CULTURA: La más famosa foto del Che, una mera casualidad

La foto más famosa del mítico guerrillero Ernesto «Che» Guevara, con boina estrellada y mirada desafiante, fue captada por pura casualidad por el cubano Alberto Korda, quien falleció el viernes en París a los 72 años de edad, debido a un ataque cardíaco.

La fotografía fue tomada durante un acto político el 5 de marzo de 1960, y ni siquiera interesó en su momento a los editores del periódico Revolución, portavoz del Movimiento 26 de julio liderado por Fidel Castro, para el cual trabajaba entonces Korda, cuyo verdadero nombre era Alberto Díaz Gutiérrez.

Castro hacía un discurso de despedida a víctimas del atentado contra el buque La Coubre por parte de contrarevolucionarios, y el Che «estaba una o dos filas atrás», pero «de repente, durante unos segundos, se asomó a ver la multitud reunida» y en ese momentó fue tomada la fotografía, recordó años después su autor.

En otra ocasión, Korda relató con más detalle el episodio.

«Sorpresivamente (el Che) se me mete dentro del visor de la cámara y disparo. Acto seguido, me doy cuenta de que la imagen de él es casi un retrato y tiene el cielo atrás, limpio», dijo.

«Viro la cámara en vertical y tiro un segundo disparo. Eso en menos de 10 o 15 segundos. El Che se retira de ahí y no vuelve. Fue una casualidad», explicó el fotógrafo, quien añadió que la máquina empleada tenía un lente dañado.

La instantánea no se dio a conocer hasta la muerte del Che en Bolivia, en octubre de 1967, aprovechada por el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli para lanzar al mercado millones de ejemplares en los cuales no se indicaba el nombre de su autor.

Lograr ese retrato fue «una oportunidad histórica» que marcaría por el resto de la vida de Korda, quien se había desempeñado antes como fotógrafo de publicidad.

«Dejo a la humanidad, a mis hijos, a mis nietos, algo de mi paso por el mundo. Supón que hubiera seguido siendo fotógrafo publicitario y de moda: nadie hoy sabría quien soy», comentó el fallecido, quien deja cinco hijos, en una de sus últimas entrevistas con la prensa cubana.

A fines del año pasado, Korda había ganado una demanda judicial en Gran Bretaña en defensa de su propiedad intelectual de la foto y contra el uso comercial de la misma para promover una marca de vodka.

«Estoy totalmente en contra de la explotación de la imagen del Che en la promoción de un producto como el alcohol o cualquier otro objetivo que perjudique su reputación», explicó poco después de conocer el fallo a su favor.

El fotógrafo decidió destinar los 50.000 dólares que debió pagarle como compensación la firma Smirnoff a la compra de medicamentos para niños cubanos enfermos.

«Hubo tanto relajo con la imagen en todos estos años que los derechos están ahora en manos de un grupo de abogados franceses. Si una firma (…) de cualquier país del mundo la usa sin mi permiso los voy a demandar», advirtió.

El primer encuentro del fotógrafo con quien le daría fama mundial se produjo en 1959, mientras el Che jugaba golf en un club de La Habana, y fue poco feliz.

«Yo le hacía fotos desde muy cerca y lo seguía cada vez que se movía. En algún momento, al parecer molesto, se vira hacia mí y me dice: 'Oye chico, pareces un fotógrafo norteamericano. ¿Tú no sabes que esos rollos cuestan divisas?'», relató Korda a la revista cubana Bohemia.

«Me dije: 'Coño, qué hombre más pesado este. Y seguí haciendo mi trabajo, pero a cierta distancia de él, con un telefoto», agregó.

Desde entonces, Korda tomó en distintas ocasiones unas 400 fotografías de Guevara.

Una vez el Che le impuso la condición de que cortara caña de azúcar durante una semana antes de permitirle fotografiarlo en el cañaveral, como le había encomendado su periódico.

El famoso fotógrafo se inició en su oficio a los 16 años, con instantáneas de su novia, Yolanda.

En los años 50, abrió junto con otros profesionales un estudio al que bautizaron Korda, por el parecido fonético de esa palabra con la conocida marca de película fotográfica Kodak, y se dedicó a la moda y a la fotografía comercial.

La publicidad hecha en Cuba por esa época se consideraba la mejor de América Latina y era contratada por firmas de Estados Unidos y otros países del área.

En 1959, Korda comenzó a trabajar como fotógrafo de prensa en el periódico Revolución, donde continuó unos diez años. Parte de su quehacer periodístico de esa época fue seguir, cámara en ristre, los desplazamientos de Fidel Castro por la isla y sus viajes fuera del país.

El periódico oficial cubano Granma informó este sábado que las autoridades iniciaron gestiones para repatriar los restos del fotógrafo.

Korda era considerado por expertos como «padre» de la fotografía cubana contemporánea.

«El desarrollo de su obra es un registro de la epopeya revolucionaria de los cubanos», afirmó Lourdes Benigni, responsable de plástica de la institución cultural cubana Casa de Las Américas.

«Creo que perdimos a un maestro» y a uno de «los mejores fotógrafos del continente», comentó Ahmed Velásquez, fotógrafo de prensa galardonado este año con el Premio Nacional de Periodismo, minutos después de enterarse de la muerte de su famoso colega.

En los últimos dos años, Korda se mantuvo muy activo, realizó en Europa exposiciones de su trabajo y presentó un libro con imágenes publicitarias de los cigarros cubanos Romeo y Julieta. (FIN/IPS/pg/mp/cr/01

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