ESTADOS UNIDOS: La amenaza fantasma de los «países renegados»

El sistema de defensa antimisiles ideado por Estados Unidos está destinado a contrarrestar eventuales ataques de los países que considera «renegados», pero éstos no parecen estar en condiciones de constituir un verdadero peligro.

Richard Armitabe, subsecretario de Estado de Estados Unidos, dijo a periodistas de Nueva Delhi el 11 de este mes que veía una gran amenaza en un «puñado de naciones renegadas», y destacó el potencial agresor de Corea del Norte, Libia, Irán e Iraq.

El Departamento de Estado (cancillería) incluye oficialmente a siete países en ese grupo, al que acusa de promover el terrorismo internacional. Los otros tres son Cuba, Siria y Sudán.

La calificación «renegados» fue incluida en el léxico diplomático oficial a comienzos de la administración del ex presidente Bill Clinton (1992-2000), pero el 21 de junio, el Departamento de Estado anunció que la remplazaría por el término menos agresivo de «países preocupantes».

Sin embargo, la administración del presidente republicano George W. Bush, que asumió el 20 de enero, volvió a emplear el término «renegados». Washington retomaba así el rumbo de su antigua política exterior.

Para convencer a la escéptica comunidad internacional de las virtudes de su sistema de defensa antimisiles, Bush volvió a denunciar la existencia de una inminente «amenaza» por parte de Corea del Norte, Libia, Irán e Iraq.

En sólo 100 días, las percepciones de amenazas de Estados Unidos cambiaron de manera drástica. Washington se prepara a invertir más de 100.000 millones de dólares en un sistema aún no probado para afrontar la «amenaza» de enemigos con quien mantenía contactos diplomáticos de alto nivel hasta hace pocos meses.

Un estudio caso por caso de los llamados países renegados puede ser muy ilustrativo a la hora de considerar si en verdad existe el peligro que Estados Unidos alega.

Por ejemplo, Clinton recibió a dos autoridades norcoreanas en la Casa Blanca y pensó visitar ese país, luego de los buenos resultados del viaje a Pyongyang realizado en diciembre por la entonces secretaria de Estado Madeleine Albright.

El presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, recibió el premio Nobel de Paz por su apertura a Corea del Norte, actitud que contó con la total reciprocidad de Pyongyang.

Informes periodísticos en Estados Unidos señalaron que Washington estaba cerca de un acuerdo con Corea del Norte para olvidarse para siempre del sistema antimisiles, pero las elecciones presidenciales interrupmieron las gestiones.

El gobierno de Bush justifica la aplicación del sistema arguyendo que Corea del Norte tiene potencial para lanzar ataques con misiles a ciudades estadounidenses. Sin embargo, Pyongyang parece no estar en reales condiciones de constituir una seria «amenaza».

«El programa misilístico de Corea del Norte es primitivo y no es probable que constituya una amenaza para Estados Unidos en el corto plazo», señaló el informe «La verdad sobre el programa misilístico de Corea del Norte», elaborado por la empresa de inteligencia texana Pronósticos Estratégicos.

«Al parecer, Washington sobrestimó las capacidades norcoreanas en su búsqueda de un sistema de defensa antimisiles. El miedo a un ataque sorpresivo no tiene fundamentos en este momento», añadió el informe.

Así mismo, Corea del Norte apoyó una moratoria hasta 2003 sobre ensayos nucleares, a pedido de la Unión Europea.

Estados Unidos se manifestó dispuesto a reactivar los vínculos con Irán luego de la elección del presidente Mohammad Khatami en 1997, y Albright incluso ofreció disculpas por el golpe de Estado de 1953, organizado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Libia cooperó con Estados Unidos al entregar para su juicio a dos miembros de su servicio de inteligencia acusados del atentado que en 1988 destruyó a un avión de la empresa PanAm sobre la localidad escocesa de Lockerbie, causando la muerte a 270 personas.

Iraq está aislado e indefenso ante los periódicos bombardeos de Estados Unidos. Saddam Hussein está concentrado en garantizar su sucesión, que procura con el nombramiento de su nieto, Qusai Hussain, en la dirigencia del Partido Baath.

Con Siria, las relaciones no han sido tan malas. En el primer gobierno de Clinton, el entonces secretario de Estado Warren Christopher realizó no menos de 18 visitas a Damasco para discutir sobre la crisis en Medio Oriente. Washington atrajo a Siria de una manera que podía ser la envidia de muchos aliados.

Además, el presupuesto militar de todos los «países renegados» juntas suma 14.000 millones de dólares, 23 veces menos que el del Pentágono (Departamento de Defensa), de 325.000 millones de dólares.

Todos esos países, a excepción de Siria, fueron blanco de acciones militares estadounidenses.

Estados Unidos estuvo en guerra con Corea del Norte entre 1950 y 1953, y apoyó en 1961 una invasión a Cuba por bahía de Cochinos.

Además, intervino en Irán en abril de 1980 para rescatar a un grupo de diplomáticos detenidos, bombardeó Libia en 1986 por «fomentar el terrorismo», se enfrentó en la guerra del Golfo con Iraq en 1991 y bombardeó Sudán en agosto de 1998, por su supuesto patrocinio de los atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania ese año.

Hasta ahora, la campaña para consagrar el calificativo de «países renegados» en la política internacional no tiene éxito.

Sudán fue elegida para integrar la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas pese a la resistencia de Washington, mientras, paradojalmente, Estados Unidos quedaba fuera del foro.

Corea del Sur y la Unión Europea, cercanos aliados de Estados Unidos, mantienen vínculos con Corea del Norte, a pesar de los esfuerzos de Washington para aislarla. Arabia Saudita, aliado estadounidense en Medio Oriente, acaba de firmar un acuerdo de seguridad con Irán.

La estrategia de tachar a países como «enemigos», para obtener apoyo y alcanzar objetivos militares y diplomáticos definidos es una vieja práctica estadounidense.

Japón, luego del ataque al puerto estadounidense de Pearl Harbor en 1941, se convirtió en el «astuto enemigo oriental», la Unión Soviética fue el «imperio del mal» y China «el terror rojo» durante la guerra fría. Ahora se habla de «la amenaza islámica».

Según parece, los «países renegados» son la última versión de una lista de amenazas que cambia a través del tiempo. (FIN/IPS/tra-en/mh/js/rp/mlm/ip/01

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