IRAN: Un gladiador se enfrenta a nueve soldados

El carismático presidente de Irán, Mohammad Jatami, se postulará a la reelección el 8 de junio contra nueve débiles competidores, y los comicios medirán el apoyo popular a las reformas sociales y políticas que impulsa.

El diario centroderechista Entekhab describió la semana pasada en su primera plana la campaña electoral como la lucha entre «un gladiador y nueve soldados». Hay 42 millones de personas habilitadas para votar, en una población de 62 millones.

Jatami, un clérigo de 57 años de edad, ganó las elecciones de mayo de 1997 con casi 70 por ciento de los votos y ha tratado de democratizar el país, contra firme oposición de los conservadores islámicos que controlan el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas, la policía y los medios de comunicación estatales.

El presidente también ha buscado mejorar la imagen internacional iraní mediante el diálogo con países vecinos, visitas a naciones occidentales clave y una iniciativa de «diálogo entre civilizaciones».

Los conservadores han bloqueado varias iniciativas de Jatami. Durante los últimos dos años, fueron clausurados unos 40 periódicos reformistas y encarcelados docenas de partidarios y estrechos colaboradores del presidente, entre ellos políticos, periodistas y dirigentes estudiantiles.

Parlamentarios reformistas consideraron que esas medidas buscaban «desalentar» a Jatami para que no se postulara a la reelección, pero el presidente presentó su candidatura a comienzos de este mes.

El poderoso Consejo de los Guardianes, un organismo de contralor dominado por los conservadores, decidió quiénes de 814 aspirantes a la candidatura presidencial podían postularse, tras el examen de sus antecedentes políticos y religiosos.

La mayoría de los rivales de Jatami son conservadores, pero las organizaciones político-religiosas conservadoras no han presentado un candidato propio ni expresado su apoyo por alguno de los postulantes.

La Asociación de Clérigos Militantes, un poderoso partido conservador, declaró la semana pasada que no había logrado consenso para apoyar a uno de los candidatos en campaña, y aclaró que su posición no implica «boicotear las elecciones».

«En esta decisiva encrucijada, es nuestro deber mantener fuerte y activa presencia en el escenario político, e instar a los funcionarios electorales a allanar el camino para comicios libres y saludables», explicó.

Tres de los nueve rivales de Jatami, el ex parlamentario Hassan Ghafourifard, el académico Abdullah Jasbi y el director de la Asociación Médica Iraní, Shahabuddin Sadr, son integrantes de la derechista Coalición de la Sociedad Islámica.

El candidato Ahmad Tavakoli, economista ex ministro de Trabajo y también conservador, se postuló a la presidencia en las elecciones de 1993, ganadas por Akbar Hashemi Rafsanjani, y tiene buena imagen política.

Es probable que grupos religiosos ultraconservadores voten al clérigo Ali Fallahian, ex ministro de Inteligencia.

Se espera que el ministro de Defensa, Ali Shamjani, reciba a su vez el voto de integrantes de las Fuerzas Armadas y de algunas organizaciones derechistas.

Dos de los postulantes son tecnócratas, el vicepresidente Mostafa Hashemi Taba, director de la Organización de Educación Física, y Mansour Razavi, concejero municipal de Teherán.

El noveno rival de Jatami es Mahmoud Kashani, intelectual islámico y profesor de derecho civil, quien integró organizaciones derechistas pero sostiene en la actualidad posiciones de defensa de los derechos humanos, y afirma que Irán tiene mucho que aprender de Estados Unidos en esa materia.

Entre los aspirantes a candidatos que fueron vetados por el Consejo de los Guardianes está Ebrahim Asgharzadeh, quien fue uno de los estudiantes que se tomaron en 1979 la embajada estadounidense en Teherán y es en la actualidad dirigente de un grupo reformista radical.

Asgharzadeh ha criticado al presidente por los magros resultados de su política económica, y por no haber enfrentado con mayor decisión la ofensiva conservadora contra sus seguidores.

Jatami dijo al presentarse como candidato que preferiría servir al país desde cualquier lugar que no fuera la presidencia.

«Es natural que haya problemas dentro y fuera del país. Para alcanzar nuestro objetivo, que es el imperio de la democracia en Irán, debemos desplegar grandes recursos culturales. Por desgracia, ya hemos pagado un alto precio por la independencia y deberemos pagar más», comentó.

Algunos afirman que la mención del «alto precio de la independencia» se refirió al esfuerzo nacional por recorrer un camino propio, bajo fuerte presión de Occidente que ha incluido sanciones económicas.

Otros sostienen que Jatami hablaba del precio que ha pagado su gobierno en el intento de independendizarse del poder religioso. (FIN/IPS/tra-eng/ks/js/mp/ip/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe