Treinta años de la historia del arte de Roma, a caballo entre los siglos XVI y XVII, son reflejados en una exposición de pinturas en la capital italiana que pone de relieve la obra de Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio.
Desde el 10 de este mes y hasta el 31 de julio, se presenta en el Palacio Venecia del centro de Roma una muestra que resume uno de los periodos pictóricos más importantes de la ciudad de los papas (1592-1623).
Aunque murió antes, en 1610, Caravaggio marcó con su presencia la Roma de ese época. Había llegado a la ciudad en 1592 y debió huir de allí en el 1605, tras asesinar a un hombre que se negaba a pagarle una apuesta deportiva. Nunca regresó.
La obra del periodo romano de Caravaggio, el pintor barroco más destacado de comienzo del siglo XVII, es la atracción principal que la capital italiana ofrece hoy a los turistas. Los organizadores de la exposición calculan que la verán al menos cinco millones de personas procedentes de todo el mundo.
Los confines geográficos y cronológicos de la exposición están marcados por la elección del papa Clemente VIII, en 1592, y la de su sucesor Urbano VIII, en 1623, explicó el historiador Luciano Caramel.
Caravaggio llegó a Roma el año anterior al inicio del papado de Clemente VIII. El pintor había nacido el 29 de septiembre de 1571 en el pequeño pueblo lombardo de Caravaggio, en el norte de Italia, cerca de Milán.
El papado de Clemente VIII no fue un momento histórico propicio para Caravaggio, quien gozó del patrocinio de varios mecenas vinculados con la Iglesia Católica pero gustaba de la bebida, la compañía de prostitutas y las peleas.
El pontífice prohibió las fiestas de Carnaval, las juergas nocturnas, los juegos de cartas y dados, la presencia de mujeres en la calle después de las campanas del Ave María al atardecer y la concurrencia femenina a los bares. También alejó de Roma a vagabundos y gitanos, y encerró a las prostitutas.
El papa impuso la austeridad en el vestir y la castidad en el comportamiento. Las normas que estableció alentaban un modo de vida contrario al del joven Caravaggio, señaló el crítico de arte Guan Guido Vecchi.
El Ministerio de Bienes Culturales italiano reunió todas las obras de Caravaggio de ese periodo, muchas de las cuales obtenidas a préstamo de importantes museos europeos y norteamericanos y de ricos romanos.
Los que asistan a la exposición «Caravaggio y el genio de Roma» en el Palacio Venecia, podrán apreciar un breve pero intenso periodo histórico a través de 177 obras de artistas de la época.
Entre las obras de Caravaggio expuestas se destacan «Muchacho con cesto de fruta», «Narciso» , «San Juan Bautista», «David, vencedor de Goliat» y «Los músicos».
«La Sagrada Familia con San Giovannino», del Caravaggio, prestada por el museo Metropolitano de Arte, Nueva York, «constituye el elemento principal de la exposición», subrayó una de sus organizadoras, Rossella Vodret.
El paradero de esta obra fue un misterio durante tres siglos. «Fue sometido a seis meses de restauración y ahora vuelve a presentarse al público», explicó.
Según el historiador del arte Roberto Longhi, su último propietario fue el multimillonario venezolano Altamirano Otero Silva. El cuadro integraba su rica colección en Caracas, y lo entregó en 1998 al Museo Metropolitano de Nueva York.
«La Sagrada Familia con San Giovannino» revela «marca un cambio profundo después de su periodo experimental», tras el cual «pasa a una serenidad clásica, casi única en el trabajo del maestro lombardo», explicó Keith Christiansen, profesor de Arte en Nueva York.
Los análisis técnicos permiten atribuir con seguridad la pintura a Caravaggio, pero la fecha de realización sigue siendo dudosa. Algunos la ubican en su primer periodo napolitano (1606), y otros entre 1602 y 1604, después de su trabajo en la capilla de la iglesia de Santa María del Popolo, en Roma, dijo Christiansen.
A fines de 1609, poco antes de su muerte, Caravaggio quedó desfigurado en una brutal golpiza en una hostería de Nápoles. Su pintura posterior «refleja su dolor, cubierta con un velo de luz difusa que confunde los personajes», señaló.
En esos momentos realiza su «David, que sostiene la cabeza cortada de Goliat», su última obra, considerada una petición de perdón al papa. Al ver factible el regreso a Roma, Caravaggio se encamina hacia Porto Ercole, en la región de Toscana, donde preveía subir al barco de regreso.
Pero el artista perdió el barco al ser arrestado un par de días. Murió el 18 de julio de 1610 fallece, probablemente de pulmonía o disentería, en la playa de ese puerto toscano, completamente solo, cuando aún no había cumplido 39 años. (FIN/IPS/jp/mj/cr/01
