CINE-BRASIL: Festival de Curitiba impulsa producción nacional

Impulsar la producción local mediante la formación de técnicos y público y la nacional a través de propuestas para una política sectorial constituyen el carácter distintivo del Festival de Cine y Vídeo de Curitiba, Brasil, cuya quinta edición concluyó hoy.

Los talleres técnicos, para la capacitación de guionistas, camarógrafos, iluminadores y otros profesionales, realizados desde la primera edición en 1997, culminaron con la exhibición del cortometraje «Retrato de Brenda», realizado en los últimos 14 días, en la clausura del festival este sábado.

Desde el año pasado, la muestra, que ya va por su quinta edición, es acompañada con la realización de una película a manos de alumnos capacitados en años anteriores.

La formación es un objetivo primordial, porque «quien no tiene tradición (en la producción) empieza por hacer escuelas», dijo a IPS Clorís de Souza Ferreira, directora del Festival.

Este año se incluyeron obras de cine digital, la nueva tecnología que abarata la producción, en la muestra competitiva antes limitada a películas de cortometraje y vídeos.

En total se inscribieron más de 350 obras, de los cuales fueron seleccionados 58 que compitieron por los premios. Además se exhibieron películas de largometraje y premiados en otros festivales, en un total de 115.

Los resultados de la capacitación profesional ya son visibles. «Ya tenemos un primer núcleo de cineastas, com 16 guionistas, seis camarógrafos y otros profesionales», comentó la directora.

Paraná, estado del que Curitiba es capital, ya produce 80 obras de cine y vídeo al año. En 1997 fueron solo cuatro, comparó Ferreira.

Este incremento es parte de una tendencia general de descentralización de la producción cinematográfica en Brasil, antes concentrada exclusivamente en Río de Janeiro y Sao Paulo. En los últimos años surgieron varios polos de producción, estimulados por gobiernos locales e iniciativas privadas.

Los festivales, que se diseminaron por numerosas ciudades del país en los últimos años, se enmarcan en este esfuerzo, en especial los que tienen el carácter de participación popular, como el de Curitiba.

«No puedo comprender festivales como el de Gramado (en el extremo sur de Brasil), que ya tiene 23 años, que no producen ni siquiera un cineasta local», porque es exclusivamente una muestra en que la población queda fuera y solo participa «pidiendo autógrafos» a los famosos, criticó Clorís Ferreira.

En el caso de Curitiba, la preocupación se extiende también al area social. Los alumnos dan prioridad a los pobres, incluso los adolescentes de las calles, subrayó la directora. Un drogadicto recuperado se destacó en los cursos de animación por su talento como caricaturista, señaló.

El festival promueve también la exhibición de películas infantiles para niños marginados, y recoge alimentos para distribuir entre pobres con sida y otras enfermedades graves.

Otro elemento del festival es la promoción de la integración cultural entre los estados del sur de Brasil y los restantes países de lengua latina, observó la directora. Cineastas del Cono Sur sudamericano y de Perú participaron en la muestra competitiva.

Una Muestra Latina paralela al festival exhibió esta semana películas cortas y largas de Cuba, Francia, Perú y Uruguay, acompañadas de debates sobre integración cultural.

Los problemas de la producción audiovisual en Brasil fueron objeto de un seminario que reunió cineastas, organizadores de festivales y representantes de actividades de infraestructura cinematográfica, como laboratorios y empresas proveedoras de equipos.

En años anteriores, se fundaron en Curitiba y en otros puntos de Brasil foros específicos para cada uno de esos sectores de la cinematografía.

Los proveedores reclaman al gobierno un mecanismo de exención arancelaria para los equipos importados sin similares nacionales.

Estas empresas participan en películas, y a veces las coproducen, pero no son beneficiados por los estímulos fiscales ofrecidos por varias leyes de incentivo cultural en Brasil, observó Edna Fujii, gerente general de Quanta, firma que alquila equipos para la producción cinematográfica y de vídeos.

Las compañías brasileñas de infraestructura cinematográfica proponen que sus inversiones en las películas sean convertidas en bonos para descuentos en los impuestos de importación de equipos. Eso contribuiría a la mejor calidad del cine nacional, argumentó Fujii.

El objetivo de la reunión de los empresarios de distintas actividades del cine y el vídeo es elaborar proyectos de ley que favorezcan la producción nacional, para reducir la necesidad de importación que domina 90 por ciento del mercado interno de audiovisuales, explicó Cloris Ferreira.

Para eso es importante actuar también junto con los poderes Legislativo y Judicial, comentó Assunçao Hernandes, vicepresidente del Congreso Brasileño de Cine que asesora al gobierno del estado de Goiás, en el centro-oeste, para la creación de un polo local de producción.

La meta del sector es organizar una «bancada del cine» en el parlamento, para la aprobación de leyes que estimulen la producción nacional. Se debe fortalecer un diálogo com los parlamentarios, según Hernandes, incluso porque ellos por su propia iniciativa proponen leyes contraproducentes.

Un ejemplo, recordó, es la ley aprobada en el estado de Sao Paulo que obliga las salas de cine a tener butacas numeradas, lo cual provocó una enorme confusión entre los exhibidores.

Los cineastas no saben aprovechar tampoco los recursos judiciales, acotó Hernandes, para defender el producto audiovisual brasileño mediante una mayor exhibición o la traba de la competencia desleal ejercida por las distribuidoras internacionales. (FIN/IPS/mo/mj/cr/01

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