MEXICO-EEUU: Compromiso para evitar más tragedias en la frontera

México y Estados Unidos prometieron hoy trabajar para evitar hechos como el que causó la muerte de 14 emigrantes mexicanos indocumentados en la frontera común, pero expertos advirtieron que las tragedias continuarán hasta que Washington desista de su política represiva.

El presidente de México, Vicente Fox, informó este viernes que su par estadounidense George W. Bush, lo llamó por teléfono para expresarle sus condolencias por la muerte de los emigrantes y comprometerse a impedir que algo similar vuelva a ocurrir.

Sin embargo, el Colegio de la Frontera Norte, centro mexicano que estudia el fenómeno migratorio, advirtió que, mientras la frontera permanezca bajo drásticos controles policiales estadounidenses, las personas indocumentadas seguirán intentando ingresar por las zonas menos vigiladas y más peligrosas.

La muerte de 14 mexicanos en el desierto estadounidense de Arizona, en una zona cercana a la frontera entre los dos países, fue considerada una de las peores tragedias de su tipo.

Las primeras informaciones sobre el hallazgo de los cadáveres, se divulgaron el miércoles, mientras fuentes de la guardia fronteriza de Estados Unidos indicaron luego que otras 12 personas fueron encontradas con vida y que al menos dos están desaparecidas.

En lo que va del año, 111 mexicanos han muerto al intentar ingresar a Estados Unidos, debido, principalmente, a que siguieron las rutas menos vigiladas de los 3.300 kilómetros de frontera, las que también son las más peligrosas.

Las víctimas en este último episodio no pudieron soportar el calor y las altas temperaturas del desierto del estado de Arizona, lugar donde fueron abandonados por un traficante de personas al que pagaron entre 1.500 y 2.000 dólares para ingresar a territorio estadounidense.

«Ambas partes (países) sentimos muchísimo lo que ha sucedido y ambas partes queremos asegurarnos que esto no vuelva a suceder», dijo Fox.

«Los dos gobiernos vamos a trabajar duro, primero para detener a quienes causaron esta tragedia» y luego «para lograr rápido que todos estos cruces puedan ser documentados», añadió.

Según Fox, hay que lograr además que los tres o cuatro millones de mexicanos que residen en forma ilegal en el país vecino «no tengan que andarse escondiendo, no tengan que andar a saltos de mata».

México ha propuesto a Washington concertar un acuerdo de migración temporal y ordenada de trabajadores, pero en Estados Unidos hay resistencias a una medida de ese tipo y el gobierno de Bush mantiene vigentes los férreos controles a lo largo de la frontera.

El Colegio de la Frontera Norte se manifestó convencido de que las muertes continuarán, pese a las promesas para luchar contra los traficantes de indocumentados.

El estatal Consejo Nacional de Población de México mantiene una posición similar.

«La crisis migratoria es el resultado predecible de las políticas de control que el SIN (Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos) ha aplicado a lo largo de la línea divisoria con México», indica un reporte del Consejo.

En la frontera entre México y Estados Unidos se registran un millón de cruces diarios y cada año más de 600.000 mexicanos indocumentados son expulsados por las autoridades migratorias estadounidenses.

Pero por la línea fronteriza no pasan sólo mexicanos, que aspiran a trabajar en el país vecino o reunirse con sus familiares, sino también miles de otros latinoamericanos.

El SIN calcula que los traficantes de personas indocumentadas obtienen ganancias anuales por alrededor de 7.000 millones de dólares.

La policía de México detuvo en su territorio entre diciembre y mayo a 11.039 personas originarias de América Central, que intentaban llegar a Estados Unidos.

En el mismo periodo capturó a 229 personas vinculadas al tráfico de personas, señalan sus informes.

«Estamos trabajando para establecer los criterios bajo los cuales, quienes vayan a ir a Estados Unidos, de aquí en adelante, lo hagan de una manera ordenada, de una manera legal y dejen de padecer todos estos problemas que en muchas ocasiones llevan hasta la muerte», manifestó Fox.

En un comunicado conjunto difundido el jueves, los gobiernos de México y de Estados Unidos señalaron que la muerte de 14 mexicanos indocumentados «ratifica la necesidad urgente» de negociar nuevos acuerdos de seguridad fronteriza.

Los dos países indicaron que tienen un compromiso común con la meta de construir una frontera segura y ordenada y con el combate enérgico contra el contrabando de indocumentados, pero no parecen avanzar muy rápido hacia un acuerdo concreto.

El gobierno de Fox sugiere trabajar hacia un acuerdo de largo plazo, que permita la apertura de fronteras con Estados Unidos, mientas Bush pone énfasis en los controles fronterizos y en la lucha contra los traficantes de emigrantes. (FIN/IPS/dc/ip hd/01

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