TRABAJO: Esclavitud persiste y crece tráfico de seres humanos

En el mundo todavía persisten, aunque en declinación, prácticas tan antiguas y bárbaras como la esclavitud y la servidumbre feudal, mientras aumenta con gran rapidez el tráfico de seres humanos, denunció la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Un estudio de la OIT, titulado «Alto al trabajo forzoso», demostró que el crecimiento del tráfico de seres humanos en el mundo «es profundamente inquietante», declaró Juan Somavía, director de la institución.

El informe examina la multitud de formas que el trabajo forzoso tiene en el mundo actual y las iniciativas adoptadas para erradicarlo.

El documento es parte de los estudios dispuestos por la OIT en 1998 sobre los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

El secuestro físico de personas a fin de someterlas a trabajos forzados ya no es tan frecuente en el mundo moderno como lo era antes de la abolición de la esclavitud, reconoció la organización.

Sin embargo, en Africa se han detectado casos contemporáneos de esclavitud y secuestros, «aunque son relativamente excepcionales».

Los secuestros pueden registrarse en un contexto de rivalidades tradicionales, como en Mauritania, o de graves conflictos armados, como en Liberia, Sudán y otros países.

En Mauritania, grupos árabes y bereberes capturaban esclavos negros en el sur y los llevaban al norte para que realizaran penosos trabajos agrícolas y domésticos.

Cuando el país declaró la independencia, en 1961, cientos de miles de personas seguían esclavizadas. Aunque Mauritania abolió la esclavitud en 1980, informes recogidos en 1997 indicaban que esa práctica y otras análogas todavía persisten, dijo la OIT.

Entre 5.000 y 10.000 personas fueron secuestradas desde que la guerra civil envolvió a Sudán en 1993, según el cálculo efectuado por el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) hace un año.

El informe de la OIT también recoge una denuncia de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres sobre niños abandonados como consecuencia de la guerra civil en Liberia, que eran tomados como rehenes por adultos y utilizados como trabajadores forzosos y en cautividad.

Otra forma de trabajo forzoso expuesta por la OIT es la participación obligatoria en obras públicas, que se verifica en algunas zonas de Asia.

En el caso de Birmania, que ha sido motivo de llamamientos internacionales, el gobierno alegó que existe una aceptación cultural de la participación obligatoria en obras públicas como contribución a un desarrollo económico rápido.

La OIT declaró, ademá, que difiere con el gobierno de Vietnam sobre la definición de los conceptos de trabajo forzoso y de contribución de los ciudadanos a las obras públicas.

Una ley vietnamita de enero de 2000, obliga a todos los adultos menores de 45 años y a las mujeres adultas menores de 35 a prestar 10 días de servicios comunitarios al año.

En algunos países africanos, como Kenia, República Centroafricana, Sierra Leona y Tanzania, subsisten normas nacionales o comunales que prevén algún tipo de cultivo obligatorio u otras formas de trabajos y servicios similares.

La OIT advirtió que denominar esas prácticas «servicios comunitarios de poca importancia» u «obligaciones cívicas corrientes» no debe enmascarar situaciones de trabajo forzoso.

Otra categoría de trabajo forzoso estudiada por la organización es la que se registra en la agricultura y en áreas rurales remotas, con prácticas de contratación coercitivas.

En zonas apartadas, los trabajadores pueden llegar a contraer deudas para obtener comida y otros artículos de primera necesidad que les proporciona el terrateniente o el subcontratista, sostuvo la OIT.

En las explotaciones agrícolas, mineras y forestales abiertas en los bosques tropicales, los pueblos indígenas y tribales normalmente sufren abusos.

Se sabe que en Costa de Marfil hay niños a los que se obliga a trabajar en plantaciones, dice el informe. Esos menores proceden, por lo general, de ciertos grupos étnicos de ese país y también de Malí y de Burkina Faso.

Pero América Latina es la fuente de información más abundante sobre trabajo forzoso en entornos rurales.

Aunque la servidumbre rural fue erradicada, se siguen detectando bolsas de trabajo prácticamente no remunerado con la obligación de prestar servicios en zonas de Guatemala y México y en la región amazónica de Perú.

El Instituto Nacional Indigenista de México denunció graves abusos en el sector rural, principalmente contra trabajadores indígenas.

El documento, que será examinado por la Conferencia Internacional del Trabajo en junio próximo, menciona las duras condiciones de las trabajadoras domésticas que viven en situaciones de trabajo forzoso, en particular en Medio Oriente.

Cuando los trabajadores domésticos son migrantes internacionales, los problemas se complican más, comprobó la OIT.

También existen casos de niños y, con más frecuencia, de niñas que trabajan largas jornadas en casas particulares sin asistir a la escuela. En Benin se registraron 100.000 casos y en Haití, 250.000.

Otra categoría de trabajo forzoso es la servidumbre, en que una persona presta servicios en condiciones de servidumbre originadas por consideraciones económicas, en particular tras contraer una deuda a través de un préstamo o de un adelanto.

La OIT observó que India y Pakistán adoptaron legislaciones específicas y claras sobre el trabajo en servidumbre. En cambio, ese problema sigue existiendo en otros países, como Nepal, donde todavía se practica la «kamaiya» (servidumbre por deudas).

El tráfico de personas, un fenómeno creciente, constituye «la otra cara de la mundialización», precisó el informe.

La pobreza, el desempleo, los conflictos sociales, la represión política y la discriminación por motivos raciales o de género contribuyen a crear un ambiente propicio para la explotación de las personas vulnerables a manos de los traficantes.

En Europa, en particular, se asistió a un aumento explosivo de ese tráfico desde el derrumbe de la antigua Unión Soviética. En América del Norte y también en Europa se han encontrado actividades de explotación laboral de inmigrantes clandestinos en gran escala.

En las regiones limítrofes de Asia sudoriental, «la coerción, el engaño y la venta de menores son el resultado inmediato de su reclutamiento directo en los pueblos» y abastecen gran parte de las redes de proxenetas, señala el documento.

En los Balcanes y en Europa oriental, en especial en países como Moldavia, Rumania y Ucrania, el tráfico de mujeres ha cobrado gran auge. Bosnia-Herzegovina y la provincia serbia de Kosovo, Yugoslavia, aparecen como importantes puntos de paso en el camino hacia Europa occidental.

En Israel «hubo una afluencia de mujeres introducidas por muchas redes criminales», según la OIT.

Mientras, «Estados Unidos es anualmente el destino de 50.000 mujeres y niños objeto de ese tráfico, que nutren gran parte de la demanda del sector del sexo, asi como del servicio doméstico y del trabajo de limpieza en oficinas y hoteles», indica el informe.

La OIT sostuvo que el primer paso para eliminar el trabajo forzoso es asistir a los gobiernos para identificar la naturaleza y las dimensiones del problema.

La complejidad del fenómeno requiere una combinación de medidas contra la pobreza y de regulación de los mercados, afirma.

El mundo entero tiene que hacer un examen de conciencia y promover la acción para abolir el trabajo forzoso y las a menudo terribles condiciones de vida y de trabajo que acompañan su desarrollo, estimó Somavía. (FIN/IPS/pc/mj/lb hd/01

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