La moneda de México dejó atrás su mala fama de devaluaciones e inestabilidad y desafió el poder del dólar, pero su fortaleza también causa estragos.
El fortalecimiento del peso mexicano, que vino de la mano de los inversionistas extranjeros, afectó a las exportaciones, uno de los motores de la economía local.
El dólar se cotizó la primera semana de mayo en México a 9,1 pesos promedio, nueve centavos menos que hace dos años.
La apreciación de la moneda mexicana en los cuatro primeros meses del año, que pareció atenuarse a mediados de febrero cuando el dólar llegó a 9,7 pesos, se acentuó y superó cuatro por ciento promedio, indican estudios independientes.
Para las empresas que operan en dólares, la apreciación del peso implica el aumento de sus costos laborales y la disminución de sus ingresos.
«Me pusieron en la calle con el pretexto de que no hay el dinero de antes y todo por el precio del dólar», señaló Javier, despedido en marzo de una fábrica de zapatos en la que había trabajado los últimos cuatro años.
Javier ofrece hoy servicios de zapatero en el Zócalo, la plaza central de la capital de México, junto a decenas de otras personas que portan letreros en los cuales se indican que son electricistas, plomeros o albañiles.
Entre enero y la primera quincena de abril se perdieron en México 144.000 empleos, informaron las autoridades del estatal Instituto del Seguro Social, al que aportan trabajadores y empresarios.
Los observadores atribuyen la pérdida de empleos al retroceso de las exportaciones, a causa de la pérdida de terreno del dólar frente al peso, pero especialmente al enfriamiento de la economía de Estados Unidos, donde México concentra más de 85 por ciento de su comercio.
«Tenemos la economía más fuerte que nunca (…), pero sobre todo tiene una gran credibilidad, que es envidia de muchos países», declaró el presidente Vicente Fox, tras informar que las reservas del Banco Central son altas, la moneda está saludable, la inflación va en caída y la economía crece.
Para México, las crisis de la moneda local que se presentaban a cada cambio de gobierno quedaron atrás. Con la llegada de Fox a la Presidencia en diciembre, el peso no sufrió devaluaciones sino que, por el contrario, se fortaleció.
La fama del peso había quedado por el piso en diciembre de 1994, cuando sufrió una violenta devaluación que sumergió a México en una profunda crisis económica, con secuelas mundiales conocidas como «efecto tequila».
Hoy la historia es otra. Fox señaló que en el primer trimestre del año se perdieron empleos, pero también se crearon 150.000 nuevos puestos de trabajo, lo cual permitió equilibrar la situación.
Además, la inflación anualizada bajó de nueve a siete por ciento entre enero y marzo, las reservas del Banco Central llegaron a la cifra histórica de 40.000 millones de dólares y la economía creció dos por ciento en el mismo lapso.
«Si todo está bien, por qué hay problemas con el dólar y las exportaciones, por qué se pierden empleos», se preguntó el analista financiero Samuel García, del diario Reforma.
Las exportaciones de México en febrero sumaron 12.657 millones de dólares, 4,5 por ciento menos que en igual mes del año pasado. Pero la caída llega a casi 10 por ciento si de esa cifra global se excluyen las ventas de las firmas maquiladoras (zona franca industrial), que ronda 40 por ciento de la canasta exportable.
La industria de confecciones de ropa reportó la pérdida de 10.000 plazas de trabajo en los últimos cuatro meses y el sector de automotores informó de la caída de 64 por ciento en sus ingresos por exportaciones de camiones.
Las autoridades mexicanas advirtieron que la meta original de aumento de 4,5 por ciento del producto interno bruto para este año debe ser corregida a 3,5 por ciento o menos, debido a la merma en la cotización del dólar frente al peso y, en especial, al enfriamiento de la economía estadounidense.
No hay duda que las exportaciones mexicanas serán menores este año y muchas empresas tendrán problemas de ingresos, comentó Gerardo Cruz, director del privado Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas.
Las ventas externas de 167.000 millones de dólares al año, que colocó a este país entre los 10 primeros exportadores del mundo y a la cabeza en América Latina, podrían caer o tener un repunte máximo de nueve por ciento este año, frente a un aumento de 22 por ciento en 2000, dijo Cruz.
Sin embargo, esto no asusta a los inversionistas, quienes en el primer trimestre trajeron más de 10.000 millones de dólares a México, recordó el analista García.
La demanda de dólares es baja y la oferta sigue muy alta, por eso la fortaleza del peso, explicó.
Pero esto no duraría mucho. El precio del dólar se ajustará a 10,8 pesos por unidad al finalizar el año, estimó el analista financiero Mauricio González.
Las asociaciones de exportadores pedirán a Fox que adopte medidas contra lo que entienden sobrevaluación del peso, mientras el gobierno informó que estudia cambios, pero sin afectar a los inversionistas y su confianza en la moneda, cuyo precio está sujeto a los movimientos del mercado (FIN/IPS/dc/dm/if/01
