(Arte y Cultura) LITERATURA-INDIA: La utopía sobrevive a Narayan

Krishnaswami Narayan, para muchos el más grande escritor indio del siglo XX, falleció el 13 de este mes, pero la ciudad de Malgudi, su utopía, lo sobrevive en la memoria de sus compatriotas.

Narayan —un relator de cuentos, como gustaba definirse— murió de un ataque cardiaco a los 94 años, y dejó una vasta obra en lengua inglesa compuesta de novelas y cuentos e iniciada en 1935 con la publicación de «Swami and Friends» (Swami y sus amigos).

La sencillez y profundidad de sus personajes dieron gran popularidad a las creaciones de Narayan. La ciudad ficticia de Malgudi, escenario de casi todas sus novelas, y personajes como Swaminathan y Swami, se volvieron familiares cuando pasaron a la televisión en una serie de ocho capítulos.

El nombre de Malgudi es la combinación de dos sitios reales, Lalgudi y Mangudi, según explicó el propio autor a sus biógrafos.

Nacido el 10 de octubre de 1906 con el nombre de Rasipuram Krishnaswami Iyer Narayanswami, su primera incursión literaria no fue fácil.

Estudió en el Maharajah College, actual Universidad de Mysore, y se graduó en 1930. Trabajó algún tiempo como maestro, pero prontó abandonó la docencia para dedicarse de lleno a la literatura.

Su primera obra, «Swami and Friends», no había logrado el interés de ningún editor, cuando el joven escritor conoció a su protector y amigo Kittu Purna, un vecino de Mysore que estudiaba entonces en Oxford, Gran Bretaña, adonde llevó el manuscrito.

Cuando los editores británicos rechazaron la novela, Narayan recomendó a Purna que atara una piedra al manuscrito y lo arrojara al río Támesis.

Pero su amigo no le hizo caso, y presentó la obra al escritor británico Graham Greene (1904-1991), quien apreció el material y promovió su publicación.

Narayan agradeció públicamente su ayuda a Purna dedicándole «The Financial Expert» (El Financista), de 1952.

«Swami and Friends» fue editada por Hamish Hamilton en 1935 y, a sugerencia de Greene, firmada por R. K. Narayan, nombre abreviado del autor, desde entonces inolvidable para sus lectores.

«Si bien el Imperio Británico regía en la India en los primeros años de la carrera de Narayan, los personajes ingleses de sus novelas son periféricos. Son afables, pero irrelevantes, como el profesor Brown en 'The Bachelor of Arts'» (El Bachiller en Artes), afirmaba Greene en el prólogo a esa obra, de 1937.

En la misma introducción Greene sostenía que Narayan no estaba motivado por cuestiones políticas, al contrario que su colega Mulk Raj Anand, autor de «Untouchable» (El Intocable), considerada una obra maestra.

Narayan escribió 15 novelas, 14 de ellas situadas en Malgudi, cuatro libros de cuentos y tres de leyendas, cuatro ensayos, dos relatos de viajes y un libro de memorias. Durante años, sus cuentos aparecieron regularmente en el periódico The Hindu.

Su versión en prosa de las leyendas clásicas «The Ramayana» (1972) y «The Mahabharata» (1978), así como «Gods, Demons and Others» (Dioses, demonios y otros, de 1965), fueron elogiadas por su lúcido humor narrativo.

Pero cualquier aproximación a su obra debería iniciarse con «Swami and Friends», donde aparece en todo su encanto la ciudad de Malgudi.

El trazado de las calles, el río Sarayu, el aroma a café, el bosque de Nalappa y los campos de Lawley son la quintaesencia de las ciudades del sur de la India, de un tranquilo provincianismo y donde los conflictos nunca son graves.

«Era lunes por la mañana», comienza el relato y la pereza de Swami para abrir los ojos marca el tenor del resto del libro.

La narración de las proezas de este niño de diez años, su democrática relación con la abuela, su timidez ante el padre y su conflicto con el único poder del estado en su vida, la escuela, están desprovistas de trucos literarios.

Malgudi es una pequeña ciudad, pero muy completa a los ojos de Swami, para quien las hazañas de sus amigos y la fundación del club de cricket son tan importantes como la vida misma.

El autor no era un hindú devoto, y sus personajes están imbuidos de un profundo sentido moral, pero también de cierta flexibilidad.

Las mujeres de sus ficciones no están emancipadas, pero Narayan las dotó de un sentimiento de rebelión latente, en coincidencia con el momento histórico de sus primeras obras, de agitación en India contra el dominio británico y de lucha en el mundo entre ideologías radicalmente antagónicas.

Narayan recibió en 1958 el premio Sahitya Akademi en 1958 por la novela «The Guide» (El Guía), que más tarde tuvo una exitosa versión cinematográfica, y en 1964 obtuvo el premio Padma Bhushan, una distinción a altos logros literarios.

La Royal Society of Literature de Gran Bretaña le entregó en 1980 el premio A.C. Benson, y la American Academy and Institute of Arts and Letters lo designó miembro honorario.

En 1989 fue candidato a la Rajya Sabha, la cámara baja del parlamento de India. Pero rara vez se pronunció sobre los conflictos y las divisiones entre grupos sociales y religiosos de su país, por más conmovedores e intensos que fueran.

El relator de cuentos ya no está, pero Malgudi vive como una metáfora de la nostalgia, de la sencillez del lenguaje de su creador y de la complejidad humana. (FIN/IPS/tra-en/rr/js/dc- ff/cr/01

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