FILIPINAS: Arroyo intenta ganarse a seguidores de Estrada

La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, intenta ganar la confianza de los pobres seguidores del su encarcelado antecesor, Joseph Estrada, quienes participaron en una masiva protesta contra ella la semana pasada.

La lealtad que sienten los pobres por Estrada, destituido el 20 de enero por actos de corrupción, es un problema estratégico para Arroyo, quien se sobrepuso a la crisis al decretar un estado de emergencia que duró hasta el domingo.

Cinco días de manifestaciones a favor de Estrada terminaron con una marcha de miles de personas el martes hacia el palacio presidencial de Malacanang, para reclamar la liberación del ex presidente y su regreso al poder.

Arroyo ordenó el arresto de varios dirigentes opositores, entre ellos algunos senadores, bajo la acusación de instigar las protestas para tomar el poder, pero luego se apresuró a realizar gestos conciliadores hacia Estrada y los pobres urbanos que lo apoyan.

El jueves, la mandataria visitó a Estrada en la cárcel, habló con participantes en la protesta que habían sido arrestados, recorrió hospitales para visitar a otros que resultaron heridos por la policía, y se reunió durante media hora con una firme seguidora del ex presidente.

La mandataria dijo que todos los partidarios de Arroyo con quienes habló expresaron su urgente necesidad de vivienda digna, empleo, acceso a educación y otras mejoras de su calidad de vida.

«Pienso que esas personas son víctimas, no agresores», enfatizó.

Arroyo señaló que había tratado de convencer a los manifestantes de que el gobierno «no es su enemigo».

«Sus verdaderos enemigos son quienes los engañaron para que marcharan hacia Malacanang, y luego los abandonaron cuando intervinieron las fuerza de seguridad», añadió.

Comentaristas de medios de comunicación, así como dirigentes políticos, religiosos y de organizaciones de la sociedad civil coincidieron en que las protestas subrayaron la importancia de la cuestión de la pobreza y el conflicto de clases.

Los políticos partidarios de Estrada dirigieron contra Arroyo «el resentimiento de los pobres», opinó Randolph David, comentarista político y profesor de sociología.

Los pobres fueron instigados a odiar a «los ricos, los hombres de negocios, los educados y los privilegiados» que depusieron a Arroyo, pero los instigadores de ese odio pertenecen a los mismos sectores sociales acomodados, indicó.

El cardenal católico Jaime Sin, arzobispo de Manila y uno de los más criticados por los manifestantes, urgió a Arroyo a afrontar la cuestión de la pobreza.

«No estamos contra los pobres ni contra las masas, sino que comprendemos su clamor», afirmó.

Según los últimos datos oficiales disponibles, de 1997, ese año 31,8 por ciento de la población vivía debajo de la línea nacional de pobreza, o sea en familias con ingresos de menos de 235 dólares anuales.

Investigadores independientes sostienen que en 1998 la cantidad de pobres aumentó a 37 por ciento de la población.

«Debemos lograr contacto con los pobres para ayudarlos a mejorar sus vidas, con indepndencia de cuáles sean sus puntos de vista políticos», comentó Arroyo.

«La casi ausencia de crecimiento de la economía durante los últimos 30 años nos ha traído a donde estamos», comentó el viceministro de Agricultura, Arsenio Balisacan, quien apuntó que no será posible combatir la pobreza sin importantes reformas.

Esas reformas deben mejorar en forma sustancial la política impositiva, la formación de capital humano y la responsabilidad de las autoridades, ya que éstas desperdician recursos escasos, afirmó.

Es improbable que el gobierno pueda reducir la pobreza en 20 años si el crecimiento de la economía se mantiene entre uno y tres por ciento anual, y continúa la inestabilidad política, advirtió.

Con un creciente déficit del Estado, que ha llegado a unos 4.800 millones de dólares, parece difícil que el compromiso de Arroyo con los pobres vaya más allá de la retórica.

«Cuando los recursos no abundan, hay que concentrarse mucho en ls prioridades», alegó la presidenta.

«¿Cómo crear riqueza? Debemos hacerlo mediante un sistema de libre empresa, con transparencia e igualdad de oportunidades, pero al mismo tiempo hay que establecer prioridades sociales y sectoriales en nuestro plan de desarrollo, y jerarquizar a los sectores que generen más fuentes de trabajo», dijo.

El senador oficialista Franklin Drilon opinó que Arroyo debe ser más creativa y eficaz en la divulgación de sus programas contra la pobreza.

La presidenta «debe hacer algo sustancial por los pobres para superar la popularidad de Estrada, pero también debe comunicarse en forma clara con los pobres, quienes no han comprendido que el mal manejo de la economía por parte de Estrada empeoró su situación», afirmó.

La «lealtad ciega» de los pobres hacia Estrada tuvo su origen cuando el ex presidente era actor de cine e interpretaba papeles de justiciero en películas populares, arguyó.

Chona Maniquis, una desempleada que participó en las protestas de la semana pasada, dijo que era un «insulto» sostener que los manifestantes recibieron dinero para que reclamaran la liberación de Estrada.

«Eso duele», dijo.

Estrada es amado por los pobres porque los entiende, aseguró.

Arroyo ha tratado de demostrar que no es ajena a la cuestión de la pobreza como afirman sus críticos.

«Soy hija del único presidente del país que surgió de las masas, a diferencia de Estrada y de sus padres», señaló en referencia a Diosdado Nacapagal, quien gobnernó de 1961 a 1965.

«Algunos manifestantes me llamaron 'Gloria Lavandera'. Mi abuela fue lavandera y no pienso que eso sea un insulto», enfatizó. (FIN/IPS/tra-eng/ms/ral/mp/ip/01

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