LIBANO: Comienzo del fin para la fuerza de paz de la ONU

La Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL) fue desplegada en 1978, para supervisar una pronta retirada israelí de la región meridional libanesa, pero tuvieron que pasar 23 años para que el foro mundial pudiera reducirla.

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la semana pasada un proyecto para reorganizar la UNIFIL del secretario general del foro mundial, Kofi Annan, fundado en que esa fuerza cumplió parte de su misión tras el repliegue israelí, concetado finalmente hace un año.

Annan destacó que la UNIFIL alcanzó dos de sus tres objetivos originales: confirmar el retiro de Israel, lo cual se hizo en mayo, y colaborar con la reinstalación de las autoridades libanesas en la zona sur, de modo que sólo le queda garantizar la paz en la frontera.

Durante 23 años, los soldados de la ONU se vieron muchas veces en medio de combates entre israelíes, guerrilleros palestinos e integrantes del movimiento islámico chiíta Hizbolá (Partido de Dios), que a mediados de los años 80 inició una guerra de desgaste contra los invasores.

La presencia de la UNIFIL brindó a quienes vivían cerca del área ocupada por Israel una relativa sensación de seguridad, a pesar de los constantes bombardeos.

Con los años, los integrantes de la fuerza pacificadora se integraron a la sociedad local y muchos trabaron lazos de amistad con libaneses, que los hacen visitar la zona después de que termina su período de servicio.

El plan aprobado por la Asamblea General prevé que el 31 de julio de 2002 los actuales 5.800 soldados de UNIFIL se hayan reducido a 2.000.

«Seguiremos allí y tendremos mayor movilidad. Seremos menos pero trabajareros con intensidad», aseguró Annan al divulgar su proyecto.

Beirut realizó esfuerzos diplomáticos intensos para evitar la reducción de la UNIFIL, por temor a que el actual aumento de la tensión política en Medio Oriente reavive el conflicto en Líbano.

El Consejo de Seguridad de la ONU señaló mediante un comunicado de prensa que comprendía el temor del gobierno de Líbano a que una disminución brusca de las tropas de la UNIFIL pusiera en peligro la seguridad regional.

«Hubo apoyo general a la propuesta (de Annan) de llevar a cabo el proceso en forma gradual, pero también se tuvo en cuenta que la situación en la zona puede cambiar y que debemos mantenernos atentos», dijo el embajador estadounidense James Cunningham, quien ocupa ewte mes la presidencia del Consejo.

Este es el mayor cambio en la historia de la UNIFIL, y parece indicar que el fin de su mandato se acerca. Portavoces diplomáticos en Líbano señalaron que lo que fue una fuerza de paz se ha convertido en misión observadora de una tregua.

Representantes de Estados Unidos y de Francia ante la ONU opinaron que el retiro gradual de la UNIFIL deben considerarse «un favor» del Consejo de Seguridad a Beirut.

Existe cierto malestar en el foro mundial por la demora del gobierno libanés en afirmar su autoridad en el sur, y la decisión de reducir la fuerza de paz es también un mensaje de la ONU a Líbano para que incremente sus propios esfuerzos de mantenimiento de la paz en la frontera con Israel, con apoyo de Siria.

Damasco mantiene en Líbano una fuerza de 35.000 soldados.

Hasta ahora, Beirut no ha enviado tropas a la región que fue ocupada por Israel.

Líbano exige que el retiro israelí de un área de 20 kilómetros cuadrados conocida como Granjas de Shebaa, que la ONU considera territorio de Siria, y por lo tanto materia de las negociaciones israelíes con Damasco.

Siria alega en la actualidad que cedió las Granjas de Shebaa a Lìbano en los años 50, pero Beirut no había reclamado el área desde que Israel la ocupó en 1967, junto con los Altos del Golán sirios.

Hizbolá prometió liberar esa pequeña zona por la fuerza y ha llevado a cabo en ella varios ataques, con secuestro y asesinato de soldados israelíes.

Se piensa que Damasco emplea la cuestión de las Granjas de Shebaa para desgastar a Israel antes de negociar su retirada de los Altos del Golán. La ONU, Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional han condenaron la posición de Líbano y Siria en el asunto. (FIN/IPS/IP/kg/da/rp-mp/ip/01

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