La coalición Euskal Herritarrok, que apoya y es apoyada por el grupo terrorista ETA, sufrió una fuerte derrota en las elecciones realizadas hoy en el País Vasco español, según surge del escrutinio de la mitad de los votos emitidos.
La alta participación y los resultados de 72,5 por ciento de los votos anuncian cambios, con un fortalecimiento del centroderechista Partido Popular (PP), que gobierna España, y la caída de la pro etarra Euskal Herritarrok de 14 a siete escaños en el parlamento vasco.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna la región, obtendría 33 diputados, el PP, al menos 19, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), 13, y tres Izquierda Unida (basada en el Partido Comunista).
Votaron 80 por ciento de los ciudadanos habilitados en las tres provincias que conforman la comunidad autónoma vasca, la más alta participación desde la serie de elecciones regionales comenzada en 1980. La mayor concurrencia a las urnas se había dado en 1998, con 70 por ciento de los inscriptos.
Todos los estudios previos indicaban que una alta participación perjudicaría las perspectivas electorales de los nacionalistas y beneficiaría al PP y al PSOE.
De mantenerse en líneas generales los resultados al concluir el recuento, no habría un ganador claro. Quedaría abierta entonces la puerta tanto para un gobierno de coalición PP-PSOE, que defienden el respeto a la Constitución y rechazan categóricamente a ETA, como a una nueva administración a cargo del PNV con el apoyo indirecto de los partidarios de ETA.
Sin embargo, se pueden apuntar dos cambios destacados. Por un lado, el aumento de diputados del PP, que pasaría de los actuales 16 a 19, de acuerdo con los cálculos más pesimistas, y a 24, según los optimistas.
En segndo término, la representación de Euskal Herritarrok en el parlamento regional bajaría a la mitad, un dato que se interpreta como un fuerte rechazo al uso de la violencia y los atentados como arma política.
El PNV se vería enfrentado al dilema de recibir o rechazar el apoyo de Euskal Herritarrok, el grupo partidario de ETA.
El presidente saliente y candidato del PNV, Juan José Ibarretxe, declaró en la semana previa a las elecciones que de ninguna manera gobernará con Euskal Herritarrok. En 1998, en plena tregua unilateral declarada por ETA, Ibarretxe obtuvo la presidencia del gobierno autónomo con los votos de esa coalición.
Posteriormente, al reanudar ETA sus atentados y asesinatos se rompió el acuerdo parlamentario entre el moderado PNV y Euskal Herritarrok.
Ante esta situación, y a la espera de los datos definitivos, el primer gran cambio anotado es la caída de los votos proetarras. El segundo, que si el PP continuara su avance al completarse el escrutinio, lograría en conjunto con el PSOE la mayor cantidad de diputados.
Jaime Mayor Oreja, del PP, podría ser el candidato a presidente con más apoyo, en caso de que el PSOE le concediera sus votos, aunque no tendría mayoría absoluta en el parlamento regional.
Sólo el improbable acuerdo entre el PNV y los pro-etarras impediría entonces la presidencia a Mayor Oreja, y se la daría a Ibarretxe.
Al conocer los primeros resultados, Jesús Blanco, portavoz del PSOE, señaló que los vascos votaron contra la violencia y que por ello no se admitirá que Euskal Herritarrok condicione el futuro de la región. (FIN/IPS/td/ff/ip/01