AMBIENTE: Pautas para inversiones de países ricos son «débiles»

La propuesta de la OCDE sobre las pautas sociales y ambientales que deberían seguir las agencias de fomento de los países ricos para financiar proyectos en el exterior es «débil» y «llena de vacíos legales», afirmaron ambientalistas.

Dicho borrador no prevé como requisito la consulta a las comunidades locales ni a la sociedad civil, y tampoco la publicación de la información sobre el proyecto en cuestión, dijeron las organizaciones no gubernamentales (ONG).

Entre 1994 y 1999, tres quintos de los fondos de las agencias de fomento —es decir 217.000 millones en un total de 376.000 millones de dólares— fueron destinados a explotación petrolera, centrales eléctricas basadas en combustibles fósiles e industrias petroquímicas.

Los países en desarrollo que emiten mayor cantidad de gases invernadero —Brasil, China, India, Indonesia y México— fueron los principales destinos de esos proyectos, de acuerdo con un informe publicado en 2000 por el World Resources Institute.

Sólo 2.000 millones de dólares se invirtieron en proyectos de energía renovable o tecnologías de consumo eficiente de energía.

El Grupo de Créditos para Exportación de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), encargado de redactar las pautas ambientales comunes, presentó el borrador durante la reunión ministerial de la organización, realizada en París la semana pasada.

La OCDE nuclea a los 29 países más industrializados del mundo, cuyas agencias y bancos de fomento suministran préstamos, garantías y seguros a las empresas nacionales para competir en proyectos en el exterior.

Los ambientalistas calificaron de «débiles» y «llenas de vacíos legales» las propuestas esbozadas en la reunión.

«La mayor parte de los temas no están desarrollados o quedan a consideración de cada agencia de fomento», dijo Emilie Revil, coordinadora de la coalición canadiense de ONG que examina la política de la Corporación para el Desarrollo de las Exportaciones de Canadá.

En 1999, el Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Gran Bretaña) acordó redactar pautas ambientales para la financiación de exportaciones en un plazo de dos años.

Pero la falta de interés de los ministros de Finanzas del G-7 determinó escaso avance en materia de reformas ambientales, sostuvo una coalición de ONG de países industrializados.

Las instituciones de fomento de Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia e Italia subsidian 10 por ciento del comercio mundial. Pero pese a su vasto alcance, carecen de pautas comunes en materia de derechos humanos y ambiente.

Las agencias gubernamentales utilizan fondos públicos para financiar industrias mineras, químicas y petroleras, centrales nucleares, explotación forestal e incluso comercio de armas.

Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia han impulsado reformas, pero Alemania, España y Austria se niegan a que el proceso avance, sostuvo la coalición de ONG.

«Alemania se distingue por su intransigencia», dijo la ambientalista alemana Heffa Shucking. «Está frenando las negociaciones y perpetuando la carrera hacia abajo», sostuvo la activista en referencia a la competencia internacional por los grandes proyectos industriales.

El borrador de la OCDE no incluye como requisito la consulta a las comunidades locales y la sociedad civil ni la publicación de la información sobre los proyectos, puntos considerados «el corazón de la evaluación ambiental».

«Toda la propuesta está llena de agujeros sin sentido», dijo Aaron Goldzimer, de la ONG Environmental Defense, de Estados Unidos.

Uno de los borradores, por ejemplo, establece la exigencia por la OCDE de que los proyectos financiados por las agencias cumplan con los estándares ambientales internacionales, pero no dice cuáles son, explicó Goldzimer.

Las ONG también criticaron el uso de la frase «normas flexibles» en los borradores.

«Este tipo de formulación muestra la clara intención del Grupo de Créditos para Exportación de minimizar el impacto de los procesos de evaluación ambiental en el comercio en lugar de minimizar el impacto del comercio sobre el ambiente», dijo Revil.

De hecho, son muy pocas las agencias de fomento que tienen pautas ambientales.

En 1992, el Congreso de Estados Unidos exigió al Export-Import Bank de su país la adopción de pautas ambientales estrictas, y desde entonces el Ex-Im evitó financiar varios proyectos, como la Represa de las Tres Gargantas en China.

Per las agencias europeas, como la alemana Hermes AG, están brindando apoyo al polémico proyecto hidroeléctrico que dejará bajo agua a varias ciudades y valiosos yacimientos arqueológicos, además de desplazar a más de un millón de personas.

Estas instituciones también son acusadas de promover la deforestación en Indonesia, pues financian la instalación de fábricas de pulpa de papel en ese país.

En la última década, se talaron cientos de miles de hectáreas de bosques indonesios para alimentar la expansiva industria del papel, dijo Titi Soentoro, activista del grupo Bioforum.

Las agencias de fomento de Europa, Japón y América del Norte otorgaron 4.000 millones de dólares para la instalación de esas plantas sin exigir mínimos niveles de protección ambiental o social, dijo Soentoro.

Muchos de estos proyectos han colonizado virtualmente a comunidades rurales con el fin de explotar sus recursos naturales», sostuvo la activista filipina. (FIN/IPS/tra-en/dk/da/dc/mlm/en/01

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