Una organización estadounidense de activistas contra el sida instó hoy a Washington a ponerse a la cabeza de los esfuerzos para desarrollar una vacuna contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
«El gobierno encabezado por el presidente George W. Bush debe asumir el desafío de la búsqueda de una vacuna contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, y el liderazgo mundial en su desarrollo», afirmó en un informe la Coalición por una Vacuna contra el Sida (VAC, por su sigla en inglés).
Los autores del documento, titulado «Ya van seis años: ¿Puede un escenario cambiante acelerar el desarrollo de una vacuna contra el sida», pidieron al Congreso estadounidense que apruebe con rapidez estímulos a la investigación en la materia.
El VIH ha infectado desde comienzos de los años 80 a más de 50 millones de personas, 17 millones de las cuales murieron, señalaron.
El VIH/sida es en la actualidad la enfermedad infecciosa que causa más muertes en el mundo en desarrollo, por encima de la tuberculosis y la malaria, enfatizaron.
Bush no ha expresado su posición sobre propuestas de eximir de impuestos a las tareas de desarrollo de una vacuna contra el sida, ni se ha comprometido con la prioridad nacional de hallar esa vacuna antes de 2007, establecida en mayo de 1997 por su predecesor, Bill Clinton (1992-2000), bajo presión de activistas.
De todos modos, Estados Unidos se convirtió la semana pasada en el primer país comprometido a aportar recursos a un fondo mundial contra el VIH/sida y otras enfermedades infecciosas que causan muertes en gran escala, al cual anunció que destinaría 200 millones de dólares.
La Organización de las Naciones Unidas ha calculado que ese fondo debería recibir entre 7.000 y 10.000 millones de dólares anuales para que la lucha contra esos males sea eficaz.
La búsqueda de una vacuna contra el sida ha sido hasta ahora lenta, cautelosa y opacada por la difundida necesidad de tratamiento a los infectados por el VIH.
Los críticos afirman además que muchas investigaciones en la materia han sido ineficientes debido a procedimientos burocráticos.
«Lo que necesitamos es un liderazgo político y científico más potente. Es importante que Estados Unidos sea el primer contribuyente al fondo mundial», y en especial al financiamiento de la búsqueda de una vacuna contra el sida, opinó Rose McCullough, directora ejecutiva de la VAC.
El año pasado, el Congreso estuvo a punto de aprobar un proyecto de Ley de Vacunas para el Nuevo Milenio, para estimular el desarrollo y la distribución de vacunas contra el sida, la tuberculosis y la malaria, pero la iniciativa fracasó debido al bloqueo parlamentario vinculado con la campaña electoral.
Ese proyecto volvió a ser presentado este año, y establece exenciones de impuestos para actividades prioritarias de investigación y desarrollo de vacunas, en especial contra el sida y la tuberculosis, su ensayo clínico y su distribución, en especial en países pobres.
El estado actual de las investigaciones hace que los especialistas piensen que en 2003 sólo habrá una vacuna contra el sida en la etapa final de ensayo clínico, la llamada Aidsvax o Sidavax, cuyo desarrollo lleva a cabo la firma estadounidense VaxGen.
El uso de Aidsvax puede ser autorizado en algunos países, si se demuestra su eficacia en por lo menos 30 por ciento de los casos de prueba, indicó Susan Buchbinder, directora de investigaciones del departamento de salud pública de la Universidad de California- San Francisco.
Sin embargo, la distribución de esa vacuna podría postergarse hasta cinco años a partir de la comprobación de su eficacia, mientras se construyen fábricas y se resuelven cuestiones técnicas, según Lance Ignon, de VaxGen.
«Hemos advertido al público en varias oportunidades que no estaremos en condiciones de satisfacer la demanda mundial desde el primer día. Esto no va a ser como la introduccion en el mercado de cualquier otro producto farmacéutico», señaló.
McCullough opinó que las posibilidades de éxito en la búsqueda de una vacuna contra el sida dependen en forma crucial de que haya más de una en etapas avanzadas de desarrollo.
Hasta ahora, la mayor parte de los ensayos de Aidsvax se han realizado con las variedades de VIH más frecuentes en el América, Europa, Australia, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental.
Los ensayos con las variedades predominantes en Africa subsahariana, India y China no han llegado a etapas avanzadas de desarrollo, pese a que esas regiones son las más afectadas por el VIH/sida, con más de 70 por ciento de los actuales 36 millones de infectados en el mundo.
En la actualidad, los gobiernos de Estados Unidos y de Francia están a la cabeza del esfuerzo público para desarrollar una vacuna contra el sida, ya que otros países industrialzados han reducido o abandonado sus proyectos en la materia, entre ellos Canadá, Gran Bretaña y Holanda.
El gobierno estadounidense no ha aprobado normas que prevean establecer precios subsidiados de la eventual vacuna para países pobres.
«Se habla mucho pero se hace poco en relación con las principales cuestiones que determinarán la disponibilidad de vacunas contra el sida», comentó la VAC.
Los nuevos medicamentos desarrollados en países industrializados tardan entre 10 y 20 en llegar a la población de naciones pobres, apuntó Steve Wakefield, de la Red de Prueba de Vacunas contra el Sida, financiada por el gobierno estadounidense.
La vacuna contra la bacteria Haemophilus Influenza B, causante de meningoencefalitis y otras enfermedades responsables de mortalidad infantil, patentada a fines de los años 80, y la vacuna contra la hepatitis B, patentada a comienzos de los años 80, aún no están disponibles en muchos países pobres, señaló.
«Eso cuesta cientos de miles de vidas. No podemos permitir que ocurra lo mismo con una vacuna contra el sida», afirmó. (FIN/IPS/tra-eng/gm/aa/he sc/01
