CACHEMIRA: India excluye la autodeterminación

El jefe de gobierno de Pakistán, general Pervez Musharraf, descartó cualquier conversación con India que excluya la cuestión de Cachemira, al aceptar formalmente la invitación al diálogo del primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee.

Musharraf destacó en una carta enviada el martes a Vajpayee que la causa profunda de la tensión entre ambos países vecinos de Asia meridional es «la disputa no resuelta de Jammu y Cachemira» y expresó su esperanza en «discusiones sinceras» que lleven a una solución «acorde con los deseos del pueblo cachemiro».

Así mismo, sugirió que la cumbre podría tener lugar a fines de junio o principios de julio.

Pero India no está dispuesta a discutir el estatuto de Cachemira, a la que considera parte integrante de la nación. En cambio, quiere hablar sobre el presunto apoyo de Pakistán a la insurgencia armada en ese estado septentrional.

Jammu y Cachemira es el único estado indio de mayoría musulmana. El valle de Cachemira, una de las tres regiones de ese estado, fue causa de dos de las tres guerras con Pakistán desde 1947, cuando Gran Bretaña dividió el subcontinente antes de abandonarlo.

Grupos separatistas armados, presuntamente respaldados por Pakistán, luchan desde 1989 por la autodeterminación de Jammu y Cachemira, un conflicto que ya causó la muerte de 30.000 a 60.000 personas, según la fuente.

Pakistán, que controla dos tercios de la región de Cachemira, afirma que sólo brinda a los separatistas «apoyo moral».

En una entrevista con el canal de televisión de la BBC de Londres, luego de aceptar la invitación, Musharraf se negó a exhortar a los militantes cachemiros a detener sus actividades en el valle.

«El proceso de diálogo ha comenzado, pero todavía no es momento de hacer esa exhortación», declaró.

Por su parte, el canciller y ministro de Defensa de India, Jaswant Singh, descartó el lunes en conferencia de prensa cualquier posibilidad de cambio de estatuto de Jammu y Cachemira.

Las autoridades indias creen que la única carta que Musharraf tiene en sus manos es la amenaza de la violencia separatista, que por ahora decidió dejar de lado.

De hecho, la oferta de diálogo de Nueva Delhi fue acompañada por el levantamiento de una tregua de seis meses que el gobierno indio ofreció a los militantes.

«India desea una reducción de la violencia, y la única carta que tiene Pakistán es su militancia», declaró Omar Abdullah, viceministro de Comercio de India e hijo del ministro jefe de Jammu y Cachemira, Farooq Abdullah.

El partido de la Conferencia Nacional, al que padre e hijo pertenecen, exige mayor autonomía para ese estado dentro de la federación india pero respalda el levantamiento de la tregua a los separatistas armados.

«La violencia será reprimida en uno o dos meses», advirtió Jana Krishnamurthy, portavoz del gobernante Partido Bharatiya Janata, de corte nacionalista e hinduista, en reacción a la negativa de Musharraf a contener a los militantes.

La repentina reversión de la política de India de no reanudar el diálogo con Pakistán -interrumpido en 1999 a raíz de una breve guerra fronteriza no declarada- se debió al escaso progreso logrado con los líderes políticos separatistas de Cachemira.

«Perdimos a 60.000 personas en los últimos 12 años. Nuestro honor, nuestra dignidad y nuestros hogares desaparecieron», lamentó Mirwaiz Omar Farooq, líder del Comité Hurriyet de Todos los Partidos, una federación de grupos políticos separatistas de Cachemira.

India considera que Hurriyet tiene elementos demasiado próximos a Pakistán, y por eso negó permiso a sus miembros para viajar a ese país vecino a dialogar con grupos militantes allí establecidos.

Hurriyet, que se niega a participar en una elección en Jammu y Cachemira en ausencia de una supervisión internacional, procura ahora un papel propio en las conversaciones indo-paquistaníes, pero el ministro Singh descartó esa posibilidad.

Farooq, el líder de Hurriyet, sostiene que lo único importante para el pueblo cachemiro es «la autodeterminación democrática», pero que cualquiera que sostenga esa posición es automáticamente considerado «propaquistaní» por Nueva Delhi. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/mlm/ip/01

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