COMERCIO: Sur pierde 2.500 millones a causa trabas del Norte

Los países más pobres del mundo pierden ingresos por 2.500 millones de dólares al año a causa de las restricciones comerciales impuestas por los ricos, aseguró hoy la organización humanitaria británica Oxfam.

El informe de 27 páginas de Oxfam se titula «Comercio arreglado y escasa ayuda: Cómo los países ricos contribuyen a mantener la pobreza de los países menos desarrollados» y se presentará en el foro de organizaciones no gubernamentales paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Desarrollados, de Bruselas.

Los gobiernos del Norte industrial son culpables de ofrecer «promesas vacías» a los pobres en lo referente a comercio, ayuda para el desarrollo y alivio de la deuda, acusó Oxfam.

Mientras las 49 naciones menos desarrolladas del mundo enfrentan una serie de complejos problemas, los gobiernos del Norte «debilitan sistemáticamente» sus esfuerzos para combatir la pobreza, agregó.

«En materia de comercio, los países industrializados mantienen una política de asalto en ruta, disfrazada de acceso preferencial a los mercados», declaró Kevin Watkins, asesor político de Oxfam, quien presentará el informe.

Estados Unidos y Canadá están identificados como los «peores ofensores». En el otro extremo, Bangladesh pierde a causa de trabas comerciales siete dólares por cada uno que recibe de ayuda de Estados Unidos y cinco por cada dólar que recibe de Canadá, sostiene el informe.

«En realidad, las pérdidas asociadas con barreras comerciales de Estados Unidos equivalen aproximadamente a la ayuda total de ese país a las naciones menos desarrolladas», dice.

Las restricciones comerciales de Canadá cuestan a esas naciones unos 1.600 millones de dólares, o cerca de cinco veces el flujo de ayuda a los países más pobres. De manera similar, las trabas comerciales de Japón cuestan a Bangladesh más del doble que el monto de la ayuda japonesa para el desarrollo.

En un momento en que la ayuda al Sur en desarrollo está en su punto más bajo desde comienzos de los años 70, cerca de 11 por ciento de las exportaciones de los países menos desarrollados enfrentan «picos arancelarios» superiores a 15 por ciento.

«En áreas donde tienen capacidad de exportar, las naciones menos desarrolladas enfrentan aranceles más altos que otros países, incluso economías de mercado desarrolladas», agrega.

Los aranceles promedio en la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Canadá y Japón, que representan más de la mitad del comercio mundial, son relativamente bajos, de aproximadamente cinco por ciento.

«Sin embargo, el promedio no revela los aranceles muy altos en sectores de suma importancia para los países pobres. Por ejemplo, en algunos productos agrícolas, los aranceles de la UE son superiores a 300 por ciento, y en el caso de los cacahuetes, más de 100 por ciento en Estados Unidos», señala el informe.

La propuesta de la UE de proveer a los países más pobres acceso libre de aranceles para «Todo menos armas» antes de 2009 representa un paso audaz en la dirección correcta, pero intensas presiones lograron que algunos productos agrícolas clave -como el arroz, el azúcar y la carne vacuna- fueran eliminados del plan.

En Europa, el acceso total libre de impuestos permitiría un incremento de 185 millones de dólares en las exportaciones de los países menos desarrollados, y el azúcar representaría más de 60 por ciento de esa cifra, según la investigación de Oxfam.

Pero la iniciativa «Todo menos armas» se convirtió finalmente en «Todo menos productos agrícolas», lamentó Watkins.

«El mensaje claro de Bruselas a los países menos desarrollados es que los poderosos intereses industriales están en primer lugar, y la pobreza en segundo lugar», añadió.

Mientras las puertas a los mercados del Norte permanecen cerradas, muchas de las naciones más pobres del mundo se liberalizan a gran velocidad, en general por prescripción del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, señala el informe.

«Con frecuencia, los resultados han sido desastrosos. En Haití, la liberalización del mercado del arroz y el consiguiente aumento de las importaciones subsidiadas de Estados Unidos acabó con el sustento de millares de personas y afectó la seguridad alimentaria nacional», agrega.

En industrias de mano de obra intensiva como los textiles, el calzado y la agricultura, la producción para exportación puede generar un crecimiento económico más equitativo, «creando empleo y oportunidades para sectores de la población muy vulnerables», observa el documento.

«Hay una interrelación potencialmente poderosa entre las exportaciones y la reducción de la pobreza en muchos de los países menos desarrollados, mediante un compromiso con la redistribución y la sustentabilidad ambiental», añade.

«El problema es que las políticas comerciales de los países industrializados están cuidadosamente diseñadas para impedir que las naciones más pobres puedan aprovechar las oportunidades de exportación», lamenta Oxfam.

El informe también examina los antecedentes del Norte industrial en materia de ayuda para el desarrollo y alivio de la deuda externa, y concluye que la actuación ha sido «irrisoria».

En 1990, los países ricos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) prometieron aumentar la ayuda a los países menos desarrollados hasta 0,20 por ciento de su producto interno bruto.

Desde entonces, sin embargo, recortaron cerca de 3.500 millones de dólares de su ayuda para el desarrollo, que actualmente se encuentra en su punto más bajo por habitante desde comienzos de la década de 1970.

Al mismo tiempo, el gasto anual en subsidios agrícolas en los países de la OCDE (1.000 millones de dólares diarios) equivale aproximadamente al producto interno bruto de todos los países menos desarrollados juntos.

Aunque muchos de esos países son elegibles para el alivio de la deuda en el marco de la Iniciativa para los Países Pobres Fuertemente Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés), su situación seguirá siendo insostenible, advirtió Oxfam.

«Los estudios preliminares de Oxfam sugieren que al menos 13 países menos desarrollados -entre ellos Zambia, Níger y Senegal- seguirán gastando más de 10 por ciento de los ingresos públicos en el pago de la deuda después de 'beneficiarse' de la iniciativa HIPC», observó la organización.

Oxfam reclama acceso inmediato y libre de cuotas y aranceles a los mercados de los países industrializados para las naciones menos desarrolladas, y la inclusión del azúcar y el arroz en la propuesta de la UE «Todo menos armas».

Además, exige el fin de la liberalización de las importaciones agrícolas bajo los programas del FMI y el Banco Mundial, un cronograma para que los donantes de la OCDE alcancen la meta de ofrecer 0,20 por ciento de su producto interno bruto en ayuda para el desarrollo, y un mayor alivio de la deuda. (FIN/IPS/tra- en/bk/da/mlm/if-dv/01

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