstamo o ayuda en el trabajo agrícola», explicó Villarreal.

«Por último, a escala nacional, el VIH/sida afecta a la capacidad de los países de importar alimentos: la enfermedad ha reducido el crecimiento del PIB (producto interno bruto) per cápita alrededor de un uno por ciento anual en Africa», subrayó la funcionaria de FAO.

Diouf advirtió que las comunidades rurales son las que soportan el mayor peso del costo de la pandemia, «ya que muchas personas desplazadas a la ciudad, así como trabajadores ambulantesm regresan naturalmente a sus aldeas natales cuando se enferman» de sida.

Los conflictos armados, que se desarrollan generalmente en zonas rurales, aumentan también la vulnerabilidad de los pobres ante el sida, con sus secuelas de violencia sexual, desplazamientos de poblaciones y miseria, agregó el director de la FAO. (FIN/IPS/ggr/mj/he dv/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe