/Integración y Desarrollo/ COMERCIO: Nueva ronda multilateral ya no es tabú en la OMC

La posibilidad de una nueva ronda de negociaciones comerciales dejó de ser materia tabú, aunque todavía se discute con mucha cautela en la OMC.

El polémico asunto volvió a surgir el jueves durante las discusiones preparatorias de la conferencia ministerial de la OMC (Organización Mundial de Comercio), a celebrarse en noviembre en Doha, Qatar, pero esta vez sin despertar demasiada aprensión.

La nueva ronda parecía una cuestión prohibida para la OMC desde que causó el sonado fracaso de la anterior conferencia ministerial, en Seattle, Estados Unidos, en diciembre de 1999.

Tiempo después se reconoció en medios negociadores que el fiasco de Seattle obedeció al choque entre la ansiedad no reprimida de los países industrializados por abrir más mercados para sus exportaciones y la resistencia de los países del Sur a continuar liberalizando sin obtener beneficios.

En la última sesión del Consejo General de la OMC volvieron a reflejarse posiciones semejantes, pero sin el nivel de enfrentamiento que hubo en Seattle.

El representante de Uruguay, Carlos Pérez del Castillo, alertó que se encuentran en juego la relevancia y la credibilidad de la OMC, que, dijo, no puede permitirse el lujo de repetir en Doha lo que sucedió en Seattle.

Pero el tono de la discusión registró una aparente mejoría. Una fuente de la OMC dijo que las deliberaciones del jueves fueron muy positivas y constructivas.

El debate giró en torno de una propuesta del presidente del organismo, Stuart Harbison, de Hong Kong, que presentó una lista de los asuntos probables para el orden del día de Doha.

En esa lista figuran los mismos puntos que hace dos años causaron las discordias Seattle, como inversiones, competencia, la transparencia en las contratación pública y la facilitación del comercio.

Esos cuatro asuntos todavía causan escozor a los países en desarrollo, que vislumbran detrás la intención de las naciones ricas de extender el predominio de sus negocios.

Los países pobres insisten en que antes de avanzar hacia nuevos asuntos, los 140 miembros de la OMC deben cumplir todos los compromisos asumidos y que hasta ahora son letra muerta para los países industrializados.

Ese reclamo crítico para los países del Sur se refiere a la aplicación o implementación de acuerdos como los de productos textiles, destinados a beneficiar a las naciones pobres pero que son ignorados por el mundo industrializado.

Delegados de varios países, como Munir Akram, de Pakistán, y Federico Cuello, de República Domicana, advirtieron que sin progreso en la aplicación de lo ya acordado será muy difícil examinar otros asuntos fuera de las negociaciones sobre agricultura y servicios, iniciadas hace más de un año.

Los acuerdos de Marrakesh, que dieron fin a la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales y que crearon la OMC a partir de 1995, establecieron como mandato que agricultura y servicios deberían renegociarse desde comienzos del 2000. Las actuales negociaciones al respecto marchan con lentitud.

Los países del Mersosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y los países asociados con ese bloque (Bolivia y Chile) previnieron que el programa de la conferencia de Doha dependerá del progreso que se alcancen en las negociaciones de agricultura y servicios y en la aplicación de los aspectos pendientes.

Pérez del Castillo observó que a la OMC se le presentan dos opciones ante el desafío de Doha.

En la primera, se contempla el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones, con una cobertura y un alcance que aún deben definirse, pero que debería cubrir los puntos necesarios para «contemplar los intereses de todos».

La segunda opción descarta inicialmente una nueva ronda y propone que la conferencia ministerial se ocupe únicamente de evaluar los progresos alcanzados en la aplicación y en las negociaciones sobre agricultura y servicios.

En las sesiones en Qatar, conforme a la segunda alternativa, los ministros podrían llegar a instruir a sus delegados en Ginebra para que preparen una nueva ronda a partir de la siguiente conferencia ministerial, dos años más tarde.

La idea del representante uruguayo fue bien recibida en términos generales y se la seguirá discutiendo en las próximas sesiones del consejo general del 10 y 15 de este mes, dijeron fuentes de la OMC.

Durante el debate, los países en desarrollo reclamaron también la discusión de las consecuencias sobre la salud mundial del acuerdo sobre aspectos del comercio relacionados con los derechos de propiedad intelectual.

La representanción de Tanzania, en nombre de los países menos adelantados, y la de Mauricio, portavoz del grupo africano, sostuvieron que la OMC debe declarar su apoyo a los precios diferenciados para los medicamentos esenciales.

El debate sobre el acceso a medicinas baratas en los países pobres tomó cuerpo luego de la fracasada tentativa de 39 compañías transnacionales farmacéuticas por impedir que Sudáfrica legislara a favor del libre acceso a las patentes medicinales en casos de urgencia sanitaria.

En la OMC todavía está pendiente un caso parecido, iniciado por Estados Unidos contra la legislación farmacéutica de Brasil, y una amenaza de acción contra Argentina por la ley de patentes. (FIN/IPS/pc/mj/if/01

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