POLITICA: El pedido de perdón para aflojar tensiones

Gobernantes y otros dirigentes de peso en las relaciones internacionales han recurrido en los últimos años la política de pedir perdón para facilitar la resolución de conflictos.

Uno de los problemas de las relaciones entre Pakistán y Bangladesh es que las autoridades paquistaníes, pese a la insistencia del gobierno bengalí, se niegan a pedir perdón por las matanzas perpetradas por su ejército en 1971, durante la guerra que condujo a la independencia de Bangladesh.

El pedido de perdón para rectificar errores es una tradición de muy distintas culturas, que puede tener connotaciones políticas cuando es realizado en nombre de países, y morales cuando es planteado por líderes religiosos o por personas comunes.

En la religión sij, una rama del hinduísmo, la expiación de los errores y pecados se realiza mediante el acto ritual de lustrar el calzado de peregrinos en lugares dedicados al culto, como demostración de humildad.

Dos destacados líderes político-religiosos sijs de los años 60, Master Tara Singh y Sant Fateh Singh, realizaron ese práctica ritual, y dirigentes políticos budistas han llevado a cabo actos de similar significado religioso.

Un equivalente político de esos ritos fueron las autocríticas públicas impuestas durante la Revolución Cultural china en los años 60.

Indira Gandhi pidió perdón al pueblo de India por «excesos cometidos durante el estado de emergencia» que decretó en 1975, cuando cumplía su primer mandato como primera ministra.

Esa expresión de arrepentimiento, realizada por Gandhi tras perder las elecciones de 1977, pareció ser aceptada por la población, ya que le dio una amplia mayoría en las elecciones de 1980.

Una de las causas de prolongación de la guerra entre Irán e Iraq (1980-1988) y fracasaron mediaciones en el conflicto de otros países musulmanes fue que el ayatolá Jomeini, entonces gobernante iraní, demandaba que Bagdad pidiera disculpas por haber invadido a su país.

En marzo de este año, la cumbre de la Liga Arabe realizada en Ammán no pudo mejorar las relaciones entre Irán y Kuwait porque Bagdad se rehusó a arrepentirse de su invasión de Kuwait en 1990.

En marzo de 2000, la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, expresó el «pesar» de su país por el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense al golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático iraní de Mohammed Mossadegh en 1953.

El presidente estadounidense Bill Clinton (1992-2000) declaró en varias ocasiones que sentía «profundo y sincero pesar» por haber mentido ante la justicia sobre su relación íntima con Monica Lewinsky, becaria en la Casa Blanca, mientras él ejercía el gobierno.

Cuando el papa Juan Pablo II visitó una mezquita en Damasco el 6 de mayo, pidió «el perdón del Todopoderoso y de unos a otros» por «todas las ocasiones» en que musulmanes y cristianos «se ofendieron entre sí».

El gesto fue parte de una política sistemática de Juan Pablo II, quien pidió perdón en 1998 a los judíos por la actitud de la Iglesia Católica ante el Holocausto (matanza de ese pueblo por parte del gobierno nazi alemán durante la Segunda Guerra Mundial), y este año a la Iglesia Ortodoxa por el saqueo de Constantinopla, realizado por católicos en 1204.

El pedido de perdón a los judíos fue formulado en un documento oficial, tras una campaña iniciada en 1995 para reconocer y rectificar con «valentía y humildad» los errores históricos de la Iglesia Católica.

Muchos musulmanes son hostiles a los católicos debido a las Cruzadas realizadas por éstos en la Edad Media para «desalojar a los infieles de lugares sagrados», y la visita de Juan Pablo II a la famosa mezquita de Omayad en Damasco, primera de un papa a un templo islámico, buscó aiviar tensiones entre ambas religiones.

Los dos partidos que gobernaron Pakistán antes del golpe de Estado militar de octubre de 1999, la Liga Musulmana y el Partido Popular, han pedido disculpas a la población por «errores cometidos en el gobierno» y prometido no reiterarlos.

En el mundo contemporáneo, tres tipos de situación son el marco habitual de los pedidos de perdón con significado político.

En un primer grupo, la expresión de arrepentimiento tiene una dimensión religiosa o moral, como en los casos de Juan Pablo II o de los líderes sij.

En otros casos, la aceptación de responsabilidades es necesaria para superar problemas que podrían desembocar en crisis si el pedido de disculpas no se produjera.

Eso ocurrió en abril de este año, cuando un avión espía de Estados Unidos fue capturado por China tras un incidente que causó la caída al mar de un avión de combate chino.

Beijing demandó que Washington se excusara como condición para liberar a la tripulación del avión espía, y una declaración del gobierno estadounidense permitió superar el problema, pese a que no establecía en forma inequívoca que se trataba de un pedido de perdón.

En 1960, el presidente estadounidense Dwight Eisenhower pidió disculpas al primer ministro de la Unión Soviética, Nikita Khrushchev, para evitar una crisis que pudo tener grave repercusión mundial luego de que los soviéticos derribaran a un avión espía U-2 de Estados unidos y capturaran a su piloto.

Washington también pidió disculpas a Corea del Norte en diciembre de 1968, cuando Pyongyang caturó al buque espía estadounidense «Pueblo» y a sus tripulantes, quienes fueron liberados luego.

En un tercer grupo de casos, el pedido de disculpas se considera necesario para establecer la verdad sobre hechos históricos y abrir paso a la normalización de relaciones entre países o entre sectores del mismo país.

Así ocurrió en el ejemplo mencionado de Albright, y eso es lo que pretende Bangladesh que haga Pakistán.

Otros ejemplos relacionados con la normalización de relaciones entre países fueron el pedido de perdón de Alemania a Israel por el Holocausto, los de Japón a China y Corea del Sur por abusos que cometieron militares japoneses en los años 30 y 40.

En Sudáfrica, tras el fin del régimen racista del apartheid, en 1994, personas que cometieron violaciones de los derechos humanos durante la vigencia de ese régimen dieron testimonio en audiencias públicas de la Comisión de Verdad y Reconciliación y pidieron perdón a la población por sus crímenes.

En varios países de América Latina gobernados por dictaduras militares en la segunda mitad del siglo XX, organizaciones de familiares de víctimas de terrorismo de Estado y otros grupos de la sociedad civil piden que las Fuerzas Armadas realicen autocríticas institucionales y expresen su voluntad de no reiterar errores.

La decisión de pedir perdón por parte de un dirigente siempre es política en última instancia, más guiada por consideraciones pragmáticas que por motivos morales o remordimientos.

Sin embargo, y con independencia de las motivaciones personales, los pedidos de disculpas ayudan a mejorar el clima político, resolver problemas y estabilizar situaciones delicadas. (FIN/IPS/ra-eng/mh/js/mp/01

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