(Arte & Cultura) CULTURA-TURQUIA: Encendido debate por sexualidad de cantante

Los duros calificativos de un político nacionalista sobre la supuesta homosexualidad de un famoso cantante encendieron un debate moral en Turquía, donde la mayoría de la opinión pública se manifestó a favor del artista.

«Lo apreciaría más si no fuera homosexual», declaró el legislador ultranacionalista Mehmet Gul acerca del principal cantante del país, Tarkan.

La afirmación de Gul, del oficialista Partido de Acción Nacionalista (MHP) encendió la polémica sobre cuestiones como las preferencias sexuales, los valores nacionales y las creencias religiosas.

Es posible que Gul haya pensado que sus palabras contarían con la simpatía de sus compatriotas, en un país donde aún pesan los valores tradicionales. El político es conocido por defender las posturas más conservadoras.

Pero Tarkan no se sintió intimidado y devolvió el golpe a Gul. «También soy nacionalista. Y lo dejaré en claro en un tribunal», sostuvo el cantante.

Pocos días después Gul arremetió contra otra figura popular, el ministro de Economía, Kemal Dervis, al cuestionar su pureza religiosa y su integridad moral ante las cámaras del canal 7 de televisión.

«Dervis es un hombre sin honor. Más aun, su madre no es musulmana y él es masón», afirmó el legislador.

Como un elefante en un bazar, en sólo dos días Gul echó por tierra los esfuerzos del primer ministro Devlet Bahceli por limpiar la imagen de su partido MHP, salpicada por hechos cruentos y muestras de intolerancia durante tres décadas de violencia en Turquía, desde 1970 a 2000.

La respuesta pública en favor de Tarkan es una clara muestra del cambio de los valores populares en menos de una década.

En 1994, la carrera de Tarkan pareció llegar a un abrupto final cuando enfureció a sus seguidores profiriendo «Cisim var, agbi» («Me hago pis, hombre») antes de escabullirse rápidamente ante las cámaras de televisión.

Pero un año después, en una brillante operación de relaciones públicas, Tarkan blanqueó su imagen presentando un programa especial de televisión durante el cual sólo interpretó temas venerados del repertorio clásico turco, ganándose la aclamación del público.

Hace dos años, Tarkan volvió a enfurecer a los conservadores al negarse a cumplir con el servicio militar obligatorio. Si bien logró escapar a Alemania, ese acto de desafío le costó ser despojado de su ciudadanía en abril de 1999.

Pero Tarkan no se amilanó. Rápidamente encontró una nueva audiencia y comenzó a actuar en el resto de Europa, donde tiene fanáticos incondicionales.

Sus seguidores europeos afirman que su música es una perfecta mezcla de la originalidad occidental con el romanticismo turco. Idolatran su «voz sensual y su fanástica forma de bailar» y creen que Tarkan es «muy apuesto».

El artista recibió el prestigioso premio musical Cannes por su éxito Simarik (Destruido).

Hijo de una familia turca, nació en Alemania en 1972 y vivió allí hasta mudarse a Turquía para estudiar música en 1986. Nunca utilizó su apellido públicamente. Para 1993 ya era una estrella en su país y en el exterior.

Su segundo álbum, Acayipssin («Eres sensacional»), vendió más de dos millones de copias en Turquía y 700.000 en Europa, una cifra inusitada para un artista turco.

En 1997, luego de un receso de tres años, Tarkan publicó su tercer disco en lengua turca, y en una gira europea logró llenar el Hippodrome, de Londres, Bataclan, de París, y el estadio Arena, de Berlín. El tema simple de ese álbum fue número uno en ventas en Bélgica y Alemania y número tres en Francia.

En la polémica sobre su homosexualidad, el público y los medios de comunicación turcos, ansiosos de tener una celebridad internacional en la Unión Europea, se pusieron de su lado, dando la espalda al ultranacionalista Gul.

«¿Quién es este Gul? ¿Qué ha hecho por este país? Tarkan es un personaje famoso que representa muy bien a los turcos en cualquier lugar del mundo. Estamos orgullosos de él, así como del equipo de fútbol Galatasaray», dijo Alí Coskun, mozo de un restaurante de Estambul. «No me importa si es homosexual o no».

De hecho, en los últimos cincuenta años homosexuales y travestis han ocupado un lugar preponderante entre los cantantes más populares de Turquía.

En 1998, el país estuvo de luto durante una semana por la muerte de Zeki Muren, intérprete de música clásica que nunca negó sus preferencias homosexuales.

Bulent Ersoy, actual decano de los cantantes clásicos turcos, comenzó su carrera musical como hombre, antes de someterse a una operación de cambio de sexo que lo convirtió en mujer en 1980, y por la cual el régimen militar de la época prohibió sus actuaciones.

En la actual polémica terció la propia madre de Tarkan, Nese Tevetoglu, quien negó las supuestas inclinaciones homsexuales de su hijo y reclamó a Gul una disculpa. «Tarkan en un muchacho puro. ¿Por qué insultan a mi hijo?», preguntó Tevetoglu.

Con el fin de enfriar el enojo popular, el primer ministro y líder del MHP, Devlet Bahceli, envió a Gul a una misión parlamentaria a la australiana ciudad de Melbourne, lejos de la exposición pública.

El propio Tarkan, no obstante, no ha negado ni aceptado su orientación sexual, adoptando una postura universal al afirmar que «las preferencias sexuales no son tema de debate público». Esta afirmación le ganó el respeto de los intelectuales turcos.

«Estaría más que feliz si fuera gobernado por aquellos a los que Gul y sus partidarios nacionalistas consideran indignos, gentiles y masones», escribió Mine Kirikkanat, columnista del diario Radikal, de Estambul. «Si Mehmet Gul es heterosexual, deseo y rezo por que Tarkan sea homosexual», agregó. (FIN/IPS/tra-en/nm/mn/dc/aq/hd cr/01

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